Epílogo.

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Y así, por fin teníamos paz.
Val y yo compramos la mansión de París, pero no la habíamos visitado aún, primero comenzamos a viajar en un jet privado por el mundo, visitamos todos los continentes.
Connor mientras estábamos de viaje, arregló su camioneta, se compro la mansión de al lado, un poco más individual y llenó la casa de gatos. Pues tenía una secreta obsesión con ellos.
Constance, Lilia y Merlot están en Los Ángeles dirigiendo la O.A.S.D.
Marjorie, Zack y Tanner siguen en RED, a salvo.
Tiddy aún vive con Marjorie, hasta que lleguemos de nuestro viaje que lo traeríamos a Francia.
Ya íbamos hacia París, nuestro último destino para establecernos, casarnos y formar una familia, cuando un helicóptero disparo un torpedo hacia nuestro jet y comenzamos a perder altitud.
—¡Maldición! —exclamé mientras pilotaba.
—¿Qué pasa amor? —pregunto Val mientras abría la puerta de la cabina con una copa de vino en la mano.
—Un helicóptero nos está atacando.
Otro torpedo fue disparado. La copa que Val tenía cayó al suelo y se rompió.
—Vamos a caer. —dije.
—Me prepar...
El jet se estrelló en unas montañas nevadas...
Estaba adolorido por el impacto, pero lo único que me importaba es que Val estuviera bien.
—¿Val? ¿Donde estás? ¿Estás bien? —preguntaba histérico.
—Aquí estoy. —respondió.
Salimos por la escotilla de emergencia, el helicóptero había desaparecido, al menos eso creíamos en ese momento.
De repente apareció Tony Capuletto detrás de Val, apuntándole al cuello con una pistola.
—¡Suéltala! —exclamé.
—No lo haré. Mariah está esperándome en el helicóptero. Me la llevaré o acabaré contigo y con ella.
Capuletto estaba retrocediendo poco a poco.
—¿Cómo sigues con vida? —pregunté.
—Teníamos un plan, Mariah se encontró en la carretera el artefacto para descomponer de tu amigo, así que nos introdujimos ahí. Cuando explotó el helicóptero, éramos polvo, luego un discípulo al que le advertí busco el artefacto, nos devolvió a nuestra composición y aquí estamos.
—No puede ser.
—Pues si lo es. Adiós Sebastian.
Capuletto se llevaba a Val, y no podía reaccionar de ninguna manera, le apuntaba con una pistola al cuello, y yo no estaba armado. Val tenía el bastón pero no alcanzaba para oprimir el botón y transformarlo en el sable, pero fui yo quien debió hacer más.
Montaron a Val en el helicóptero, la sedaron y se fueron, intente seguirlos, pero era en vano, hacía frío, estaba solo, solo tenía esperanza de que estuviera bien. Ella saldría ilesa de las garras de Capuletto. Comencé a bajar la montaña y ni por un segundo saque de mis pensamientos a Val.
Horas después despertó Val, en una habitación oscura, repleta de científicos. En una camilla de hierro, amarrada, semi-desnuda, solo con una especie de traje color piel que solo cubría su torso. Luego aparecieron Capuletto y Mariah.
—No te asustes niña, queríamos a tu noviecito, pero no se dejó agarrar, así que probaremos Veneno en ti. —dijo Capuletto.
Unos guardias cargaron a Val hacia una especie cápsula horizontal de vidrio llena con agua hasta la mitad, cerraron la cápsula, y unas agujas se incrustaron en la piel de Val. De esas agujas comenzó a salir un líquido amarillo fluorescente, que era Veneno. Estaban usando Veneno en Valerie Copper, la pregunta era... ¿Sobrevivirá?
Un destello comenzó a salir desde el interior de la cápsula. Advirtiendo una explosión pero nadie hizo caso, las personas se quedaron ahí, y luego la explosión que ya había sido advertida, detonó y aniquiló a Capuletto y a Mariah, todo su esfuerzo fue en vano. Fueron los primeros en morir con los resultados de su amado líquido destructor de gente no-digna.
La explosión aniquiló a todo el personal en la habitación, excepto a un chico.
El cabello de Val se había convertido de color rubio plata, casi de color blanco. En eso Val despertó y rompió la cápsula con su mente, se levantó, y observo los cuerpos sin vida de todos, excepto el único chico sobreviviente.
—¿Quién eres? —pregunto la envenenada Val.
—Mi nombre es Aaron, soy científico. —dijo asustado.
—Sobreviviste a la explosión, eres alguien fuerte sin duda.
—Su-pongo. —tartamudeó Aaron.
—Capuletto me hizo esto, escoria. Todo su esfuerzo fue en vano. Y SL, dejo que me llevara y me hiciera esto, va a pagar, toda la O.A.S.D. sufrirá mi venganza.
En un rincón estaban las cosas de Val y también el bastón-sable que Constance le había regalado.
—Pero eres Valerie Copper, ¿no se supone que no debes atentar en contra de tu organización?
—Ya no más. Desde ahora soy La Dama Oscura. Comenzaré mi imperio con mis poderes y el que se oponga, lo haré retorcerse de dolor.
—Entonces te apoyaré en esto, pero ya tampoco seré Aaron. Ahora mi nombre es Ares, y estoy preparado para comenzar una guerra junto a la gran Dama Oscura. —exclamó Ares.
—Que así sea, Ares. —dijo La Dama Oscura sonriendo.
Y así, Capuletto logró su mayor deseo, crear un súper humano, aún que no lo podrá apreciar, La Dama Oscura comenzaría a dirigir el imperio de Capuletto, y así, convertirse en el ser más poderoso y peligroso del mundo.

Después de todo SL deberá enfrentarse a sus temores más oscuros, en ellos la nueva realidad que tendrá que vivir. Perderá todo con tal de volver a ver a Val. Y no sabe que ella pertenece a otro bando, la oscuridad se acerca y puede tomar parte de cualquier individuo. —L.

Oscuridad se acerca y promete arrasar con todo a su alrededor.

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