Capítulo 24

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Una semana había pasado desde que Rebekah le dió otra oportunidad a Alec.
Como era obvio, sus sobreprotectores guardaespaldas no estaban contentos con la situación. Pero después de una larga y tierna charla con la rubia, aceptaron darle también una oportunidad.
Alec, junto a Izzy y Jace, hizo de todo por conseguir que las cosas volvieran a la normalidad. Aunque Bekah no se la hacía nada fácil.
Todo había comenzado, literalmente, desde cero. Eran como desconocidos. La rubia no le hablaba más que lo necesario en las misiones y la vida diaria. Ni siquiera habían tenido citas o algo que pudiera acercarlos un poco. Y eso estaba volviendo loco al moreno que no lograba encontrar el camino hacia el corazón de la chica.

-Becks, necesito que me hables- suplicó cansado de la situación.

-Yo hablo contigo, Gideon- contestó ella con una sonrisa.

-Necesito que sea como antes-

-Eso te lo tienes que ganar. Yo ya no confío en ti y no tenemos diez años como para que vuelva a hacerlo tan rápido- dijo besando la mejilla del chico y corriendo hacia la salida del lugar.

La rubia había completado su entrenamiento asi que ya no vivía allí con ellos. Aunque pasaba la mayor parte del tiempo ahí. Cumpliendo misiones con Izzy o Jace. Hasta el momento no había aceptado salir en una misión con él.
Ni siquiera vivía en la ciudad como para que Alec pudiera visitarla. Se había ido a Nueva Orleans una temporada con los vampiros Originales. Toda la situación estaba por hacer que el moreno se arrancara los pelos en su desesperación.

-No es tan fácil ¿No?- preguntó Jace con una sonrisa, mientras se sentaba a su lado.

-Ni me lo digas. Es desesperante no poder hablar con ella como antes. Menos cuando me muero por besarla-

-Ei, guarda con lo que dices. Es como mi hermanita- lo regañó el rubio.

-Como si tú no hicieras eso con Clary- contestó riendo un poco.

-Pronto todo volverá a la normalidad, hermano-

Las alarmas comenzaron a sonar. Dando la señal de que una nueva importante misión había llegado. Ambos corrieron hacia la sala de sistemas para recibir información del ataque.
Allí se encontraban Izzy, Clary y Rebekah listas para salir en cuanto recibieran instrucciones.

-Hay una gran concentración de actividad demoníaca en esta parte de la ciudad. Encarguense de esa situación- dijo Lidia al equipo mientras señalaba el mapa.

Cuando salieron de la sala, fueron en busca de sus armas. Eran demasiados demonios asi que tenían que estar bien preparados para no tener bajas.
Alec tomó su arco y algunos cuchillos serafines. Izzy, su fiel latigo, dagas y cuchillos. Clary y Jace eligieron solamente cuchillos. Y Bekah tenía su katana, hecha del material más filoso del mundo. Y su juego de cuchillos, hechizados por ella misma, que brillaban al verlos.

 Y su juego de cuchillos, hechizados por ella misma, que brillaban al verlos

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Al tener todo listo, salieron del Instituto en un profundo silencio. El ambiente era algo incómodo desde que Alec y la rubia volvieron a hablar pero eran como desconocidos.
Izzy se acercó a su parabatai y entrelazó sus brazos. Podía sentir la tensión en el cuerpo de su amiga y no era algo que le agradara demasiado.

Pequeña de ojos azules- Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora