treinta y seis

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Tú y Yo

Millie entro a cirugía y Sebas agradeció mucho a Dios por permitirle tener a su Millie por mucho, mucho tiempo más.

Sebas salió y todos, absolutamente todos fueron a abrazarlo, todos lloraban de felicidad

—Señor —llamó la recepcionista —Debe venir conmigo a firmar unas cosas —todos se miraron y Sebas acompaño a la mujer hasta la mesa de entrada

—¿Y que firmaré?

—Debe llenar la ficha de la señorita —él asintió —Y debe firmar que la señorita despertó por su propia cuenta sin que los medicos influyeran

—Dejeme entender —suspiró —Esto quiere decir que el hospital no se hará cargo de absolutamente nada de lo que le suceda a mi mujer —comprendió y la mujer hizo una mueca. Él tapo su frente y leyó lo que estaba por firmar. Alguién se paró a su lado y él miro de reojo

—¿Que sucedió?

—¿Que no estuviste aquí? —murmuró Sebas llenando la ficha personal de Millie

—Salí a fumar un cigarro, perdón —murmuró el chico y miro lo que Sebas estaba llenando — ¿Sabes cual es su signo de sangre? —le pregunto él y Sebas lo miro —RH +

—Si lo sé Kendall —murmuró Sebas llenando todo rápidamente por que quería volver con su mamá

—Yo se que te caígo mal, pero no hay razón

—No me caes mal —murmuró y le entrego todo firmado a la señorita, le sonrió y suspiró mirando a Kendall —Pero no eres la persona que mis ojos apreciarian por ver, lo siento

—Tenemos algo en común —murmuró él y Sebas lo miro —Pero Sebas, debes ser fuerte, sabes que ella no era para este mundo —sonrió —¿Sabes? mi psicologa me dijo que cuando sientes todo perdido, debes charlar con alguién que haya sufrido lo mismo que tú, por eso a veces llamaba a Millie, yo sabía que te enojaba pero realmente me sentía perdido sin mis campeones —sus ojos se llenaron de lágrimas —Y se que te enojaba, pero realmente me sentía perdido y la única que me entendía era Millie

—Lo siento —murmuró Sebas

—No pasa nada hermano, yo también me enojaría —sonrió y colocó su mano en el hombro de Sebas —Cuando tú sientas lo mismo que yo, puedes llamarme, a veces te va a dar miedo de hablar con Millie sobre estas cosas, yo no tenía opción, pero tú si. Cuentas conmigo

Ambos se abrazaron y Sebas trago en seco para no llorar.

—¿Me disculpas? —pregunto y Kendall asintió. Sebas se dio vuelta para hablar con la recepcionista —Señorita, una pregunta ¿Ari Tamis?

—Ella...

—¿Sigue aquí?

—Se ha recuperado favorablemente, esta en sala de recuperacion —anunció la mujer y Sebas asintió dandose vuelta y mirando a Kendall

—¿Me acompañas?

—Claro que si

Ambos fueron a las salas de recuperación

—¿Sabes la sala? —pregunto Kendall y Sebas lo miro —Oh, no preguntaste eso —susurró y ambos comenzaron a reir —¿Y como es la niña? si la vemos en alguna sala...

—Pues, no se tampoco como es, Millie me pidió que vaya a verla, que la cuide, venía en el accidente con Millie, ambas fueron las sobrevivientes, la he visto cuando bajo de la ambulancia pero es irreconocible —ambos continuaban caminando —Por que estaba toda hinchada y dañada...

—¡Sebastián! —gritaron de una habitación —¡Sebastián Yatra!

Kendall y Sebas se miraron y volvieron a la habitación de donde provenian esos gritos, allí estaba la niña, tenía dos fierros colgados del techo, y una pierna enyesada levantada en dos fierros en el aire. Su rostro tenía daños y signos de rasguños. Tenía una venda que envolvia su cabeza

—A.. —cerro sus ojos e ingreso a la habitación. Kendall se quedo en la puerta —¿Ari?

—Hola señor Yatra —dijo la muchacha, se tomo de ambos fierros y se logro parar Sebas quiso ir a ayudarla pero ella se levanto sola

—Ten cuidado por favor

—Tranquilo, estuve dos semanas en coma y casi tres semanas haciendo fisioterapia, ya he tomado mi movilidad —hizo una mueca —Bueno, casí

—No te vayas a caer

—¿Como esta Millie? —murmuró, tomo su silla de ruedas y se sentó en ella. Sebas abrió sus ojos y se acomodo cerca de ella —Tranquilo

—Millie... —cerro sus ojos —Ella despertó hoy del coma... Fue llevada a cirugía por su espalda

—¿Su bebé? —susurró la niña y los ojos de Sebas se llenaron de lágrimas y ella lo miro, pero bajo su cabeza

—Ya no hay bebé —murmuró él con un nudo en la garganta y Kendall hizo una mueca

—Lo mismo digo cuando hablan de papá —murmuró ella —Y ahora de mamá, ya no hay

—¿Quién te ha estado acompañando?

—Nadie —murmuró ella —Desperté y recorde que mi mamá ya no estaría más aquí conmigo —murmuró ella y Sebas la miro, estaba triste, ella secó sus lágrimas y Sebas se puso en cunclillas para verla mejor

—A partir de hoy, tú, muñeca, no estarás nunca sola —susurró él y seco sus lágrimas —¿Te puedo dar un abrazo? —la niña asintió mientrás lloraba y él la abrazo —No estes triste. ¿Que hay de tu padre o algún familiar?

—Pues mi tía ha estado llamando, ella no ha podido venir y es entendible —susurró —Y yo no se nada de mi padre hace mucho tiempo

—¿Por que no puede venir? —susurró él abrazando a la niña

—Porque si viene la correrían de su trabajo y todo es costoso —murmuró ella

—Son cosas que no tienes que preocuparte —sonrió él colocando el cabello rubio de la niña detrás de su oreja —De eso nos ocupamos los adultos, ahora tú tienes que recuperarte ¿Si?

—Sebas —hablo Kendall ingresando a la sala y ambos lo miraron —Millie salió de cirugía hace media hora

—¿Que dijo? —murmuró la niña, ella hablaba español, Kendall inglés. Todo era una mezcla, por suerte Sebas sabía hablar ambos

—Que Millie salió de su cirugía —murmuró sonriendole y miró a Kendall— ¿Porque no nos avisaron antes?

—No lo sé hermano, pero vamos que de seguro querra verte

—¡Quiero verla! —grito la niña —Andando

—No, no Ari. Ahora no van a dejar pasar a nadie pero cuando ella sienta ganas de ver a todos podemos verla ¿Si?

Ambos se despidieron, Sebas prometió volver y con Kendall corrieron por todos los pasillos hasta llegar al de Millie

—¿Ya la trajeron?

—Hace media hora —murmuró su madre saliendo de la habitación —Estaba despertando de la anestesia

Sebas asintió y miro a la habitación, vio que a Millie la habían dejado semi sentada por si necesitaba vomitar y no se bronco aspirara

Los ojos de él se llenaron de lágrimas e ingreso despació y con miedo

—Que bueno volver a verte —susurró ella dopada por la anestesia

—¿De verdad tú me dices eso? —murmuró él riendo —Yo deberia decirtelo

—Dilo

—Que hermoso es tenerte —murmuro él —Bienvenida amor de mi vida, si que me asustaste

 ∂éנαмє ιя -Sebastián Yatra-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora