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El día de hoy, Barry y yo tuvimos que venir a la escuela de los niños porque Toby tendrá una carrera importante la cual definirá si pasará a la etapa siguiente.

—¿Está tranquilo? —le pregunté a Barry que se encontraba de regreso después de haber hablado con él.

—Solo un poco nervioso —tomó asiento a lado de las niñas—Le dije que nada de poderes —susurró.

Los papás y familiares comenzaron a gritar cuando los competidores salieron para acomodarse detrás de la línea de salida.
Ellos ya listos, solo esperaron la señal para iniciar la carrera.

—Solo son dos vueltas. Sé que podrá, estuvimos entrenando durante semanas —en su voz había algo de nerviosismo—¡Vamos Toby! —gritó para alentarlo.

—¡Vamos hermano!

Solo faltaba una vuelta y él se encontraba en segunda posición pero no le faltaba nada para alcanzar al compañero de delante.
Los cuatro estábamos teniendo una mezcla de nervios, tensión y emoción por verlo acercarse más y más a la línea de meta hasta que...

—Ay no, pobre —dijo una mujer a mi lado.

—¡Toby!

Salí corriendo para acercarme hacia donde estaba su entrenador para esperarlo allí para cuando lo trajeran las enfermeras en la camilla.

~*~

—Que bueno que decidieron a qué mejor lo revisara yo —nos dijo Caitlin mientras enyesaba su pierna—Tardará máximo dos días en recuperarse.

—Gracias tía Cait —dijo Toby triste y con la sábana de la camilla se cubrió hasta la cabeza.

—Habrán otras carreras mi niño —ella le describió un poco la cabeza y le dio un tierno beso.

—Mi amor, no estés triste —me senté en la orilla de la camilla para poderlo abrazar.

—Quiero estar solo.

Barry me tomó de la mano y con un movimiento de cabeza me indicó que era mejor salir de ahí hasta que él se sintiera mejor.

—Que mala suerte es romperte una pierna corriendo a una velocidad normal siendo tú un velocista ¿no? —Cisco al decirlo sonrió pero al ver nuestros gestos, volvió a ponerse serio.

La alarma de la computadora sonó indicando que había un robo en el banco de Central City, Barry y yo estábamos por irnos cuando Cisco me detuvo.

—No tan rápido—me tomó de los hombros—Tú no puedes ir a ningún lado. El traje no está listo del todo, falta que le quite un par de cosas y no quiero que se repita lo de ayer.

—¿El mío lo está?—preguntó Barry y él asintió—Mejor quédate, Toby puede necesitarte.

Mientras él iba a cumplir con su trabajo, fui con Cisco hasta la sala de investigaciones, donde ahí, seguía reparando mi traje y al parecer estaba teniendo algunos problemas en hacerlo.

—No entiendo porque no me deja retirar el software —le dio un sorbo a su bebida, la puso sobre la mesa donde trabajaba pero este, sin querer se derramó sobre el traje haciéndolo sacar chispas—¿Es en serio?

—Relájate, solo es un poco de soda. Mejor hay que dejarlo secar.

Salimos de la sala y al estar en el cortex, Barry ya se encontraba allí con un gesto de mal humor.

—Resbalé con canicas, ¿pueden creerlo?—se dejó caer en una de las sillas del escritorio.

—Al parecer no soy él único que está teniendo un mal día—dijo Cisco de forma frustrada—¿Al menos supiste quién fue?

Fast Enough -parte 4 | Find outDonde viven las historias. Descúbrelo ahora