Capítulo 2: Madriguera Weasley

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A la mañana siguiente, me despedí de Dean apenas abrí los ojos.

- Pero, ¿no festejarás tu cumpleaños aquí?

- Es solo por esta vez - me encogí de hombros. - Quiero ir a ver a mis amigos.

- Claro, ya nos veremos en Hogwarts - me dio un abrazo y me despeinó un poco, así que aprovechó a revolver más mi cabello.

- ¡Oye! - exclamé, haciéndole cosquillas. 

Saludé a Jesse antes de bajar las escaleras con mi baúl y me dirigí a la chimenea.

- ¿Lista? - oí la voz de mi madre.

Se acercó hacia donde me encontraba con una media sonrisa.

- Espero que te lo pases muy bien allí, Mack, no quiero que te enfades.

Apreté mis dientes y le dije:

- Estoy bien.

- Mack...

- En serio... - aflojé mi mandíbula y suspiré. - Solo... Quiero irme.

Mi madre asintió.

- ¿Puedo abrazarte al menos?

No pude evitar sonreír y rodearla con mis brazos. 

- Está bien, ma, lo comprendo, no quiero ponerte triste tampoco, sé que ahora estás feliz con Jesse - y eso era verdad.

Ella asintió.

En ese momento, la chimenea se iluminó y aparecieron la señora Weasley y George a su lado. Los dos nos sonrieron al vernos.

- ¡Oh, tú debes ser Mackenzie! - la señora Weasley vino apresurada a mí para envolverme en un abrazo. Me apretujó fuertemente y miré a George por sobre sus hombros. - ¡Eres tan guapa, Ron habla mucho de ti!

- ¡Y yo! - exclamó George, alzando una mano.

Sonreí, divertida.

Al soltarme, me tomó el rostro entre sus manos.

- Te vamos a cuidar mucho, eso te lo aseguro, mi comida es deliciosa y las anécdotas de Arthur son las mejores.

- Y mi compañía es extraordinaria - agrega George nuavemente.

Mi madre larga una risita.

- Oh, Yasmine, gracias por confiar en nosotros - le agradece Molly, estrechando su mano.

- No es problema - sonríe ella. - Pues, que tengan buenas vacaciones.

La saludé por una última vez sin saber que esa sería una despedida que duraría bastante.

Nos colocamos los tres en la chimenea junto con mi baúl y tiraron los polvos flu, y nos trasladamos hacia La Madriguera.

- ¡Siéntete como en casa, Mackenzie, en un rato almorzaremos! - me dijo la señora Weasley, entusiasmada. - George, ayúdala con su maleta, por favor.

Y se fue a la cocina mientras una abalancha de pasos se oyó por las escaleras. Ron, Fred, Ginny, Percy y Madelaine Lupin bajaron de las escaleras y corrieron para saludarme. Bueno, Percy se quedó a un lado y me dio la bienvenida con un gesto de asentimiento. Ginny se ocultaba tras sus piernas.

- No es gran cosa pero es mi hogar - me dijo Ron, con su brazo sobre mis hombros.

- Es maravilloso - le dije sonriendo.

Fred y George me chocaron las manos.

Me tomé un momento en observar en lugar.

La cocina era pequeña y todo en ella estaba bastante apretujado. En el medio, había una mesa rectangular de madera limpia y sillas alrededor. El reloj que se encontraba en la pared tenía escrito cosas como: Hora del té, Hora de dar de comer a las gallinas y Te estás retrasando. Luego, me giré hacia la chimenea. Sobre ella había unos libros en pilas de tres: Haga su propio queso usando la magia, El encantamiento en repostería y Banquetes preparados en un minuto.

Mackenzie y la cámara secreta | [MEH #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora