Estaban todos listos para enfrentar cualquier cosa.
Lo que sorprendía a muchos era la tranquilidad que traía el híbrido Original, cuando hace unas horas quería asesinarlos a todos.-¿Qué sucedió, Klaus?- preguntó Jace confundido por la actitud relajada del rubio.
Antes de que algo pudiera salir de la boca de Nicklaus, rápidos pasos se comenzaron a oír. El resto se tensó, preparados para atacar en cuanto la chica se acercara. Pero lo que nadie esperó fue ver a la rubia llena de luz y amor, tal y como la habían visto antes de que fuera herida.
El clima tenso fue alejado por el alivio de los presentes. Se debatían quien tenía que ser el primero en avanzar, hasta que alguien les ganó.
Magnus se aferró al cuerpo de su hija, besando cada parte del rostro de ella. Aún sin creer que esos ojos lo miraban con amor y no con odio.-¿Qué sucedió?-
-Abuelo As solucionó todo. Pero tuvo ayuda- contestó la rubia dejando ver el alma de Isaac que ahora vivía en ella.
-Sabía que esos dos tramaban algo. Me alegro mucho que estés aquí, galletita. Jamás vuelvas a asustarme de esa manera-
Así empezaron a pasar todos, entre llantos y sonrisas. Pero había una persona que a pesar de estar llorando por el alivio, aún no se acercaba.
-¿No vas a abrazarme, cariño?- llamó Bekah con voz suave.
El susurro roto que salió de los labios del chico, rompió el corazón de la rubia.
-No lo merezco-
Un par de chasquidos y el calor corporal de la chica lo estaba envolviendo. Un abrazo que devolvió aferrándose al pequeño cuerpo de su novia con fuerza. Aterrado de volver a perderla.
-No fue tu culpa- susurró besando sus negros cabellos.
-Claro que lo fue. Yo te herí y casi mueres por eso. Lo hubieses hecho si Isaac no se sacrificaba-
-Mi hermano dice que dejes de ser un idiota y me beses-
Cuando sus labios se encontraron, ambos pudieron respirar con tranquilidad por primera vez en mucho tiempo. Habían extrañado tanto ese simple contacto que no podían separarse.
-Creo que ya está bien- interrumpió Damon cortando el momento dulce.
El resto reía por lo protector que era el vampiro con su ex novia. Porque ya no era amor pasional lo que quedaba entre ellos. Era puro y dulce amor fraternal.
-Es hora de ir a casa. Hope está esperando a su tía con ansias y ya no puedo mantener a Hayley tranquila- dijo Klaus abrazado a su hermana menor.
-Promete que vas a traerla la próxima semana, Nick-
-La traeré mañana, cariño. Ninguna de las dos aguantará más que eso-
Todos los Originales se despidieron de la rubia con un fuerte abrazo y un mar de besos, para luego cruzar el portal que los llevaría a Nueva Orleans.
-Ahora nos toca a nosotros volver a casa, pequeña. Mañana regresaremos, pero ahora hay cosas que resolver en Mistic Falls- dijo Damon atrayendo a la chica a sus brazos.
-¿Ya se irán?- preguntó con un tierno puchero.
-Mañana regreso. Es una promesa-
Ambos Salvatore abrazaron a la rubia entre los dos y llenaron de cosquillas antes de irse. Ahora sólo quedaban los Shadowhunter, Asmodeus y Rebekah.
-Creo que nosotros también volvemos a Nueva York ¿No?-
Al cruzar el portal, se encontraron con la casa de Magnus. Bekah podía sentir la paz que le traía haber vuelto a su hogar. El alma de Isaac se sentía más feliz que nunca dentro suyo, compartiendo pensamientos y sentimientos a la vez.
Alec aún sostenía a su novia por la cintura y no tenía pensado soltarla en un buen rato. El resto los miraba con ternura y cariño, aliviados por tener un poco de paz aunque sea por un tiempo.
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Pequeña de ojos azules- Alec Lightwood
FanfictionRebekah Bane, la protegida del gran brujo de Brooklyn, esconde un gran poder en su interior. Fue criada por Magnus desde que era un bebé y la dejaron en la puerta de su casa. Su vida cambiará en cuanto cruce miradas con ese Shadowhunter de ojos azu...