Cap. 19 - Pt. 1

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En está ocasión sí es verdad :D con ustedes nada más ni nada menos que la primera parte del capítulo 19. La segunda parte la publicaré el 15 de febrero, cuando la novela tenga 1 mes de estar en Amazon.

Ahora sí, los dejo con la primera parte del capítulo, que es algo pequeña.

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Miranda había estado llorando durante todo el día. Deseaba no haber ido al cine, deseaba no haber salido de su casa en ningún momento. Ya no podía hacer nada; lo hecho, hecho estaba. ¿Ahora qué? ¿Qué diablos haría? Llorar y lamentarse no arreglarían nada, mas no podía evitar hacerlo. Se sentía completamente destrozada, le habían arrebatado algo injustamente; no sólo perdió a su novio, sino también a su mejor amigo, al que tanto quería. El chico tímido e inocente que ya no tenía la menor idea de quién era ella.

Su habitación estaba hecha un desastre, por qué al llegar a su casa comenzó a arrojar y romper todo lo que pudo. Cuando se quedó sin nada más que romper, se tiró en su cama y lloró lo más fuerte que pudo hacerlo, el golpe que sintió al escuchar las palabras de Santiago no había sido para nada lindo. Ninguno de los dos tuvo la culpa, pero tal vez el accidente pudo haberse evitado.

No podía dejar de preguntarse "¿por qué?" a sí misma, una y otra vez. La vida era injusta. ¿Por qué cuando le sucedía algo bueno, sucede algo malo? ¡¿Por qué?! No había nada que hacer, más que aceptar los hechos, sólo eso. Pero no podía hacerlo. Se negaba a aceptarlo. No lo aceptaba por lo doloroso que era.

Se quedó dormida después de haber llorado tanto. Y ni siquiera en sus sueños podía olvidar esas escenas de su vida: Santiago cayendo por las escaleras, terminando inmóvil e inconsciente en el piso; y luego él preguntándole quién era cuando despertó. Como si no fuera bastante malo recordar esos instantes de su vida cuando estaba despierta, su subconsciente también se lo recordaba mientras se encontraba dormida. Despertó agitada varias veces, ya no lo soportaba. Prefería estar despierta el resto de la noche para no tener que soportar de nuevo esa pesadilla.

La mañana siguiente, Miranda estaba sentada en su cama, con la mirada perdida, y tenía horribles ojeras. Su madre se horrorizó al verla así. Sabía lo que había sucedido con Santiago, pero, ¿cómo era posible que le afectara tanto? No estaba bien. No quería ir a la secundaria, no quería levantarse de su cama, ni siquiera quería ver la luz del día.

Luego de un largo rato de discutir con su madre, Miranda se levantó, se cambió de ropa, y fue a lavarse la cara; aunque eso no ayudaría en mucho para disimular las ojeras. Tomó su mochila y se fue. No había comido casi nada desde el día anterior, y no quería hacerlo; tener el estomago vacío facilitaba soportar el vacío emocional.

Cuando llegó a la secundaria, no quería entrar al salón. Recordar que antes cada vez que entraba, se sentaba junto a Santiago y hablaban sobre cualquier cosa, o simplemente lo veía mientras dibujaba; pero ahora, no sería así. Entraría, y al sentarse junto a él, la vería como la loca que el día anterior aseguraba que lo conocía, cuando él no tenía ni la menor idea de quién era. No quería que le volviera a preguntar aquello: "¿quién eres?", "No logro recordarte. No sé quién eres". No. No soportaría volver a escuchar esas palabras de la boca de Santiago. No.

Estaba a punto de darse la vuelta e ir a otro lugar, pero no pudo. El maestro se encontraba detrás de ella, y la obligó a entrar. Todos los lugares estaban ocupados, todos excepto uno, el que estaba junto a Santiago. "¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no se sentó alguien más junto a él?!", gritó en su mente. Por más que no quisiera sentarse a su lado, no tenía otra opción, así que se dirigió hacia donde él estaba, y al estar frente a él, lo saludó con tristeza, para luego sentarse a su lado y tratar de controlar el llanto.

El Tímido Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora