AITEDA, DESPUÉS DE LA ACADEMIA

La noche en el hotel

Cuando Cepeda salió de la academia se le cayó el mundo encima. Tenía que ir a un hotel para pasar la noche antes de que su hermana lo fuera a buscar para ir a Galicia como le había dicho hacía unas horas, por teléfono de la academia, ya que, el suyo estaba en Galicia. Iba a pasar unos días con sus padres. Se tumbó en la cama del hotel y lloró todo lo que de había guardado durante tanto tiempo, sentía como si le hubieran dado una puñalada en la barriga. Lloraba desde el corazón. Parecía un niño pequeño, sólo tenía ganas de darle un abrazo a la niña que le había cambiado la vida en menos de tres meses... lo peor esque no tenía ganas de ver a Graciela, su novia, era una sensación extraña de la que se sentía culpable.
Al día siguiente se levantó con un dolor de cabeza increíble y con muchas ojeras pero cogió la maleta y salió del hotel para reencontrarse con su hermana. Al salir, se dio cuenta de que habían unas 500 personas, entre ellas periodistas, en la puerta del hotel.
-Cepeda como te sientes?
-Cepedaa una foto!
-Cepeda se queda!
-Luiisss guapo
- No puedo vivir sin tii, no hay maneeeraa.
Habían muchísimas personas y todas decían cosas diferentes, él no sabía que hacer. Sonrío e intentó hacerse fotos, responder preguntas y firmar autógrafos lo más rápido posible antes de que llegara su hermana.
La vio desde lejos mientras firmaba un poster en el que salían Aitana y él abrazados, le hacía gracia que sus fans apoyaran la relación y que tuvieran las ideas más claras que él.
Sé dirigió corriendo hacia el coche Y se fundió en un abrazo con su hermana. Desde que eran pequeños siempre habían tenido mucha complicidad y aunque vivieran lejos el uno del otro, cada domingo se llamaban por Skype.
-Cepeda! Que legión de fans tienes!
- No me lo esperaba para nada
-Bueno... yo siempre seré tu fan número 1.
Sé dieron otro abrazo.
De camino a Galicia, la hermana de Cepeda, se dio cuenta de que su hermano estaba raro.
-Hermanito me vas a contar ya que te pasa?
-Estoy bien, tranquila-dijo con la mirada perdida- sólo tengo que pensar en muchas cosas y tengo miedo de lo que pueda llegar a decidir.
Sé hizó un corto silencio y Cepeda volvió a hablar con un tono preocupado.
-Porque Graciela en ninguna nominación vino a verme? Me han nominado 5 veces y a nunca vino a darme un abrazo y decirme que todo iba a estar bien -le tembló la voz- no vino a decirme que aún me quería.
-Así que eso te pasaba eh hermanito... Eso lo tienes que hablar con ella, tu sabes que no estaba de acuerdo con que fueras al programa y aún así lo hiciste y tampoco le habrá sentado bien....
Y de repente de calló, como si hubiera hablado más de la cuenta.
- El que? -Dijo Luis un poco nervioso-.
- Nada nada.
-Por favor... Necesito saberlo.
-Pues a ver que ha visto el 24 horas y te ha visto con Aitana cada día, vuestros abrazos, los besos que le das en la cabeza, vuestras miradas...
- yo...
-Sientes algo por Aitana?
Luis no sabía que responder, tenía miedo. Ni siquiera éllo tenía claro, bueno... en parte si. No se arrepentia para nada del beso que le dio a esa niña hacía una semana. Pero claro era una niña, se llevaban 10 años... pero le gustaba muchísimo... le hacía sentir cosas que no había sentido nunca, convertía su tristeza en alegría, su rabia en una sonrisa... esa niña había estado ayudándole desde el minuto 1 que habían estado juntos y eso la hacía especial.
Mientras Cepeda pensaba que contestarle a su hermana, ella lo miraba expectante y sólo en sus ojos vio la verdad.
-Luis, a ti te gusta muchísimo Aitana...-le dijo con picardía- mi hermanito es un ligón!
-ay calla que estoy hecho un lío
-no hay nada más que ver como os miráis, os brillan los ojos, la abrazas como si fuera un tesoro...
- Ya pero que hago con Graciela? No me puedo asegurar de que si dejo a mi novia, Aitana saldrá conmigo porque no hay que olvidar que tiene un novio del que está muy enamorada. Pero tampoco puedo estar con alguien sabiendo que no siento nada, sería utilizar a Graciela y no se lo merece.
-Mira Graciela vendrá el viernes, tienes tres días para relajarte y pensar. Pero no sigas con ella por pena, hazlo porque de verdad la quieres, no se merece sufrir.
Sin darse cuenta ya habían llegado a Galicia.
El reencuentro con sus padres fue muy emotivo, los echaba de menos. Estaba muy cansado así que se echó en la cama en la que dormía cuando era pequeño cayó en un sueño profundo.