Damian despertó en la sala de enfermería. Una sala particular para él y las maquinas que registraban sus signos vitales. Tozudo como es él, se sentó en la camilla y se quito los sensores pegados a su piel. Miro su herida junto a las muchas otras que tenia y suspiro.
- Imagino que se abra asustado por esto.
Se quedo sentado mirando al piso mientras escuchaba la puerta abrirse y cerrarse unos segundos después. Luego unos pasos que se acercaban a él hasta mostrar un par de botas oscuras ante sus ojos.
Ambos sabían que debían hablar pero ninguno sabia que decir. Ella lloro por él frente a todos en la pelea. Él la protegió contra su propia sangre a costa de su vida. No tardo mucho mas en que le chico con un sonoro suspiro quebrara el silencio en la habitación.
- No era mi intención avergonzarte con mi afecto por ti... pero quería que él supiera que tu vales la pena.... grite esas palabras.... aun cuando probablemente todos lo haya escuchado.... pero no me importa lo que opinen lo demás.... quería protegerte.... eso es todo lo que interesaba en ese momento.
El contacto con el pecho de su pareja en su rostro lo lleno de tranquilidad. Y todavía mas cuando las manos de la hechicera se posicionaron su su cabello, mientras lo cobijaban con los suaves movimientos que ella hace con él. Las manos del muchacho no pudieron evitar moverse y atraparon los muslos de la joven solo continuaba con sus caricias.
- Eres tan suave.... mis manos deben ser lijas para ti.
- T-tus manos son hermosas D-Damian
Ella soltó su agarre y se inclino para tomar las mano del joven y besarlas. Para luego posarlas sobre sus propias mejillas y seguir sollozando de alegría pero a la ven con gran pena.
- Moriste en mi brazos... tu corazón se detuvo... vi tu alma salir de tu cuerpo...
- ....
- Zatanna vino hacia mi... y con su magia atrapo tu corazón y lo obligo a latir mientras cerraba tu herida... perdoname Damian... yo no pude...
- Amada...
- Yo no pude hacer nada... me congele.... y te deje morir... soy una cobarde.... yo..
La voz de la joven maga se tapo por el choque de los labios de su compañero. Un segundo tardo en entender que sucedía y un segundo después sus manos atraparon el rostro del nuevo robin para impedir que se alejara de ella.
Su beso no duro mucho y tampoco fue repetido. Cuando se separaron él la abrazo y esta vez era él quien la consolaba a ella.
- Estoy aquí... eso es lo que importa... estoy aquí....