trinta y ocho

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A pasos pequeños

—Debes intentarlo Millie —comento el hombre cansado

—Intentalo tú —murmuró la rubia con su ceño fruncido. Sebas ingreso a la habitación con un ramo de doce rosas, de colores rosas, azules y blancas

—¿Que ha pasado con mi niña, la más hermosa? —sonrió él acercandose a la cama y besando la frente —¿Por que ese ceño fruncido? Hola Mark

—Hola Sebas —sonrió él —¡Ajá! Ahora sonries maldita bruja —la rubia estaba sonriendo sosteniendo el ramo

—Tú, largate de mi habitación

—No me ire, no será la excusa de enojarse para que no terminemos la fisioterapia

—Millie, tan solo intentalo —murmuró Sebas sentandose a su lado

—No puedo —susurró ella —No puedo ni siquiera mover mi pie —los ojos se llenaron de lágrimas

—No has quedado invalida, no lo has hecho

—¡Los estudios dicen algo, pero los hechos demuestran todo lo contrario! —grito levantando su mano temblorosa y lentamente levantando su dedo del medio

—¿Para eso estas bien? —pregunto Mark burlistamente

—¡Largo! —grito ella

Hacía tres días que había despertado, todos los estudios habían salido bien, el cerebro y su motricidad estaban completamente. Solo había un problema y era que la rubia no queria o no se animaba a poner un pie en el suelo por miedo a caerse.

Sebas se había cansado de mimarla, la familia entraba a verla y a Ari la habían pasado al final del pasillo así que cuando Sebas no estaba en la habitación de la rubia mayor, es por que estaba en la habitación de la rubia menor quien ya caminaba bien solo que con una pierna enyesada.

El fisioterapeuta de Millie viajo para ayudarla a tomar coraje, pero la rubia estaba completamente negada a todo aquello. Se conocían hace añares así que la confianza era mutua, por eso se trataban así pero realmente Millie estaba negada a todo y no pretendía moverse de su cama por un tiempo

—Quiero que cantemos un tema juntos —confesó Sebas sentado en la otra punta de la sala

—Primero... ¿Porque estas tan alejado? —preguntó ella frunciendo su ceño —Y segundo, si quiero

—Excelente —dijo él —Iré por mi cuaderno —se acerco y la beso —Disfruta eso Millie, por que si quieres darme más besos, deberás caminar hacia mi, no hay excusas

—¡Sebas vuelve aquí! —grito ella y él salió corriendo a buscar a sus guardias para que vayan al hotel de dos cuadras del hospital

—¿Me hacen un favor?

—¿Que necesita señor Yatra?

—Que vayan a mi cuarto y busquen mi cuaderno azul, esta arriba de mi cama, por favor

—Claro que si

—Excelente muchachos, gracias —sonrió y volvió pero decidio pasar por la habitación de Ari —¿Como esta mi niña?

—¡Sebas! —grito ella sonriendo y sentandose incomodamente en la cama, él entro a la habitación y fue a besar su frente

—¿Como esta la niña más linda de todo el mundo?

—Bien —sonrió ella acomodandose el cabello y Sebas se sentó en la cama —Ya me dijeron que me van a dar el alta y podré volver a casa —sus palabras fueron disminuyendo su tono y ella bajo la cabeza. Estaba triste

 ∂éנαмє ιя -Sebastián Yatra-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora