Capítulo 11. Todo tiene un lado oscuro.

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De repente, desperté, atado a una silla, en un lugar que no conocía, parecía una mina. Estaban varios hombres vigilándome, mire hacia mi cinturón, pero no tenía mis armas. No había posibilidad de librarme sin ayuda. Cuando los hombres se dieron cuenta de que había despertado, uno que parecía ser el alfa, utilizó un walkie-talkie para comunicarse con alguien, y dijo:
—Oye, ya despertó.
Luego escuché a alguien bajar las escaleras, era la chica misteriosa, y me miraba fijamente, aún que no podía verla por su máscara, me di cuenta que era el centro de su atención.
—Hola, agente SL. Qué triste que hayas caído aquí como una rata, que es lo que eres. —dijo la chica con una voz modificada.
—¡¿Quién eres?! —pregunté.
—Créeme, no quieres saberlo.
—Sí, quiero saber quién es la zorra que ayuda a la sabandija de Tony Capuletto.
—Cuida tu boquita alimaña.
Acercó un cuchillo a mi mejilla, y me cortó.
—¡¿Qué haces?! —exclamé.
—Limpiándote de tantos pecados. Eres un pecador, buscas los cristales sólo para ayudar a unas personas que saben que estás aquí, pero ni aunque las galaxias se alineen vendrán por ti, por favor, no te creas importante para ellos. A cambio nosotros queremos crear un mundo mejor, con la cura a las enfermedades, lo llamamos Veneno, con las propiedades de los cristales lograremos crear el Veneno, un suero capaz de crear súper humanos. No habrá más muertes, únete a nosotros, o muere, bastardo.
—¡Ja! Prefiero la muerte a ser una de sus ratas de laboratorio.
—Como quieras, entonces te iré cortando hasta que parezcas un bonito rompecabezas, y creo que ya mereces saber mi identidad, SL.
La chica misteriosa se quitó la máscara, era Sasha Parker.
—¡Qué! Con razón que no encontré tu cadáver, ¿por qué lo hiciste Sasha?
—Siempre fui una fiel agente, pero me pagaban solo enviándome a mi casa mientras arriesgaba mi vida a diario. No valía la pena, únete a mí, y puede que sobrevivas.
—Jamás, me uniría a ti. ¿Por qué lo hiciste? ¿Tú asesinaste a Iris?
—Sí, yo asesiné a Iris porque me descubrió hablando con alguien de nuestros planes. Que bajo has llegado, créeme, ya tocaste fondo. El audaz león capaz de llevarse a cualquiera por delante por sus objetivos está convirtiéndose en un gatito mimado. Ahora, dime dónde tienen el último cristal de León.
—Primero muerto, pero de todas formas, solo eres un peón en este juego, quiero hablar con el hombre a cargo.
Sasha me abofeteó.
—¡Maldito bastardo! ¿Como te atreves a hablarme así? Yo estoy a cargo por ahora.
—Ya cállate y déjame hablar con el muchacho, Parker. —dijo una voz algo lejana, mientras alguien bajaba por las escaleras.
Era Tony Capuletto.
—Como ordene, señor. —dijo Sasha bajando la cabeza.
—Muchacho, cometiste un error a intentar llevarnos la contraria. Todo siempre fue una conspiración para hacerte perder el tiempo. Sospechaste de todos, de Paul, de Valerie, de Merlot, hasta de Constance Copper, pero no sospechaste de...
—De mí señor Lewis. —dijo Mariah Thompson emergiendo de la oscuridad como la típica villana de un cuento de hadas.
—¿Mariah?, ¿es en serio, contigo estaba hablando Sasha cuando Iris la descubrió? Seguro tú le dijiste que la asesinara, encubriste a Sasha y por eso no dejaste que me acercara. Tú eres el cerebro de esta operación.
—Sasha, ciérrale la boca a esta sabandija. —ordenó Mariah.
—Como ordene. —aceptó Sasha.
Mientras Sasha buscaba la cinta adhesiva...
—Cómo pudiste faltarle el respeto a la O.A.S.D.
—Faltándoselo. Además Tony es todo un hombre.
Mariah besó a Tony en la boca.
—¡Genial! Es como ver a dos víboras besarse. ¿Sasha, desde el principio sabías que Mariah era una impostora?
—Claro, desde un principio Tony nos contactó a las dos. No pienses que la O.A.S.D. Era un lugar sano, nunca debes confiar totalmente en nadie, nunca le cuentes todo, siempre guarda algo, si las cosas comienzan mal con esa persona, y sabe todo de ti, te destruirá fácil y despiadadamente. Asimismo es con la O.A.S.D. se veía como un lugar seguro, en donde todos trabajaban para que nada afectara su seguridad. Pero todo tiene un virus, todo tiene un lado oscuro, así como la luna tiene su lado oscuro, el sol por más brillante que parezca alumbra hacia la tierra, pero existe el lado apagado, frío y crudo brillando para sí mismo, S. —dijo Sasha.
—Ya me cansé de hacerlo sufrir psicológicamente, dame el último cristal de una vez por todas. —dijo Tony.
Mariah puso un maletín de plomo en la mesa, colocó sus huellas digitales, y abrió el maletín, se puso un guante, tomó el cristal y se lo entregó a Capuletto. Ese fue el momento más desgarrador de toda mi vida.
—Listo, ya sufrió bastante, ahora sédenlo para que comience el espectáculo más tarde.
Una aguja se introdujo en mi cuello, y comencé a ver todo borroso.

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