Hope. Segunda temporada.

Treinta. "Happy Place"

Capitulo treinta.

Volvíamos a estar dentro del auto de Louis, solo que con Fizzy dentro. Nos dirigíamos hacia una montaña, en donde la familia Tomlinson tenía una cabaña frente a un lago. Según lo que Daisy había dicho, era uno de los lugares más hermosos del planeta, y lo pude confirmar cuando llegamos. La paz… el aire que se respiraba al salir del auto era tan natural y sin la contaminación de la ciudad que hasta costaba creerlo. No hacia frio pues ya estábamos en verano, aunque el viento era refrescante. La casa por fuera estaba construida con madera, de un color nogal; el techo era de tejas azules; tenía una chimenea de ladrillos perfectamente acomodados. El lago se veía tranquilo y las montañas con el césped cortado o nivelado hacían un relieve increíble.

-Viste, Hazz, te lo dije – Daisy me sonrió cuando bajamos del auto.

La cabaña por dentro era de ensueño. La sala era reconfortante, con varias alfombras en el piso, muebles, la chimenea, una gran mesa en medio y un hermoso piano de cola negro; decorado a un estilo rustico con algunos cuadros de fotos de paisajes, fotos familiares, una escalera que supuse que daba hasta las habitaciones y una puerta que daba a la cocina. Olía a pino dentro. Dejamos las cosas en la entrada, para volver a salir. Observe cada musculo de Louis detalladamente mientras bajaba una pesada caja que su madre había traído, no eran como los músculos de un atleta, pero tampoco eran como los flácidos brazos que yo solía tener, su cara estaba un poco roja y brillante por el sudor, sus ojos brillaban por el sol. Taylor paso frente a Louis llevando su guitarra en un bolso, fruncía un poco ceño.

-¿Qué sucede? – le pregunte cuando la vi suspirar con pesadez.

-¿Cómo se supone que le pida a Fizzy que sea mi novia si su madre no me deja estar con ella  a solas? – miro hacia donde ella estaba, llevando unas bolsas con su madre al lado – tuve la oportunidad en el auto de Louis, pero no quería hacerlo al frente de su hermano.

-Taylor, mira en donde estamos – abrí ambos abrazos a mi lado – pueden tomar un paseo por donde quieran.

-Otra cosa – me miro con una vena marcando su frente y una sonrisa irónica en sus labios - ¿Un viaje familiar al campo? Harry, ¿Sabes quién soy? Una rockera que ama la ciudad, me gusta el molesto sonido de las bocinas de los autos,  acostumbrada al contaminado ambiente, a los insultos, a las luces brillantes. Maldita sea. Me da hasta lastima encender un cigarro aquí.

-Toda una estadounidense – dijo Louis a nuestro lado – tranquila, te acompañare en cada cigarro que enciendas.

-Gracias, pero igual no creo que a tu madre le guste esto para su hija.

-Sí, bueno…

Subimos hasta el segundo piso para ver las habitaciones. Habían cuatro, éramos ocho. Louis y yo iríamos en una; las gemelas en otra, la mama de Louis en una, Fizzy, Taylor y Lottie en otra. La habitación de Louis y la mía era de dos camas individúales, las cuales unimos para estar en una sola, una ventana que daba vista al hermoso lago,  un pequeño candelabro y una gran alfombra bajo la cama. Louis camino hasta mí, tomando mi cintura posesivamente.

-¿Es lindo? – me pregunto dándome un beso en el cuello.

-No tanto como tu – le bese. Unos golpes en la puerta nos hicieron separarnos de mala gana. Louis fue a abrir la puerta fastidiado, pero no la abrió completa, solo puso su cuerpo entre esta para que no se viera hacia adentro.