¿Se hundirán?
Drew había vuelto a su casa luego de haber estado todo el día con Sebastián, no quería que él cayera en una depresión, por eso dejó que llorará hasta dormirse, la extrañaba era obvio y creía que ya la había superado y de la nada... volver a verla... Eso era un desmadre en sus sentimientos
—Gracias Elvira —sonrió sentandose en su sofa gigante blanco de su sala enorme con su televisor curbo a la pared de piedra y debajo su chimenea electrica
—Ya me voy señor
—Excelente —susurró y la puerta de madera de pino gigante hasta el techo se cerro dejando el silencio de la soledad, la sonrisa se fue desvaneciendo de a poco, el aroma de la comida del plato cuadrado y blaco inundaba su nariz y el sileció de la impecable, enorme y blanca mansión reino todo el lugar —Estoy tan solo —murmuró suspirando
Miro su celular arriba de la mesa de vidrio, eran las cinco de la tarde así que tomo su celular y busco en todos sus contactos hasta encontrar a Maybi, le marco lentamente y espero a que sonara
—¿Hable? —comentó la otra voz desde el teléfono y Drew solo quedo en silencio mientras miraba el piso —Bueno... ¿Quién es? —Él solo se quedo callado y cerró sus ojos para no llorar —Voy a cortar entonces si no me habla
(...)
Millie había vuelto de trabajar, Kendall de seguro estaba en el gimnasio del centro y ella se prepraro una gran cena, su celular comenzó a sonar, le llamaba la atención porque nadie llamaba a ese celular y ella solo lo usaba para escuchar las canciones de Yatra, nada más. No había tenido intenciones de querer revisar más allá el celular
—¿Quién es? —pregunto con miedo al no haber leído quien la llamaba—Hola cariño —sonrió él sentandose sobre su sillón blanco —Estoy solo, apuesto que tú también
—Hola Drew —grito feliz —¿Estas solo? Pues yo también, vente a casa si quieres...
—No quiero encontrarme con Kendall —susurró —¿Esta tu hermana por allí?
—No, Maybi no esta —rió —¿Aún la amas?
—¿Que estas comiendo? —le pregunto Drew cambiando de tema, pero no preguntaba por Maybi, preguntaba por Marlene, esa loca bruja.
—Sobras de lo de hoy —rió la rubia —No tenía ganas de cocinar
—Pues aquí hay comida de sobra —susurró Drew —¿Quieres venir a cenar conmigo?
—¿Puedo ir? —pregunto emocionada dejando el plato de comida ya fría a un lado, Drew rió por lo bajó, así se ganaria su confianza, de a poco.
Millie fue a cambiar y Drew le paso por mensaje su dirección, acomodo un poco la sala, pues él era un obsesivo de la limpieza, ella manejó hasta la casa de él y cuando se vieron se abrazaron como nunca, ambos estaban solos, se sentían solos y buscaban refugió.
Se sentaron a cenar mientras veían una seríe y se entretuvieron tanto que luego de la cena, Drew preparó pochoclos y llevó un edredón al sofa, allí se acostaron y terminaron de ver la serie completamente
—¿Que hora es? —preguntó Millie cuando la serie terminó
—Pues son las once y media ya —murmuró y la rubia se levantó rápidamente asustada —¿Que sucede?
—Kendall debe estar preocupado por mi —susurró —Le mandaré un mensaje diciendole que estoy contigo
—¡No! —grito Drew y Millie lo miro dejando su celular sobre la mesa de cristal
—Bueno, pues no me grites —rió acomodandose el cabello y volviendo a sentarse sobre el sillón —Solo le diré entonces que fui a... —se quedo mirando a Drew y rió —No se mentir. ¿Que le digo?
—Pues que estas en el hospital haciendo guardias —rió por lo bajó y se levanto y Millie lo siguió —Es una pena que no sepas mentir
—¿Que? —rió la rubia mirandolo desde el desayunador mientras Drew sacaba un vino fino y costoso —¿Para que quiero yo mentir?
—Eso —casi grito sonriendo, había encontrado un camino para comenzar la conversación que más anhela. Saco dos copas finas y las coloco sobre la mesada de la cocina —¿Que piensas sobre la mentira?
—¿Sobre la mentira? —sonrió y Drew cargó el vino sobre las copas y le brindo una de ella —Bueno, siempre se dice que tiene patas cortas
—Es verdad —sonrió Drew probando el vino —Tarde o temprano la verdad sale a la luz. ¿No?
—Si, todo se termina sabiendo —sonrió sin tener idea de lo que Drew quería hablar
—Así que.... —miro hacia todos lados — Es una pena que no sepas mentir Millie —volvió a repetir pero haciendo enfasís en todas sus palabras. La rubia se le quedo mirando, ya no entendía todo eso de la mentira —Siendo que tanta gente te puede mentir
—¿Que quieres decirme Drew? —murmuró ella acercandose —¿Debo mentir? ¿Alguién me mintió?
—Millie, debes entender que tú eras un blanco fácil —comentó y ella le prestó más atención —¿Sabes? —murmuró mirando hacia arriba reflexionando y pasando su dedo por el borde de la copa fina — El papá de la niña que atendiste hoy es lindo
—¿Que dices? —rió y bajó un poco la vista
—Que a mi no me engañas —sonrió
—¿Y como sabes de él?
—Pues él es mi amigo —sonrió —Ari es una niña hermosa y él... ha sufrido mucho
—Le veo cara conocida —sonrió levemente y el teléfono volvió a sonar, era Kendall pero Millie no contesto
—Vuelvo a decirte algo sobre la mentira Millie, antes de que te vayas porque veo que tu marido esta desesperado —ella rió y él se colocó serio — Toda mentira tiene su final, así dure dos días o diez años, la verdad siempre sale a la luz
—¿Que es todo esto de la mentira? —el teléfono sonó nuevamente
—Veo que ya le has dicho a tu marido que tienes celular
—Lo ha descubierto, en realidad Marlene pero solo les he dicho que lo utilizo para llamadas para ellos
—¿Y es verdad?
—Pues... No, también lo utilizo para escuchar a Sebastián Yatra
Drew sonrió y se acercó a ella
—Millie, la única verdad que existe la tienes tú —murmuró —Ninguno de los que tienes a tu lado te va a dejar de mentir, ni yo querida Millie —la abrazó —Utiliza la herramienta que tienes para descubrir, no te diré nada, quiero que tú descubras por ti mismo la verdad mi vida
—¿Que estas tratando de decirme? — habló Millie desesperada y el celular sonó
—Tu herramienta para descubrir la verdad esta sonando —sonrió —Millie, desconfía de todo aquel que te rodee
Millie se montó en el auto cuando Kendall no paraba de llamar así que subió a su auto y Drew se puso contra el vidrio, la rubia tenia la mirada perdida, estaba pensando en todo lo que Drew le había dicho, no entendía nada
—Ya me iré —susurró
—Si, gracias por venir mi vida, quiero verte más seguido —sonrió y la rubia se le quedo mirando
—¿Algo más que quieras decirme antes de que me vaya Drew? —susurró ella mirandolo con miedo —No lo sé, al parecer eres el único que tiene muchas cosas para decirme —parecía molesta y él se quedo pensativo
—Dijiste que te gusta el cantante Sebastián Yatra —murmuró y ella asintió. Eso si se lo diría — Pues Sebastián no es un fan loco Millie —comentó y Millie frunció el ceño —Piensa Millie, eso si recordaras. No te puedes olvidar de Sebastián, él siempre permanece en el corazón de los que más ama. En especial el tuyo
¡CHAN, CHAN, CHAN!

ESTÁS LEYENDO
∂éנαмє ιя -Sebastián Yatra-.
Разное"Debo ir a casa. y tú Sebas, no eres bienvenido, no quiero que seas bienvenido. Mi hogar esta lejos de aquí, allí es mi lugar en el mundo. El tuyo no es ahí, pero te extrañaré bebé ".