Capítulo 25

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Bekah se aferró a sus armas para dejar salir algo de la frustración que sentía.
El plan era bastante sencillo. Ella iba a ser la distracción porque es obvio que el desconocido muchacho poderoso ya había podido notar su energía. El resto se encargaría de desarmarlo o desmayarlo. Lo que pasara primero.
La rubia caminaba con paso seguro. A medida que se acercaba al misterioso joven, algo no le dejaba pensar con normalidad.

-Hola Rebekah- saludó el chico antes de que ella llegara frente a él.

-¿Quién eres?- preguntó empuñando uno de sus cuchillos con firmeza.

-Es muy triste que no me recuerdes. Pero por ahora dile a tus amigos que paren con lo que sea que planean. Sólo quiero hablar contigo-

-Dices eso y esos malditos demonios están arrasando con muchas personas inocentes-

-Debía llamar tu atención. Ahora ya no me sirven- contestó con un chasquido de dedos haciendo desaparecer a los demonios.

-¿Eres idiota acaso?- exclamó indignada- ¿Todo esto para llamar mi atención?-

-Ya te dije que tenía que verte y hablar contigo- contestó con voz indiferente- ¿Le dirás a tus amigos que vengan o los traigo yo?-

Bekah sintió como la tensión se apoderó de su cuerpo. No quería exponer a sus amigos al poder de ese chico que no conocían, pero sabía que era casi tanto como el suyo.

-Brat, ve a buscarlos. Jace puede entenderte-

A los pocos segundos, el resto de los Shadowhunters llegó al lado de la rubia. Alec abrazó su cintura, sin perder de vista al chico que miraba fijamente a Bekah. Jace se aseguraba que su pequeña no tuviera ninguna herida a la vista o se tiraría a golpear al desconocido.

-¿Quién eres?- preguntó Izzy sintiendo la tensión de su parabatai a través del vínculo.

-Soy Isaac Bennett- se presentó en breves palabras- Tú eres la parabatai de Rebekah- contestó señalando a la morena.

-Tú eres su hermano del alma, tu novia pelirroja y el idiota que rompió el corazón de Bekah mil veces- volvió a hablar mientras los iba señalando, hasta llegar a la rubia- y por último, mi pequeña hermana-

-¿Hermana?- exclamaron todos a la vez.

-No puede ser- dijo la rubia mientras negaba con su cabeza.

-No miente, Becky. Es cierto. Tiene un lobo y puedo sentirlo- habló Brat dentro de su mente.

-Yo ya tengo familia, Isaac. ¿Qué es lo que quieres de mí?-

-A ti. Y a mi tío Valentine que supongo que lo tienen ustedes-

-¿Valentine es mi tío? ¿Ese enfermo?- gritó indignada la chica.

-Mío, no tuyo. Es el hermano de mi madre. Tú y yo sólo compartimos padre-

La chica logró aliviarse un poco después de escuchar eso pero no podía pasar por alto que tiene un hermano ahora.

-¿Quién era mi madre?-

-Se llamaba Celine, estaba casada con un Herondale-

Allí fue cuando todo terminó de explotar para los Shadowhunter presentes. La madre de Jace se llamaba así y estaba casada con Stephen Herondale. Eso quería decir que no sólo tenía un hermano, sino dos.
En ese momento las cosas fueron demasiado para Rebekah, que se desvaneció en los fuertes brazos de Alec. Jace tenía los ojos llenos de lágrimas por la sorpresa y Isaac estaba preparado para arrebatar a su hermana de los brazos del moreno.

-No te la llevarás- gritó el rubio de repente.

Por suerte, los refuerzos habían llegado justo a tiempo. Magnus junto a los Salvatore y Mikaelson estaban rodeando la zona.

-Esto no quedará así, Shadowhunters. Volveré por mi hermanita y también por mi tío-

Y así fue como desapareció sin dejar rastro. Los recién llegados se acercaron a Alec que tenía a la desmayada chica entre sus brazos, sin dejar a verla.

-Despiertala, Brat- pidió Magnus con voz preocupada.

El gran lobo azul se hizo presente y miró en dirección a Jace, como si estuviera diciéndole algo.

-Dice que no puede hacerlo. Está sufriendo mucho, como si estuviera recordando cosas- dijo el rubio con la voz rota por el llanto que aún caía por sus mejillas.

-¿Cómo puedes entenderle a Brat? Él no habla con nadie más que con Rebekah- preguntó Magnus curioso.

-Es mi hermana- contestó quebrándose aún más- y el idiota que acaba de huir también lo es-

-¿Qué? ¿Mi hija pertenece al linaje Herondale?-

-No. Es hija de Celine, pero no de Stephen. Comparte padre con Isaac- contestó Izzy preocupada por el dolor que comenzaba a recorrer su cuerpo- está sufriendo, puedo sentirlo-

-Hay que salir de aquí. Creo que por ahora Nueva Orleans es el lugar más seguro para ella- dijo Magnus intentando buscar una mejor solución para el problema.

-No puedes alejarme de ella. No ahora, Magnus- pidió Jace sin despegar los ojos de la chica.

La pequeña rubia era su hermana de sangre y única familia. No podían alejarla de él ahora que sabía eso.

-Es más seguro. Ellos cuidaran de mi hija, mientras nosotros veremos que sucede con Issac. No quiero que nada le pase a mi pequeña-

-¿Alec, qué piensas?- preguntó Izzy observando como su hermano estaba ido, aferrado al cuerpo de su amada.

Lo único que el moreno hizo fue alzar el cuerpo entre sus brazos y comenzar a caminar. No iba a dejar que nadie lo alejara de ella ahora que la había recuperado. El Instituto era aún más seguro que esa ciudad lejana a donde querían llevarla.

-Alexander- gritaba el brujo- no puedes llevartela-

Brat se materializó y no dejó que ninguno se acercara al moreno. Un escudo color azul los envolvió en su viaje al Instituto, mientras el resto los seguían de cerca. Extrañado por el raro comportamiento del chico.
Alec caminó suavemente hasta el cuarto de su Hadita y se acostó a su lado. Esperaría hasta que ella despierte y no se alejaría nunca más de su lado. Estaba determinado a pedirle que sea su novia. No quería pasar un segundo más lejos de ella.

-Estarás bien, Hadita. Prometo cuidarte siempre- dijo besando su mejilla y cuidandola en silencio.

Fuera de la habitación, Magnus estaba indignado por el comportamiento de Brat. No podía creer que el guardián de su hija permitiera que Alexander hiciera esas cosas. Ahora ni siquiera podían entrar a esa habitación y él necesitaba saber que su pequeña estaba bien.
Jace, que ya había dejado de llorar, llamó la atención de los presentes.

-Brat dice que Becky despertará cuando termine de luchar sus batallas emocionales dentro de ella. No está en peligro, pero sufre por cosas que está recordando. También dice que Alec está cuidandola y que nos dejará entrar cuando despierte-

Una mueca se instaló en las caras de casi todos los presentes. Klaus y Damon se despidieron de sus hermanos, prometiendo avisar cuando la rubia despertara. Izzy y Clary fueron a su habitación para poder descansar un rato. La morocha estaba tranquila por saber que si hermano estaba con su parabatai. Sabía que iba a cuidarla.
Los cuatro hombres se quedaron sentados fuera de la habitación, esperando impacientes por noticias. Iba a ser una larga noche.

Pequeña de ojos azules- Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora