Tras el arma

Capítulo 14

Montamos en una furgoneta negra hasta llegar al aeropuerto.
— ¿Qué hacemos aquí?
— Tu víctima va a coger hoy un vuelo. Es aquella chica de la máscara.
— ¿La del vestido azul?
— Sí, y la quiero viva y sin ningún rasguño.
— Está buenísima.
— Omar a tu trabajo— baje de la furgoneta y corrí hacia la chica. La cogí por la espalda inmovilozandola y la lleve conmigo a la furgoneta corriendo la lance dentro montando me yo tras ella y la furgoneta salió disparada hacia nuestra "guarida".

Steven y ella estaban hablando mientras yo intentaba no poner mi oreja en la conversación. Esa voz me sonaba demasiado, tanto que la intriga por saber a quién hemos raptado me está consumiendo.

Llegamos a la fábrica. Abro la puerta de uno de los almacenes y Steven coge a la chica y la lleva a rastras hasta este.

— Omar hazte cargo.
— ¿De qué?
— Esa chica tiene que estar de nuestro lado, es la mejor en su trabajo. Roba, embauca, estafa, mata, y esconde sus pruebas mejor que nadie, y lo mejor es que nunca ha trabajado para nadie permanentemente, hasta ahora.
— ¿Cómo estás tan convencido de que lo lograré?
— Confío en tí—me tapó la cara con un pasamontañas antes de entrar al almacén. La chica está de espaldas a mi.
— No me voy a girar—afirmo con firmeza aquella voz que tan familiar me sonaba.
— Tranquila, no te voy a obligar a nada.
— Me quieres obligar a trabajar con vosotros, ¿te parece poco?
— No tengo opinión en ello. Sabes, cómo serás una futura integrante me voy a quitar este pasa montañas, así vamos cogiendo confianza—empezó a girarse poco a poco y me quedé patidifuso con el rostro presente frente a mi.
— ¿Omar? ¿Tú eres el subjefe de esto?
— Sí, y tú la criminal más excelente de yo que sé cuántas hectáreas a la redonda.
— Ya ahora yo soy la mala ¿no?
— Ni tú ni yo, los dos hemos pecado por igual hermana, pero yo te admiraba pensaba que eras una persona a seguir, pero eres igual que yo, la misma basura.
— Ahora no me ves igual, eso dices no. Soy la misma solo que con un poco de sangre en mis manos.
— ¿Un poco de sangre en tus manos? Pero tú te oyes.
— Mira lo siento.
— No tienes nada que sentir, es tu vida y me es igual lo que hagas con ella, ahora lo que me importa es, ¿estás dentro sí o no?
— Si estás tú en este barco si.
— Bien—cogí ropa de detrás mío y se la entregué—vistete, salimos en 10.

Fui al garaje y cogí las llaves de un Audi A6 Avant, y me adentre en el. Estaba cabreado, estaba furioso, conmigo mismo, con el mundo. ¿Por qué yo? Primero la muerte de mi padre, luego la banda está, más tarde Dina, ahora mi hermana.
Me puse a pensar en tiempos lejanos y por mi cabeza pasó una sola pregunta. "Cuando era niño me dejaban muy por libre, pero ahora que se bien cómo funciona este mundillo, a nadie se le deja por libre si no es por beneficio."
Salgo de coche, y a toda prisa me dirijo a Steven con preguntas y no me pensaba ir sin respuesta.
— Hey Omar enhorabuena, sabía que podías.
— Ya bueno no venía por eso.
— ¿A no? ¿Y en qué te puedo ayudar?
— Sabes estaba pensando en cuando era pequeño, me dejabais muy suelto ¿Por qué?—estaba muy alterado y tal vez no era así como debía preguntárselo, pero el simple hecho de saber que fui utilizado y no saber el por qué me reconcome.
— Mira Omar nunca pensé que tendríamos está conversación no te voy a mentir. Como bien sabes a nadie se le...
— Deja por libre si no es por beneficio, si sí eso ya me lo sé, lo que quiero descubrir es dicho beneficio—le corte.
— ¿Quieres respuestas?—arqueo una ceja en muestra de evidencia—las tendrás, esa y todas las que quieras, pero no ahora. Te necesito para entrenar a la metomentodo y para vigilar a la tigresa.
— ¿Tigresa?
— Si, el pivonazo de adentro, el caso te necesito para futuros asaltos y te necesito bien despierto. De verdad Omar, te aconsejo no remover el pasado, suele doler más de lo que nos pensamos, créeme déjalo estar hasta el momento indicado—sin más remedio acepte golpeando el pilar que tenía en frente— no vuelvas ha hacer eso, anda vete a limpiar la sangre—a regañadientes salí de ahí y me monte en el coche, en el cual mi hermana ya estaba subida.

— ¿A dónde vamos?
— Vamos a entrenar a una amiga para convertirla en algo así como nosotros—al acabar mi frase ella frunció el cejo—se metió en donde no la llamaban—ahí hizo una gestualidad de entendimiento—¿Por qué llevabas máscara?
— La suelo llevar para aumentar el misterio.
— En un avión.
— Nada más bajar de ese avión habría gente esperándome.
— Lo siento mi alteza, no era mi intención ofenderla.
— Eres igual de imbécil incluso en la mafia.
— Supongo.

Nos dirigimos al piso de Dina para recogerla y llevarla a entrenar los reflejos. Tiene que avisparse si quiere sobrevivir a esta mierda.

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Bueno y aquí otro capítulo, espero que os encante. Además estoy viendo que la gente está guardando la historia en su biblioteca, y eso me enorgullece en parte porque veo que no estoy escribiendo para las musarañas. A sí y espero que os vaya bien el curso en esta vuelta al cole. Un besazo a todxs ❤️