Melissa estaba sentada a la mesa de la cocina terminando de pintar un águila que una abuela le había encargado para regalarle a su nieto.
De repente, le pareció oír un ruido en la planta de arriba, pero se quedó escuchando y comprobó que no había sido así.
Hacía menos de media ahora que había subido a ver qué tal estaba Grady y lo había encontrado durmiendo placenteramente.
Entonces, oyó que llamaban a la puerta de la cocina y se sobresaltó, pero se puso en pie y se acercó.
-¿Quién es?
- Niall.
-¿Qué quieres? -le preguntó abriendo la puerta con la cadena de seguridad echada.
-Hablar contigo.
-Es muy tarde.
-Ya lo sé, pero es importante.
Melissa suspiró y abrió la puerta.
-Por favor, habla en voz baja -le pidió creyendo que había ido a verla por algún motivo desagradable-. No quiero que Grady se despierte.
-No he venido con la intención de gritar -contestó Niall entrando y quitándose el sombrero.
Melissa se volvió a sentar.
-Muy bien, di lo que hayas venido a decir y vete. Como verás, estoy ocupada.
-Seré breve.
Melissa lo miró y deseó no haberlo hecho porque, al ver que tenía ojeras y que había adelgazado varios kilos desde la última vez que se habían visto, no pudo evitar sentir lástima.
-Supongo que habrás venido a preguntar qué tal está Grady.
-Sí, me interesa -admitió Niall.
-Está muy bien -contestó Melissa apretando los puños para evitar acariciarle la mejilla.
-Pero lo cierto es que no he venido por eso.
-¿Entonces? ¿Por qué has venido? Por favor, Niall, estoy muy cansada y me quiero acostar.
-He venido a pedirte perdón.
-¿Perdón? -le espetó Melissa-. ¿Por qué? ¿Por dejarme embarazada hace siete años y marcharte? ¿O por hacer que me sienta una mala persona por no haberte dicho nunca que tenías un hijo?
-Por todo eso y por mucho más -contestó Niall.
La respuesta tomó a Melissa por sorpresa.
-Me he dado cuenta de que pedirte que le digas a Grady que soy su padre no es justo. Aunque a mí me duela que no lo sepa, he comprendido que podría acarrearle muchos problemas y eso es lo último que quiero. Ya has tenido bastante con perder a Matt. Al comprender el tremendo sacrificio que Niall estaba dispuesto a hacer para proteger a su hijo, Melissa no pudo evitar que se le saltaran las lágrimas.
-Tal vez, cuando sea un poco mayor -ofreció.
-No, siempre ha creído que Matt era su padre y creo que es mejor que lo siga creyendo, pero te quiero pedir un favor.
-¿De qué se trata?
-Quiero seguir viéndolo, si a ti te parece bien. Yo crecí sin padre y sé lo duro que puede ser. No quiero forzar las cosas, pero lo cierto es que nos llevamos bien y me gustaría seguir viéndolo.
-Grady te adora -sollozó Melissa-. No para de preguntar por ti y me ha pedido mil veces que te llamara para que vinieras a verlo.
Niall sonrió encantado.
-Lo siento mucho, Niall -se disculpó Melissa-. Si hubiera alguna manera de poder ayudarte por todo el daño que te he hecho, créeme que lo haría.
-La hay -sonrió Niall -. Cásate conmigo.
Melissa se quedó mirándolo con la boca abierta.
- Melissa, te quiero -dijo Niall agarrándola de la mano-. Siempre te he querido y ahora comprendo que lo que hiciste, casarte con Matt, fue lo único que podías hacer para proteger a nuestro hijo.
-Oh, Niall, te aseguro que, si hubiera tenido otra opción, no lo habría hecho.
-Ya lo sé -la consoló Niall arrodillándose frente a ella-. ¿Te quieres casar conmigo, Melissa?
-¡Sí, sí y mil veces sí! -exclamó Melissa pasándole los brazos por el cuello-. Oh, Niall, cuánto te quiero.
-Yo también te quiero mucho, Melissa -le aseguró Niall abrazándola con fuerza-. Y también quiero mucho a nuestro hijo y te prometo que voy a ser el mejor padrastro del mundo.
-No me cabe la menor duda -contestó Melissa mirándolo a los ojos.
-¡Mamá!
Al oír que Grady la llamaba, Melissa y Niall subieron a su habitación.
-¿Te duele el brazo, cariño? -le preguntó Melissa acercándose a su cama.
-No, quería ir al baño -contestó el pequeño.
-Muy bien -dijo su madre dispuesta a tomarlo en brazos.
-No, quiero que me lleve Niall -contestó Grady.
-Eso está hecho, vaquero -dijo Niall tomándolo en brazos con cuidado.
Mientras ellos iban al baño, Melissa arregló la cama y, cuando volvieron, se apartó para que Niall metiera a Grady y lo arropara.
-Te quiero preguntar una cosa -dijo Niall sentándose en el borde de la cama.
-¿Qué? -contestó el niño.
Niall tomó a Melissa de la mano.
-Quiero casarme con tu madre y te quería preguntar si te parece bien.
-¿Eso quiere decir que te vendrías a vivir con nosotros?
-Más bien, que ustedes se vendrán a vivir conmigo -contestó Niall.
-¿Y Chucho podría ser mi perro?
Niall chasqueó la lengua y asintió con la cabeza.
-¿Y tú serías mi padre?
Niall tragó saliva y asintió.
-Si tú quieres, será para mí un orgullo ser tu padre.
Grady sonrió encantado.
-Qué bueno.
Melissa se inclinó sobre su hijo con lágrimas en los ojos y lo besó en la frente.
-A dormir.
-Sí -contestó el niño cerrando los ojos-. Buenas noches, mamá.
-Buenas noches, cariño.
Melissa apagó la lámpara que había sobre la mesilla de noche y se dirigió hacia la puerta de la mano de Niall.
-Te quiero mucho, mamá -le dijo Grady.
-Yo también te quiero, cariño.
-¿Niall?
-¿Sí?
-A ti también te quiero.
Niall tragó saliva y le apretó la mano a Melissa.
-Yo también te quiero, hijo.
FIN.