trece

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El hilo rojo

—Yo creo que deberias ir al hospital

—No Marlene, te dije millones de veces que solo tengo placas

—¿Tú no te estaras volviendo anorexica verdad? —pregunto Marlene desconfiando y Millie saco su rostro dentro del retrete para observarla con mala cara —¿Que? Te la has pasado vomitando desde que llegue

—Mientes, por que las primeras semanas estaba bien. Además... ¿Porque motivo me volveria anorexica?

—Pues, una forma de sacar tu sentimiento de tristeza por terminar con Sebas

—Eres mi hermana, me conoces, sabes que no haría nada de eso —gruño —Son placas, el doctor ya me diagnostico

—Esta bien, si tú lo dices

Por suerte fue el último vomito del día y Millie se sentía mejor. Dio la casualidad que su hermana la habia ido a visitarlo para saber como estaba llevando la ruptura, pues hacia dos meses atrás Millie habia ido a su casa en Latino America para despejar su mente pero ella la oía llorar desde su cuarto.

—Quizás si salimos a dar una vuelta pueda ser que despejes tu mente —comento la mujer preocupada y Millie la miro con mala cara

—Marlene ¿Cuantas veces debo decirte que yo estoy bien?

—Pues no Millie, no estas bien —grito y la rubia la miro sorprendida, era la primera y única vez que le gritaba —Tus ojeras hablan por si solas, tus ojos hinchados parecen que explotaran y no puedes hablar de Sebastián por que te hace mal y lo evitas —confesó y la rubia se quedo mirandola, ella se sento a su lado en el sofa y la abrazo —No esta mal extrañar a alguien mi vida, no esta para nada mal, ya hemos pasado esto... Con la única diferencia que a quienes tú extrañabas antes ya no estaban, Sebas sigue estando y lo estas dejando ir por una maldita atrevida, tu siempre nos enseñaste y nos enseñas a luchar por todo lo que nosotros querramos

Millie comenzó a llorar sobre su pecho, lloró como una niña y por un lado se sintió aliviada por que llevaba una carga en su pecho que le estaba haciendo daño.

Marlene, para despejar a Millie, la llevo a dar una vuelta por la transitada avenida de NY, compraron ropa, se divirtieron y las cámaras las seguian a todos lados haciendo preguntas incomodas que Millie obviaba en responder.

—¿¡Millie!? —pregunto una voz masculina mientras ella se estaba riendo de las morisquetas que hacia su hermana al probarse ropa que no le gustaba pero a ella si. La rubia se dio media vuelta en su asiento para ver quien la había llamado. Los guardias de ella se acercaron inmediatamente.

—Esta bien muchachos —susurró y sonrió mirando al portador de la voz que la había nombrado —Drew —sonrió y se paro para abrazarse con el muchacho —¡Por Dios hace millones de años que no te vemos!

—Bueno, practicamente desde que deje de salir con Maybi —murmuró apenado el muchacho alejandose del abrazo de Millie para mirar a Marlene quien lo miraba con una sonrisa —Por Dios Mar, estas hermosa

—Siempre lo fui maldito engreido —se burlo la muchacha para correr a abrazar al hombre —Por Dios, si que te has ejercitado

—¡Marlene! —gritó apenada Millie y se sonrojo, a lo cual el muchacho comenzó a reir

—Siempre me amaste en secreto —bromeo Drew y los tres rieron, aunque inmediatamente Marlene levanto su mano izquierda —¡Oh, no lo puedo creer! ¿Cuando te casaste mujer?

—Aún no me he casado

—Esta comprometida —acoto Millie sonriendo feliz, Drew era su ex cuñado, salía con su hermana Maybi pero esta lo engaño con un hombre de su trabajo, ese hombre se convirtió en su esposo y ahora padre de sus dos hijos —Quien iba a pensar que la niña Mar se casaria

—Oye Drew ¿Que quieres decir con eso? —gruño Marlene en broma

—Pues digamos que cuando yo te conocí y hasta el último día que te vi, odiabas las relaciones formales querida —sonrió el hombre —Millie, mi pequeña Millie —la volvió a abrazar —A tí no te pregunto nada por que te sigo los pasos en redes y en la tv

—Si, no hables de eso —comento la chica haciendo una mueca y Millie se escondió en el abrazo del chico

—Si, lo sé. Pero escuchame, eres como mi hermanita pequeña, te he visto crecer —recordó con nostalgia —Nada podrá derrumbarte, no puedes encerrarte en la nada misma y no querer salir. El mundo continua, esto recuerdo habertelo dicho hace un tiempo ya. La vida es dura, lo sabes, más que nadie en este mundo, pero la vida, el mundo y el reloj continuan, nada se detiene —la observo y le beso el cabello —Tú, te puedes detener años, pero la vida continua y debemos seguirle el paso.

Millie tenia tres hermanos mayores, Maybi la mayor, Marlene, Alex, luego seguía ella y detrás de ella, cuatro años atrás estaba el pequeño Tomy.

Millie se llevaba muchos años de diferencia con sus hermanos. Con Maybi como 18 años, con Marlene, 16, con Alex 11 y con Tomy solo cuatro. Maybi era como la madre de todos ellos, por ser la mayor. Ella se conoció con Drew cuando Millie era un adolescente y realmente el hombre fue un gran hermano mayor y una figura muy paterna para ella, eran muy unidos, luego nunca más lo vio cuando Maybi lo engaño y ellos se separaron.

—Bueno, solo llevaré tres prendas —comento Marlene —Así que trabajas en esta tienda

—Pues, esta tienda es mía

—¿De verdad? —preguntó Millie asombrado —Muchos famosos usan esta marca

—La marca también es mía —sonrió y tomo la ropa que Marlene tenía en sus manos —Esto es un regalo de mi para ustedes

—¡Por favor Drew! —comento Marlene gruñendo —Cobrame la ropa

—De verdad Mar, han alegrado mi vida con esta visita. Las extrañe muchisimo

El hombre era muy guapo, castaño, alto, bien trabajado, dulce y estaba lleno de tatuajes, era un hombre perfecto que su hermana había dejado ir por un tipo que ahora ni la quiere.

—Nosotros a ti también —murmuraron las hermanas y abrazaron a Drew

 ∂éנαмє ιя -Sebastián Yatra-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora