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Mi doble se reincorporó de nuevo con nosotros después de ese incómodo momento. Se colocó a lado de Cisco para poder mirar lo que se mostraba en las pantallas.

—¿Quién es él? —señaló ella curiosa la foto en la pizarra—Lo he visto antes.

—Es nuestro villano en cuestión —le respondió Caitlin acercándose a esta—Clifford DeVoe o mejor dicho... ¿ya lo habías visto?

Asintió horrorizada.

—Una vez, me siguió hasta mi casa pensando que yo era tú —pasó de mi para pararse en medio del cortex—Hubieran visto su rostro al ver que no podía leer mi mente —rió divertida.

—Con eso que acabas de decir, creo que nos has dado una enorme ventaja —dije.

Asintió sonriéndome con complicidad. No hacía falta que le explicara lo que tenía en mente.

—Bueno, entonces, permítenos contarte lo que DeVoe planea hacer —le dijo Cisco acomodándose en su silla—Esos satélites que podemos observar, los planea ubicar en puntos específicamente calculados alrededor del mundo.

—Y cuando las computadoras cuánticas se enlacen...

—Usará esa red para, básicamente, emitir una serie de ráfagas de materia oscura —le interrumpió Cisco.

—Eso reiniciará la corteza pre-frontal de cada hombre, mujer y niño de esta tierra —finalizó Caitlin.

El rostro de mi doble, era todo un poema al tratar de entender lo que habían explicado.

—¿Y cómo lo encontraremos? —preguntó Barry proviniendo del pasillo—No hemos podido registrar la energía de su dimensión de bolsillo desde el ataque.

—Bueno, sabemos que necesitamos un proyectil sin tecnología para detener los satélites de DeVoe y hemos estado buscando un objeto, cuando lo que en realidad necesitamos, es una persona.

Caitlin caminó hasta pararse detrás de la otra pantalla que se encontraba aquí.

—Amunet —nos sonrió como si hubiera encontrado una especie de premio.

Barry y yo nos reímos divertidos por la idea arriesgada de nuestra amiga.

—Sé que no es la elección ideal, pero las esquirlas de alnico propulsadas psíquicamente de Amunet son más que letales. Son completamente inmunes a los poderes de Kilgore de DeVoe.

—Cait, ella te secuestró —dijo Barry tratando de guardar la compostura—Intentó venderme a la esclavitud meta-humana.

—Y, en todo caso, ¿sabes dónde ubicarla? —pregunté.

Ella bajó la mirada de nuevo hacia la pantalla, tecleó un par de veces hasta que nos mostró una ficha de identificación.

—Hace unos días estuve buscando su rastro usando el nombre de Amunet pero no encontré nada... así que, tuve que recurrir a su nombre real, Leslie Jocoy —cruzó los brazos—Solo que hay demasiadas direcciones.

—Entonces, empecemos ya.

Barry corrió a ponerse su traje y al estar de regreso, al no verme con mi traje, frunció el ceño.

—Creo que solo iré contigo —le indicó Caitlin—Démonos prisa.

Él, sin chistar por la decisión de ella, la cargó con cuidado para transportarla.

Fast Enough -parte 4 | Find outDonde viven las historias. Descúbrelo ahora