Squad °Neo pistea°

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- Y, ¿que tal? -Sebas había terminado de cocinar, ya estaban disfrutando de las milanesas napolitanas.

- Están buenísimas -comentó la chica mientras probaba un poco de la comida.

- Disfrutala entonces -sonrió él, se acercó y dejó un beso en la mejilla de Mari.

- Provecho bebé -susurró.

- Provecho Reina -ella sonrió al escucharlo.

Ambos comieron mientras disfrutaban de un silencio que no era para nada incómodo, al contrario,  se llevaba varias sonrisas y miradas cómplices.

- ¿Te puedo preguntar algo? -susurró Sebas, Mari solo asintió en respuesta- ¿Te la jugarías a intentar algo conmigo? -ella sonrió amplio y asintió nuevamente.

- Obvio que si, sabes que te quiero -respondió.

- ¿Mucho? -preguntó.

- Muchísimo -asintió sonriendo.

- Sos hermosa, te quiero conmigo y nos quiero bien, que por una vez podamos disfrutarnos sin estar dependiendo de las opiniones de los demás -comentó él.

- Ya fue Sebas, es nuestra relación y nadie más debe meterse -encogió sus hombros.

- Si lose -comentó- Te conozco hace una banda, prácticamente desde que sos una beba, y te juro que me fuiste enamorando cada día más, es increíble todo lo que me haces sentir gorda, sos tan linda, tan hermosa, tenes esa manera de preocuparte por todos, te ser tan buena persona -ella lo miro y sonrió.

- Basta -susurro mientras sonreía amplio.

- ¿Sos mi novia entonces? -

- Eso parece -asintió riendo, se acercó a él, dejó sus manos en las mejillas y beso sus labios lentamente.

Terminaron de comer y Marí lavaba los platos mientras Sebas ordenaba las demás cosas.

- Che, ¿te digo algo? -habló él.

- ¿Que pasa bebé? -

- Esta lloviendo -habló él mientras miraba por la ventana.

- Ou que verga -ella se acercó.

- Ei la boca -ambos sonrieron.

-Perdón -ella encogió sus hombros.

- Creo que te vas a tener que quedar -susurro, Sebas abrazó a Mari por su cintura dejando su mentón apoyado en el hombro de ella.

- Puede ser -Mari se dió vuelta y dejó sus manos en el cuello de Sebas.

- Dale porfa -él hizo puchero con sus labios.

- ¿Me vas a abrazar? -preguntó- Le tengo miedo a los truenos -

- Re si, yo te abrazo y te beso toda la noche -asintió.

- Esta bien, me quedo -él sonrió, ella se acercó y beso nuevamente sus labios.