Incluso si no lo digo ➳ NCT[JOHNMARK]

C.2 Ese primer aroma

Mark estaba sentado en la sala de espera, tenía las palmas de las manos llenas de sudor debido a los nervios, era la segunda vez que se realizaba la prueba de género, y aunque quería pensar que los síntomas del día anterior se debían a algún tipo de trastorno mental momentáneo, muy dentro de sí conocía la respuesta.

Sin embargo, aún quería mantener la esperanza de que era un beta, pero el comportamiento de su cuerpo decía lo contrario, y aunque las probabilidades de que los laboratorios se equivocaran en las pruebas eran casi nulas, siempre existían un margen de error.

—Mark Lee —lo llamó una enfermera.

Caminó hasta el consultorio como un condenado yendo a ser decapitado, cada paso le quitaba un poco más de respiración, hasta que finalmente la enfermera abrió la puerta, en la habitación estaba una mujer sentada tras un gran escritorio, llevaba bata blanca y gafas, con el cabello sujeto en una coleta; miraba su expediente anterior comparándolo con lo que parecía uno nuevo. Mark tomó asiento, sintiéndose cada vez más nervioso, lo único que deseaba era que aquella doctora le dijera que todo estaba bien y que podía irse a casa, que era un beta.

—Esto puede ser un momento muy difícil para ti —habló la mujer, haciendo que toda esperanza en la mente del ahora omega se esfumara.

Al parecer, se habían mezclado los resultados, ya que, la prueba del expediente anterior no coincidía con la de él, su diagnostico inicial era el de alguien más.

—Eres un omega.

Mark sintió como si de pronto no pudiera respirar, su cuerpo estaba tenso, tanto que podía sentir como si de un momento a otro fuera a colapsar, apretó los puños, al igual que sus ojos, conteniendo las ganas de llorar, sintiendo como le escocia retener las lagrimas.

—Entiendo que puedes sentirte algo confundido, pero no tienes de que preocuparte, con un buen cuidado y tomando tu medicina, puedes llevar una vida completamente normal —Mark miró a la doctora como si esta hubiera perdido los cabales, no estaba confundido sino aterrado, de pronto su mundo parecía desmoronarse, no creía que pudiera afrontar esa situación así nada más—, sé qué todo el mundo tiene miedo de ser un omega, pero una vez que encuentres a tu compañero destinado veras que no...

—Basta —Mark la interrumpió, sintiendo que su mente estaba al borde del colapso—, no me diga que voy a llevar una vida normal. Tener que esconderme en mi casa cada mes, por temor a que me violen, saber que voy a tener que depender de alguien más para que eso se calme y encima de todo, si soy reclamado, no importa que quiera o no a esa persona, voy a vivir atado a él o ella ¿Eso le parece normal? —en los ojos de la doctora pudo ver la enorme lastima que tanto había temido recibir, y eso era solo el comienzo—. Yo... ni siquiera puedo pedirle a mi familia que me compre el medicamento, no tengo la menor idea de cómo voy a decirles esto.

Mark se tentó el pantalón, sintiendo el blíster de pastillas que había tomado de Ten, ya no podría devolverlas, y la dosis que quedaba podría durarle para una semana más, después tendría que vivir encerrado o con el constante temor de que alguien lo violara camino a la escuela o a casa.

—Mark, escúchame, sé lo que estas pasando, no eres el primer omega al que tengo que atender y tampoco serás el último —la doctora se levantó de su lugar, acercándose al chico para palmearlo del hombro—. Créeme, sé que es dificil, pero no por eso significa que vayas a llevar una mala vida, si lo que te preocupa tanto son los medicamentos, la clínica cuenta con supresores gratuitos —la mujer le extendió un pequeño folleto, y Mark, aunque no se sentía del todo aliviado, al menos tenía un peso menos encima—, quiero decir no es tan fuerte como la que has tomando, pero servirá para estabilizar tus niveles hormonales y disminuirá tu aroma, sí, tendrás que tener más cuidado, pero casi pasaras desapercibido, a menos que encuentres un alfa, si lo haces solo trata de no acercarte mucho ¿sí?