cuarenta y dos

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Todo por tí

El viaje de avión fue completamente rápido, Millie iba sedada en una camilla y atapada por seguridad, solo podía ir un acompañante y Sebas fue quien estuvo allí a su lado agarrado con bandas de seguridad.

No era un avión cualquiera, era un avión de traslado a pacientes, eran aviones sin asientos y con muchas bandas de seguridad. Era un poco traumatico, pero Sebas se volvía a casa agradecido, volvía con su Millie viva, volvía con ella sin importar en que condiciones, él le agradecía a Dios por eso y por todo lo demás.

—Yo se que te fallé —murmuró él acariciando el cabello de ella —Se que te prometí que nos llevariamos a Ari a casa y no fue así, esta bien que estes enojada conmigo —se acosto sobre el pecho de ella —Pero jamás dejaré de amarte y yo voy a hacer todo por tí mi amor, me cuesta mi carrera que con mucho sacrificio la logré hacer, por tí lo dejó todo con la condición de que estes bien

Los médicos fueron extremadamente rápidos al atender a Millie y en darle una habitación, millones y millones de fans estaban en la puerta del hospital y muchísima seguridad calmando a todos.

Millie tardo más de doce horas en despertar y no quiso recibir visitas, ni regalos. Solo quería estar sola en su habitación y realmente ahora parecía de esas famosas que tenían la fama por las nubes. Sebas sabía que no era así, que solo era la situación que estaban viviendo pero realemente no era de esa Millie de quién se había enamorado y odiaba que todos en el hospital hablaran de lo engreída que parecia ser la famosa Millie Mason.

—¿Es que acaso los médicos de aquí no son profesionales? —murmuró enojada la madre de Sebastián y este giro sus ojos

—El mejor hospital decían, en Ecuador eran mejores —gruño bostezando y tironeando su cabello

—Estas molesto hijo y cansado —murmuró ella acariciando el cabello de su hijo

—¿Tanto se me nota?

—Pues no, ni un poquito —sonrió ella y él la miró —Pero eres mi hijo y te conozco, se que esta situación de que ella no quiere verte te vuelve loco

—Lo merezco ma

—No hijo, no mereces nada de esto y ella tampoco y se que sigues aquí por el amor eterno que le tienes y ella aunque haga creer que no, quiere verte, pero tú eres muy pasivo y ella tan orgullosa que hacen una pareja tan original

Sebas entro al cuarto de Millie, cuatro días sin verla, pero él sin irse de las afueras del cuarto. Abrió las ventanas para que entrara la luz y ella lo miro

—¿Que...

—¡No! —grito él y ella abrió los ojos, él nunca le gritaba —Tú escuchame, ahora hablaré yo y tú escucharas

—Esta bien

—Hay gente allí afuera que te ama, fuera de este hospital, de esta sala, de este país. Tienes a medio mundo paralizado, todos estamos contigo, tratamos de no hacerte sentir sola, y tu familia estando aquí, los fans rezando y si te acercas estan aquí afuera del hospital cantando tus canciones con velas encendidas, no nos hagas esto de darte por vencida, no te hagas esto Millie, intentalo.

Millie se largo a llorar desesperadamente y a él se le paralizo el corazón. Se acerco a ella y se acosto a su lado abrazandola, Millie se acomodo sobre su pecho y él apoyo su cara en la cabeza de ella

—¿Por que lloras? ¿Es por Maggie? —murmuró él

—Por ella, por Ari... —sollozó fuertemente —Por todo mi equipo, por Dios —grito ella desconsoladamente —Todos fallecieron y yo sigo viva... ¿Por que?

—Mi amor, Dios lo quiso así y debemos aceptarlo. Estas aquí, conmigo —sollozó él y la abrazó aún más

—Lo que más me duele es que me estuve comportando como una idiota y no me he preocupado por tí

—Mirame —susurró él —Estamos vivos y juntos. Podremos contra cualquier adversidad que la vida nos ponga en frente pero Millie, mi amor, lo haremos juntos. Nosotros siempre estamos bien si estamos juntos

Habían superado adversidades de la vida, habían logrado superar disturbios que Dios les ponía en el camino, Millie estaba evolucionando de a poco, pero estaba abierta a probar todo, así que practicaba el caminar, el mover su mano, le costaba por su poca movilidad de muchos meses, pero lo intentaba y eso reconfortaba a Sebastián

—Entonces tú dices que podemos...

—Yo no aseguro nada Sebas

—Luck, yo no quiero seguir ilusionandome, ni ilusionando a esa pequeña niña —murmuró refregandose la cara

—¿Millie que sabe de esto? —pregunto el rubio bebiendo una cerveza y Sebas levanto la vista —No Sebas... Esto no esta bien

—Ni una palabra a ella, esta saliendo de su transe, esta superando todo....

—¿Y tú?

—Yo le prometí cosas que no pude cumplir, así que estoy haciendo todo lo posible para cumplir lo que ella desee

—Esta bien, pero caeras algún día hermano, debes llorar.

 ∂éנαмє ιя -Sebastián Yatra-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora