Capítulo Veinte.

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Mike Jacobs fue directamente a por Niall y lo señaló con un dedo acusador.

-¿Qué haces aquí?

-Métete en casa, Grady —le indicó Melissa a su hijo.

-Pero mamá... -protestó el niño.

-Haz lo que te dice tu madre -le indicó Niall.

El niño obedeció cabizbajo.

Melissa esperó a que no los oyera para enfrentarse a su padre.

-A quién invite a mi casa no es asunto tuyo-le espetó enfadada.

Su padre la ignoró y siguió mirando fijamente a Niall.

-Ya te dije una vez que no te acercaras a mi hija y espero no tener que volvértelo a repetir.

Melissa lo miró sorprendida.

-¿Qué le dijiste?

-Cuando hace siete años vino buscándote, le dije que no quería que mi hija se codeara con basura -contestó su padre.

-No te atrevas a decir que Niall es basura -le espetó Melissa apretando los dientes.

-¿Por qué no? Eso es lo que es. Su madre no era más que una pobre camarera.

Sin previo aviso, Niall tomó a Mike del cuello y lo levantó por los aires para estamparlo contra el lateral del camión.

Melissa observó cómo su padre se ponía rojo y, temiendo que Niall lo matara sin querer, lo obligó a parar.

-¡Ya está bien! -lo increpó.

La voz de Melissa atravesó la nebulosa de furia que se había instalado en el cerebro de Niall e hizo que soltara a Mike.

-De mí puedes decir lo que quieras, pero a mi madre la respetas -le advirtió.

-Yo no acepto órdenes de nadie -tosió Mike tocándose el cuello.

-Pues ahora mismo vas a aceptar una mía—intervino Melissa furiosa—. Le debes una disculpa a Niall y quiero que le pidas perdón ahora mismo.

-Yo no le debo nada a nadie. Ya conseguí que huyera una vez y, si me da la gana, volveré a conseguirlo.

-Yo jamás he huido de nada -contestó Niall enfurecido.

-Te fuiste de la ciudad, ¿recuerdas? -se jactó el padre de Melissa-. Fue lo mejor. Así, Melissa tuvo tiempo de recobrar la cordura y de darse cuenta de cómo sería su vida casada con una basura como tú. Así, volvió con Matt rápidamente, tan rápidamente que, de haber estado aquí, ni te lo habrías creído.

-No -intervino Melissa girándose hacia Niall -. Eso no es cierto. Te juro que no fue así.

Niall se quedó mirándola un momento y se dio la vuelta.

-¡Niall! -gritó yendo hacia él-. ¡Niall!

Su padre la agarró del brazo.

-Deja que se vaya. Ya te he dicho que ese chico no es más que basura.

Furiosa, Melissa se apartó de su padre.

-Siempre he sabido que eras cruel, pero jamás hubiera soñado verte hacer algo intencionadamente que me hiciera daño.

-¿Cómo dices? Por si no te has dado cuenta, todo lo que he hecho ha sido para librarte de una vida llena de horror.

-No, precisamente por tu culpa he tenido una vida horrorosa -gritó Melissa.

-Si lo dices por Matt, no me eches las culpas a mí de los problemas de tu matrimonio. Matt era un buen chico e hizo lo correcto casándose contigo. Habría sido un buen marido si tú hubieras dejado que se metiera en tu cama.

-Vete de mi casa -le dijo Melissa señalando su coche.

-¿Tu casa? -se burló Mike-. Me parece a mí que te olvidas de que está hipotecada y la escritura la tengo yo en depósito.

-No, no me he olvidado -contestó Melissa fríamente-. Tú jamás permitirías que me olvidara, pero, mientras pague religiosamente todos los meses, yo decido quién viene a mi casa y quién no -le espetó-. Y tú te vas ahora mismo.

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