Capítulo Treinta y seis.

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Con la mano de Niall en la espalda, Melissa cruzó el salón y entró en el dormitorio. Una vez allí, Niall se adelantó y encendió la lámpara que había sobre la mesilla de noche.

-Pues esto es -anunció paseando la mano por el aire-. No es nada del otro mundo, sólo una habitación en la que dormir.

-Es perfecta -contestó Melissa.

Niall bajó la cabeza.

-Es la primera vez que traigo a una mujer aquí -admitió alzando la mirada.

Aquella confesión hizo que a Melissa se le derritiera el corazón.

-Es todo un honor ser la primera.

Niall alargó la mano en señal de invitación y, temblando, Melissa puso las suyas encima. Entonces, Niall la atrajo hacia sí y la abrazó de la cintura.

-Quiero hacerte el amor -le dijo en voz baja-. Aquí, en mi cama.

Melissa sintió que la emoción se apoderaba de ella, tragó saliva y asintió.

-Yo también.

Niall le acarició la mejilla y la miró a los ojos con intensidad.

-Quiero que sepas que nunca ha habido ninguna mujer en mi vida aparte de ti.

Melissa se moría por decirle que ella sentía lo mismo, pero le daba miedo que no la creyera, así que le pasó los brazos por el cuello y lo besó.

Niall le devolvió el besó con pasión y Melissa cerró los ojos, suspiró y se dejó llevar, disfrutando del momento y del hombre.

De repente, Niall se apartó y se sentó en el borde de la cama. Alargó los brazos y la colocó entre sus piernas para, a continuación, muy lentamente, comenzar a desabrocharle el vestido.

Aquella lentitud hizo que Melissa comenzara a temblar de deseo.

Cuando Niall hubo desabrochado todos los botones, deslizó las mangas del vestido por sus brazos y se quedó mirando su cuerpo. Con idéntica reverencia, le desabrochó el cierre delantero del sujetador, dejando una estela de fuego al cruzar su estómago en busca de la cinturilla de su ropa interior. Acto seguido, la besó debajo del ombligo mientras las hacía caer al suelo.

Melissa aguantó la respiración mientras Niall le acariciaba el vientre.

-Me cuesta imaginarte embarazada con lo pequeña que eres.

-No te perdiste nada, te lo aseguro -contestó Melissa arrugando la nariz-. Estaba gorda como una ballena y caminaba torpemente como un pato.

-Seguro que estabas preciosa -dijo Niall poniéndose en pie ante ella-. Lo vamos a hacer muy lentamente -añadió.

Pero Melissa no quería que aquello fuera lento; tenía la piel ardiendo y la respiración entrecortada, estaba impaciente por verlo desnudo.

-Será lento la próxima vez, pero ahora te necesito -exclamó sacándole la camisa.

Niall chasqueó la lengua y se desabrochó la camisa. A continuación, se sentó en el borde de la cama de nuevo y se quitó las botas y los vaqueros.

Cuando hubo terminado de desnudarse y dejó la ropa en un montón en el suelo, se giró hacia Melissa, la miró a los ojos y abrió los brazos.

Esta se abalanzó sobre él y lo derribó sobre la cama, se tumbó encima y lo besó con pasión.

Al instante, sintió las manos de Niall por todo el cuerpo y supo que, si no le hacía el amor inmediatamente, iba a morir de deseo.

- Niall, por favor -le pidió.

-¿Estás segura?

-Sí, por favor.

Sin dejar de mirarla a los ojos, Niall se colocó sobre su cuerpo, deslizó la mano entre sus piernas y guió su sexo.

Melissa arqueó la espalda, jadeando de placer, se aferró a sus caderas y disfrutó de la penetración.

Cuando se hubo acostumbrado a la presencia de Niall dentro de su cuerpo, comenzó a mover las caderas al mismo ritmo que él, pidiéndole más y más.

Niall gimió de placer, se inclinó sobre ella y tomó uno de sus pezones entre los dientes. Melissa a creyó enloquecer.

- Niall -rogó.

Niall la besó en la boca, le levantó las caderas y la embistió con fuerza. Entonces, Melissa dejó de besarlo, gritó su nombre y se dejó llevar por las oleadas de placer.

Mientras su cuerpo estallaba, sintió que el de Niall se tensaba y alcanzaba también el orgasmo para, a continuación, esparcirse dentro de ella.

-¿Estás bien? -le preguntó Niall dejándose caer sobre ella.

-No he estado mejor en mi vida -contestó Melissa abrazándolo-. ¿Y tú?

-Pregúntamelo mañana porque ahora no siento el cuerpo -contestó abrazándola.

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