Capítulo 49 - "Entregarse"

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En aquel sofá negro, una arriba de la otra no podían dejar de besarse ni un instante, como si fuesen las únicas dos personas en el mundo.
Taissa, estando debajo, no podía dejar de pasar sus manos por toda la espalda de Sarah, y ésta no paraba de besarla, tanto los labios como su cuello. La pasión desenfrenada que tenían no iba a parar.
Taissa le agarró la blusa y comenzó a sacársela, Sarah hizo lo mismo con la de ella. Acto seguido siguieron con las otras prendas hasta quedar completamente desnudas.
Sarah se levantó y ambas subieron de la mano a la habitación.
Al llegar se tiraron a la cama, al sentir sus pieles sus cuerpos se llenaron de electricidad con cada roce, y las ganas de tenerse y devorarse por completas era incontrolable.
Sarah bajó sus labios a los de Taissa y ésta no paraba de gemir, en ese instante todo parecía estar bien, era la persona más feliz del mundo.
Luego de unos minutos la joven alcanzó el climax y Sarah subió para seguir con su boca, sus lenguas no querían parar ni un segundo.
En un momento, casi sin querer, sus intimidades se rozaron y a ambas un shock de energía muy potente las alcanzó, al gustarles esta sensación comenzaron a menear la cadera, una pegada a la otra, sin cesar ni por un segundo.
Luego de unos intensos minutos entregadas completamente, ambas, ya exhaustas se quedaron recostadas y abrazadas.

-Quiero quedarme siempre aquí. -le susurró Taissa al oído.

-Taissa... -le dijo Sarah.

La joven no quería preguntar "¿qué?", ese era un momento tan hermoso, y el sólo hecho de pensar que lo que vendría a continuación era algo malo la llevó a taparle la boca, ésta, por su parte, entendió que no era el momento y se quedó callada, hasta que las dos se quedaron dormidas.

-Taissa, Taissa. -la despertó la directora un tanto alterada.

Taissa abrió los ojos con dificultad y pudo ver el perfecto rostro de Sarah observándola.

-Vino Eli a buscarte. -le comentó y la joven saltó de la cama.

-Ay no, me olvide que debía volver antes del amanecer. -recordó que Eli no sabía que se había ido y debía volver a la fiesta antes que se vayan todos. -¿Que hora es? -le preguntó rápidamente.

-Son las nueve de la mañana. -le respondió Sarah alcanzándole la ropa.

Taissa se cambió lo más rápido posible y salió de la habitación.

-Amiga, lo siento. -se disculpó apenas vió a Eli parada y fue a saludarla.

-Tranquila está todo bajo control, pero me debes una explicación. -le aseguró su mejor amiga y sonrió pícara.

-Será mejor que nos vayamos.

-Si, adios Sarah. -le dijo Eli y se acercó a la directora. -Gracias por cuidármela. -le guiñó un ojo y se dirigió hacia Taissa, que por cierto estaba roja como un tomate. -Te espero en el auto

Eli salió y la joven se dirigió hacia la directora.

-Te recuerdo que aún no hablamos nada. -le comentó Sarah cuando se iban a besar.

-Si, lo sé. -dijo Taissa apenada. Luego de unos segundos agregó -Pero ya tenderemos tiempo.

-Ese es el problema Taissa, el tiempo. Te aseguro que debemos hablar lo antes posible. -le dijo esta vez más seria.

-Y yo te aseguro que asi será, hablaremos muy pronto. -al terminar de decirle eso la besó.

Sarah, disfrutó ese beso como si fuese el último, y cuando Taissa se iba a dirigir a la puerta la frenó y le dió otro.
Al separarse ambas se miraron y Taissa notó un ligero llanto que estaba por salir.

-Sarah. ¿Estás bien? -le preguntó preocupada.

-Si, ya tendremos tiempo de hablar bien. Tranquila. -le dijo y le dió un beso más.

Al volver a separarse Taissa le sonrió un tanto angustiada, no sabía que podía esperar de Sarah y se marchó sin decir nada más. En cambio Sarah se quedó llorando en el sillón que horas antes había sido un lugar donde no cabía otra cosa que amor.

La directora. [Taissa Farmiga & Sarah Paulson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora