La directora. [Taissa Farmiga & Sarah Paulson]

Capítulo 22 - "Brandon"

-No era ella.  Y lo del beso, yo fui la responsable. -Respondió Taissa, sentía como su cara cada vez tenía más temperatura.

-Claro que era, ¿Por qué lo niegas? Es evidente.

-No tenia como volver. -se excusó.

-Vuelves sola todos los malditos días. Y caminando.

-Justo venía para aquí y me dijo si quería que me traiga. Y obvio le dije que si. Antes que volver caminando.

-No te quiero ver arriba de ese auto o juntas en otro lugar que no sea la escuela, y si lo hago, la denuncio.

Ese ultimátum que le dió su hermana la dejó pensando mucho, literalmente lo que tenía con Sarah era ilegal, aunque a ella le faltaban 8 meses para cumplir sus 18, pero era demasiado tiempo para lo que sentía por Sarah, que le pedía salir a gritos.

Cuando llegaron había un hombre en la puerta de su casa. Vera bajó casi corriendo y se besaron. Luego bajó Taissa lento, todavía pensando en lo suyo con Sarah.

-Hola. -le dijo al chico muy fuerte cuando llegó a la puerta.

-Hola hermosa.

El chico se le acercó, la agarró de la cintura y le dio un beso muy cerca de la boca, como en cámara lenta. Taissa trató de alejarse lo más rápido posible.

-Es mi novio, Brandon.

Taissa quedó helada, su hermana nunca le había contado de ningún novio; y menos de uno que parecía recién salido de prisión.

El chico tenía el pelo largo, como hasta los hombros, era extremadamente delgado, traía una chaqueta de cuero marrón y había ido en motocicleta.

Taissa entró sin contestarle nada.

-No le hagas caso es una antipática. -le explicó Vera y entraron agarrados de la mano.

Mientras Taissa subía a su habitación escuchó como Vera y Brandon se tiraron al sillón.
Pasó toda la tarde esperando a que llegase su mamá del trabajo. Estaba muy cansada así que decidió dormirse. Su madre llegó aproximadamente a las 5pm y fue a hablar con ella. Taissa le contó lo sucedido, pero no le dijo la verdad de por qué la había golpeado.

Cuando su hermana la llamó para cenar se dio cuenta de que su novio no se había ido.
Es más, estaba como en su casa, tirado en el sillón y con una cerveza en la mano. Su madre estaba cocinando y su hermana acomodando las cosas en la mesa.

-¿Tú no piensas hacer nada? -le preguntó a Brandon.

-¿Qué? -contestó con otra pregunta riendo, ya que estaba viendo un programa de comedia.

-Que ayudes a mi hermana, que no tienes sirvienta. -le dijo esta vez más fuerte.

Él la miró y sonrió.

-Déjalo. -le ordenó Vera corriéndola a un costado.

Taissa se fue a ayudar a su mamá.

-¿Qué te parece este chico? -le preguntó en voz baja.

-No me convence mucho. -le respondió su madre con cierto tono preocupante.

Cuando estaban comiendo, Brandon no paraba de hablar y de contar sus viajes a Latinoamérica, su paso por México, Perú, Bolivia, Colombia y Guatemala.

-Debes tener un trabajo muy importante para irte a todos lados.

El chico se rió y siguió comiendo como si Taissa no hubiera hablado, pero luego siguió hablando.
Cuando se cansó de escucharlo se retiró y se fue. Ya en su habitación seguía escuchando las risas provenientes de Vera y su novio.

Esa semana que estaba libre no hizo absolutamente nada productivo, sólo ayudó obligada a Vera, y tuvo que aguantar a Brandon que iba todos los días. Ya no aguantaba más, quería ver a Sarah, aunque seguro estaba enojada por lo que le hizo a Sophie.
Cuatro días antes de que se le levantara la suspensión ayudó a su mejor amiga a volver a su casa, ya estaba mejor, pero tenía que hacer reposo por dos semanas más o menos antes de volver. Ese día durmió en la casa de Elizabeth, la cual ya estaba muchísimo mejor.

Estaban mirando una película, cuando Elizabeth hizo una pregunta repentina y muy extraña.

-¿Vamos a la casa de Sarah?