Capítulo 4

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  • Dedicado a Fernando Everett de Santoy
                                    

Luego de que la película terminó, Miranda tomó su mochila, se despidió de Santiago y se fue. No era tarde aún pero sería mejor ir a su casa lo más pronto posible ya que su mamá estaría preocupada aún cuando le mandó un mensaje diciéndole dónde estaría; y lo que menos quería era que la castigara por pasar la tarde con un amigo con el que se la pasa muy bien. No.

―Mamá ya llegué ―gritó Miranda cuando entró a su casa. No quería imaginarse lo que le esperaba por no haber preguntado si podía ir con su amigo, pero de cualquier manera fue algo que sucedió ese día y no habría ido a su casa para pedir permiso y luego volver a irse.

―Al fin llegas, ¿dónde estuviste? ―Preguntó su mamá, con un tono muy serio.

―Estuve en la casa de un amigo, te mandé un mensaje avisándote que estaría ahí ―explicó ella para no tener tantos problemas.

―Sí, me llegó tu mensaje. Lo que me inquieta es a que fuiste a su casa.

―Mi amigo hace unos dibujos increíbles y me dijo que tenía todas las paredes de su cuarto tapizadas con ellos, y al salir de la escuela la pregunté si podía ir con él para verlos porque me gustan mucho sus dibujos. El plan era sólo ver sus dibujos y ya, pero comí ahí además de que hicimos algunas otras cosas como dibujar y ver una película para pasar el rato, sólo eso ―dijo ella. Quizá su madre no lo creería pero eso fue lo que sucedió.

―Está bien, confiaré en tú palabra. Quiero conocer a ese amigo tuyo con el que pasaste la tarde.

―Ok, pero no estoy segura de saber si quiera venir, él es muy tímido y creo que le dará mucha pena venir, pero trataré de convencerlo ―murmuró Miranda para que su mamá no pensara que habían hecho otras cosas. Tal vez cuando lo conociera vería que estaba diciendo lo que había sucedido y que no le estaba mintiendo, porque conocía muy bien a su madre y sabía que no había creído del todo lo que le había contado.

Cuando su mamá y ella dejaron de discutir, Miranda subió hasta su habitación, dónde se puso a pensar en las cosas que su amigo dibujaba cuando quería hacerlo rápido, muy simple y casi sin significado para él, o eso era lo que decía. Era impresionante que no tuviera limites para imaginar cosas incluso si tenía poco tiempo, algo que para ella no era posible. Cuando tenía que pensar en algo rápido no se le ocurría nada, era como si su mente se bloqueara temporalmente hasta que ya no lo necesitaba; una de las cosas que más odiaba.

Dejó de pensar por un momento y tomó su laptop para revisar si la publicación de los dibujos tenía más comentarios, y así fue. Había muchos comentarios nuevos, y al igual que antes la mayoría eran para el dibujo de Santiago. Según la opinión de él no era de los mejores dibujos que tenía, ni siquiera se acercaba a estar pegado en su pared formando parte de su "tapiz", pero para la opinión de muchos otros era un trabajo excelente, de todo  un profesional, aun cuando según él no estaba terminado.

Quizá quería difuminarlo un poco o quién sabe qué es lo que le faltó hacer, pero así justo y como estaba era un dibujo perfecto, lo que no le agradaba a Miranda era que casi nadie sabía de lo que su amigo era capaz de dibujar. Todos en la escuela lo veían como un bicho raro sin siquiera conocerlo y saber algo de él, así como a ella la juzgaron el día anterior, a él lo juzgaban desde que había entrado ahí, sin importarles saber que podía hacer, porque él podía hacer grandes cosas que no muchos pueden.

Olvidándose de ese asunto dejó de ver los comentarios y comenzó a hacer la poca tarea que les había dejado el maestro de química; era para dentro de dos días cuando volverían a tener esa clase, pero aun así sería mejor hacerla en ese momento que no tenía ninguna otra cosa que hacer, a esperar para hacerla en el último momento.

Además quizá la química podría ser interesante si ponía un poco de atención en clase e investigaba a fondo lo que el maestro pedía. Aunque si llegara a resultarle interesante, para ella la mejor clase siempre sería arte; dibujar, pintar y todo lo que tuviera que ver con esa materia la relajaba mucho, aparte de que no era difícil. A diferencia de química donde por el momento debería aprenderse los símbolos de los elementos químicos metálicos y no metálicos quién sabe para qué cosas.

El Tímido Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora