treinta y siete

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Volver a escribir la historia de nuestras vidas, comenzar de cero.

La anestesia estaba pasando pero muy lenta, seguía dopada y no paraba de reirse, silenciosamente y tranquila, pero se reía.

—Enfermero —murmuró Sebas sosteniendo la mano de Millie, el enfermero lo miro —¿No esta durando mucho su anestesia?

—Lo que sucede es que a la señorita, anteriormente a la cirugía se le administro anestesia general durmiendola completamente, posteriormente a que la cirugía culminara se le administro un analgésico natural denominado morfina y en el post operatorio por cuestión de que su situación es totalmente complicada y ella no podrá soportar el dolor porque el golpe pasará facura señor Yatra, se le administro finalmente un miorelajante de etapa cuarta, es un bloqueador neuromuscular

—Oh, entiendo

—Estará así dos días, la cantidad de medicamentos que se le administraron no son posibles para todas las personas, pero venido sea el caso de ella, era totalmente necesario

—Usted —murmuró mirando al enfermero y este sonrió —Debe decirle... —su boca se lleno de saliva por tantos medicamentos administrados y Sebas le limpio la boca, ella sonrió y lentamente le acarició el rostro —Eres muy hermoso... —sonrió y el enfermero nego riendo —Eres parecido a mi novio —Sebas mordió sus labios para no reír —Él es más guapo, no recuerdo como se llama

—¿Sebastian Yatra? —murmuró Sebas riendose y ella nego tragando saliva

—No —frunció su ceño —Ese es un cantante, muy guapo por cierto —rió jugando con un cable de la máquina

—Listo señor... Toda suya —murmuró el enfermero saliendo de la habitación.

Millie se entretuvo con el cable así que no hablaba y Sebas leyó una revista. Así pasaron quince minutos hasta que ella se durmió, él salió afuera de la habitación, solo podía pasar él a verla

—Escuchen, lamento que no puedan pasar a verla...

—¿Como esta ella? —pregunto Alex desperado

—Bien, esta sedada, estuvo despierta un tiempo, dijo dos incoherencias y se durmió —sonrió —Y ya que todos sabemos que Millie esta bien gracias a Dios, les propongo algo —todos lo miraron y se pusieron al rededor de Sebas —Que vayan a casa..

—No... —comenzaron a murmurar todos

—Alto —levanto sus manos —Familia, entiendo que todos quieran verla, pero es imposible ya que no lo permiten. Y esta bien, por que Millie necesita silencio y muy poco movimiento, entiendo que quieran verla pero yo los mantendré informados, continuó con lo que iba a decir

—Si, adelante —sonrió Marlene

—Vayan a casa, no querran que cuando Millie despierté los vea cansados y ojerosos, yo me quedaré con ella

—¿Cuando descasaras tú? —pregunto Kendall sonriéndole

—Cuando ya pueda tenerla en casa, en cama, conmigo —aclaró —Vayan a casa, pero antes de dormir, cierren sus ojos, tomense de sus manos y de todo corazón agradezcanle a Dios, yo haré eso también. Le debemos todo a él. Agradezcanle que puso a Millie en manos de unos excelentes doctores, agradezcanle que ella ya esta bien, agradezcanle por Ari. Por que sin él, la historia podría haber sido totalmente diferente y no estariamos aquí, sino que en un lugar peor. Agradezcanle, porque nos dejo conservar a cada uno de nostros, un pedazo de nuestras almas.

—Amén —murmuraron todos

Cuando Sebas logró que todos fueran a dormir, reunió a Rob y a Nico por si solos

—Necesito de ustedes ahora más que nunca

—Lo que desees hermano —murmuró Nico cruzandose de brazos

—Necesito que busquen información sobre Ari Tamis, ocho años, la segunda sobreviviente del accidente. Necesito saber algo de su padre y de su tía, si lo consiguen, avisenme, por favor —susurró él y los dos hombres asintieron —Que descansen

—Tú también

—Si, hoy por fin cerraré mis ojos tranquilamente —dijo y sonrió calmado, se abrazaron los tres y los dos hombres se fueron. Sebas observó a la recepcionista y esta le sonrió. Él se acerco —Hola, buenas noches

—Buenas noches señor Yatra

—Yo se que lo que pediré sera muy descarado —ella abrió sus ojos, se estaba imaginando cualquier cosa —Pero debo hacerlo. Ari Tamis, niña de ocho años, una de las dos sobrevivientes del accidente aereo...

—Si, aquí esta —susurró la mujer frente a la computadora

—Yo se que es imposible, pero por favor si pueden ponerla cerca de aquí, me facilitaría completamente —murmuró y ella nego —Yo se que no soy familiar directo pero señorita.. Soy lo único que tiene, necesito tenerla cerca de aquí, su madre murió en el accidente, no conoce a su padre, no tiene a nadie más que a mi

—Señor...

—Es una niña de ocho años, sola, asustada, dañada, en un país que no conoce, por favor señorita —rogó

—Haré lo que se pueda, pero no le garantizo nada

—Gracias señorita, se lo agradezco mucho —susurró él, e ingreso a la habitación, Millie había despertado —Hola linda —murmuró él sentandose a su lado y tomandole la mano

—Maggie —murmuró ella y Sebas se quedo mirandola —Ella era tan parecida a tí —sonrió y él beso su mano para luego apoyarla en su frente —Yo la cargue

—¿Que?

—Aidan —susurró

—Millie, estas sedada...

—A Aidan le encantas —sonrió enamorada —Él dice que —trago saliva —Le caes muy bien

—¿Que? —murmuró él y sus ojos se llenaron de lágrimas

—Maggie, no llorá, la cargue mucho tiempo —sonrió jugando con la mano de Sebastián —Es tranquila, quiso llorar pero yo, su mamí, la calmé rápidamente —levanto su mano temblorosa y lentamente seco sus lagrimas que pronto iban a caer

—¿Que dices Millie? —frunció su ceño —¿Cuando la viste? —no entendía lo que la rubia le estaba diciendo

—Tú —rió —Tú estabas aquí afuera —señalo la puerta —Me dijiste que volviera

—No puede ser —murmuró, eso era verdad

—Esta Kendall —susurró ella mirando preocupada

Y Sebas termino de creer que ella los había visto, porque ella no sabía que Kendall estaba allí

—Si —tartamudeo sin poder creerlo

—Yo volvi por tí, mi hermano me lo dijo

Muchas gracias por leer, cuentenme... ¿Que les va pareciendo la novela?

 ∂éנαмє ιя -Sebastián Yatra-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora