Pequeña de ojos azules- Alec Lightwood

Epílogo

La vida estos últimos cinco años había sido más que maravillosa.
Alec y Rebekah se habían casado pocos meses después del regreso de la falsa muerte de la rubia y ahora esperaban un hermoso bebé. Ya no vivían en el Instituto, aunque Alexander seguía siendo el director. Rebekah ya no se ejercía como Shadowhunter, ahora trabajaba junto a su padre haciendo un buen uso de su magia.
Jace y Clary seguían viviendo en el Instituto y estaban felizmente casados  desde hace dos años.
Izzy por fin se había puesto de novia con Simon y logró encontrar el amor y la la felicidad que tanto buscaba. Ambos vivían fuera del Instituto, en un departamento cerca de Bekah y Alec.
Magnus había encontrado el amor en uno de sus tantos viajes por el mundo.  Un joven aprendiz de brujo que conoció en Italia, llamado Anthony, había conseguido su atención al instante. Y, con su hija ya feliz y casada, se dio el tiempo de conocerlo. Ahora tenían un noviazgo de tres años y eran totalmente felices, viviendo en el departamento de Magnus en Brooklyn.
Y, por ultimo, los vampiros Originales y los de Mistic Falls, seguían viviendo en sus ciudades como siempre. Pero venían a visitar a Rebekah cada vez que podían. Más en este momento que estaba embarazada y no querían perderse el nacimiento del pequeño bebé de la familia.

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El bebé no dejaba de patear y Bekah no podía sentir más ternura en su cuerpo. Brat estaba más protector que nunca y sólo dejaba de Alec se acercara a la rubia.

-Debes dejar que se acerquen, Brati. Ellos quieren tocar al bebé tambien- dijo la chica llamándole la atención al gran lobo azul frente ella.

Éste se encontraba gruñéndole a Magnus y su novio que habían venido a verla. Pero no quería que se acercaran a más de cinco pasos de la panza. Dio un último gruñido y dejó que ambos hombres pasaran.

-Eres demasiado sobreprotector, lobo tonto- peleó Anthony, el novio de Magnus desde hacía tres años.

-Va a morderte, An. Ya no lo pelees- contestó la chica acariciando su abultado abdomen.

Magnus se acercó a su hija y cubrió de besos sus mejillas, mientras susurraba palabras de cariño hacia ella y su pequeño nieto. Anthony reía divertido de pelear con Brat, hasta que se acercó y abrazó a la chica también. Se llevaban muy bien desde que se habían conocido.

-Hola, pequeña Becky. Déjame pelearlo un rato-

-No vuelvas cuando te muerda, An- contestó divertida.

-¿Cuándo vuelve tu esposo?- preguntó Mags obteniendo la atención de su hija otra vez.

Los ojos de la rubia brillaron de puro amor al mencionar a Alec.

-En cualquier momento. Tenía un antojo y corrió a traerlo- contestó con una risita enamorada.

-Me hubieses llamado antes de hacerlo salir del trabajo- reprendió suavemente el brujo.

-Él quiso hacerlo. Ya sabes como es mi querido esposo- terminó de decir justo cuando la puerta se abrió dejando ver a dicha persona junto a un montón de personas más.

-Me encontré con algunos invitados en la puerta, amor- dijo el morocho mirando al montón de ojos que observaban con cariño a la rubia.

-Hola familia- saludó a los presentes.

Damon y Klaus fueron los primeros, que peleando, empezaron a avanzar hacia ella. Llegaron los dos a la vez y antes de poder tocarla, Brat saltó sobre ellos gruñendo bajo. Era demasiada velocidad y fuerza con la que iban hacia su protegida.

-Brat- gritó la chica en otro regaño hacia su lobo- debes dejar de hacer eso. No van a dañarme-

Cuando el lobo se volvió a meter en su protegida, ambos hombres pudieron abrazarla. Mientras el resto reía por la actitud de ellos y también por la de Brat.
El vientre de Bekah fue acariciado por sus otros dos guardianes, hasta que el pequeño ser dentro comenzó a patear feliz por la atención.