El Mejor Año.

12.- Noche de amigos.

Sehun salió de su dormitorio sin ganas. Le había dicho a Tao que dejaba sus cosas y lo alcanzaba en el dormitorio de Kyungsoo.

Suspiró.

-Lo que hago por Tao.

Caminó lo más lento que pudo hasta el dormitorio. Tocó.

-¿Quién?- Baekhyun abrió y sonrió.- Oh Sehun...

-Hola.- Se bastó el rubio.- ¿Puedo pasar?

-Claro.

Los dos entraron. Sehun se maldijo, Tao no estaba aún.

Minseok volcó los ojos.

-¿Este que?

-Min...- Luhan lo calmó.- Es amigo de Tao y se ofreció para ayudarnos.

-¿Ayudarnos?- Kyungsoo hizo una mueca.- No necesitamos ayuda.

Baekhyun se sentó en una cama, alado de Yixing. El chino estaba leyendo un libro nuevo y estaba perdido.

-¿Y Tao?- Preguntó Sehun.

-Yifan le pidió ayuda en algo.- Luhan habló.

-¿Que?- Baekhyun se quejó.- ¿Y aceptó ayudarlo enseguida?

-Si.- Kyungsoo contestó.

-Ese panda.- Volcó los ojos.

Sehun ladeó la cabeza.

-¿Tienen algo en contra de YiFan?

-De todos ustedes - Habló Minseok.

-¡No es cierto!- Luhan intervino.- Nos caen bien.

-Me caen mal.- Siguió Min.

-A mi tambien.- Kyungsoo lo apoyó.- Todos.

Sehun cerró los ojos. Tenía que calmarse, dejar su ego a un lado y ganarse a ese estúpido pelirrosado ya.

-¿Ya paran?- Luhan habló.- No les caen mal, solo son odiosos. Ignoralos Sehun, les gusta molestar.

El rubio asintió.

-Estoy acostumbrado, Jongdae lo hace todo el tiempo.

Minseok se levantó rápidamente y salió del cuarto.

Luhan suspiró.

-Okay, tal vez Min tiene algún problema con ustedes pero lo estamos trabajando.

Al poco rato. Minseok regresó acompañado de Tao. El panda llegó y se dejó caer en una cama.

-¿Qué pasó?- Se acercaron Luhan y Sehun.

-Yifan...

Sehun volcó los ojos.

-¿Ahora que te hizo?

Tao lo observó. No lo había visto.

-Oh.- Se incorporó.- Nada... Solo aún se enoja de que los ayude.

Baekhyun sonrió.

-¿Tienen ideas para las canciones?

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Jongin manejó hasta el Dream.

Se estacionó a una calle y suspiró mientras se daba valor.

-Solo baja, elige un chica. Saca a Kyungsoo de tu cabeza... Fácil.
Pensó en el pequeño lleno de odio que le había estado robando los pensamientos.

-¿¡Por qué tiene que ser tan lindo!?- dejó caer su cabeza en el volante.

Al inicio había pensado en acercársele por qué le había parecido interesante. Luego algo lo obligaba a intentar hablar. Pero solo bastó un intento de conversación justo en ese estúpido club, para que viera que gustaba de él.