Mackenzie y la cámara secreta | [MEH #2]

Epílogo

Cuando Ron vio a Ginny largó un grito de emoción y alegría. Harry llamó a Fawkes mientras Lockhart se levantaba del suelo algo atontado.

- Hola, ¿quiénes son ustedes? - preguntó en tono divertido.

- Yo soy una cantante famosa, - le dije y Ron estalla a carcajadas. - Mackenzie Edevane, mucho gusto. - Lockart me extiende la mano con cara de asombro. - ¿Quiere un autógrafo?

- Oh, esto es... ¡Asombroso! Creo que nunca había estado cerca de ningún famoso...

Luego de que convenciera a Lockhart de que le firmaría después, Fawkes nos llevó hasta la salida. Ginny todavía lloraba, pero cuando notó que estábamos en el despacho de la profesora McGonagall, se tranquilizó. Molly, su madre, estaba allí y la recibió con un abrazo y lágrimas.

- ¡Ginny! - decía con un respingo. - Estás bien... ¿Pero cómo lo hicieron? ¿Dónde estaban? ¿Se lastimaron? - se giró hacia Ron: - ¡Ron Weasley, qué has hecho!

- Pero, mamá...

- Él no ha hecho nada malo, señora Weasley - dije yo y Ron desinfló sus cachetes. - Ginny fue controlada por el diario de Tom Riddle y perdió la conciencia. No se preocupe, ella está bien, Harry derrotó al basilisco.

- Con tu ayuda - Harry pasó una mano por mi espalda y le sonreí.

- ¿Quién es Tom Riddle? - pregunta el señor Weasley con un tono celoso.

- Lord Voldemort.

Su expresión cambió totalmente.

Dumbledore entró al despacho y caminó hacia nosotros. Para mi sorpresa, no tan sorpresa, el director nos sonrió a través de sus anteojos en forma de medialuna.

- Lord Voldemort usaba su verdadero nombre anteriormente: Tom Riddle. Es mestizo por eso quería inventar otro nombre porque le tenía repugnancia a su apellido muggle. Ginny no tuvo la culpa...

Lucius Malfoy. Recordé que él le había dejado a Ginny un libro negro en su caldero el día que fuimos al Callejón Diagon. Al parecer, no fui la única en darme cuenta ya que Harry y Ron también se miraron de reojo. Luego de que la señora y el señor Weasley se retiraran, Dumbledore nos pidió a Ron, Harry y a mí que vayamos a su despacho. Cuando subimos las escaleras, sentí que un nudo de nervios se me estabba formando en la garganta. Aunque nos haya perdonado lo que pasó en primero, no significaba que este año nos vaya a perdonar por todo lo que habíamos hecho.

- Bueno, siéntense.

Nos miró por unos segundos y Ron tenía ganas de vomitar.

- Quiero decirles que ya les había avisado que la próxima vez que rompieran las reglas, serían expulsados. Con todo lo que pasó, rompieron más de cincuenta reglas de Hogwarts.

- Sí, señor... - respondimos los tres al unísono. 

Mi madre iba a matarme, pensé. Dean vendría solo a Hogwarts. He decepcionado a mi familia.

- Pero, - dijo, mirándonos con una sonrisa. - recibirán el premio especial a los servicios del colegio. 

Ron y yo nos miramos con la boca bien abierta y cambiamos de expresión. 

- Creo que es hora de qué Hagrid vuelva, ¿no es cierto?

Asentimos y Dumbledore le indicó a Ron que enviara una lechuza al ministerio. Cuando salió del despacho, nos observó con curiosidad y se arrimó a la espada llena de sangre.

- Señor... - empecé, dándole el diario de Riddle. - Esto lo dejó Lucius Malfoy en el caldero de Ginny una vez en las vacaciones. Creo que él fue el culpable de todo.