Capítulo Treinta y uno.

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Niall siguió trabajando en la cuadra, pero oyó llegar a los Jacobs y observó que, cuando se fueron un rato después, Grady iba con ellos muy sonriente.

Sacó a los dos caballos a la pradera y se dispuso a ensillar a la yegua. Entonces, se dio cuenta de que alguien lo observaba.

Al acercarse, se encontró con Melissa.

-Ya he visto que Grady se ha ido -le dijo.

-Sí, precisamente venía a darte las gracias porque no sé que le has dicho, pero lo has convencido para que se fuera con ellos. Si se hubiera negado, sus abuelos habrían sufrido mucho -contestó Melissa.

-Ya supongo.

-¿Qué le has dicho? Un cuarto de hora antes de venir a hablar contigo, me había dicho de muy malas maneras que no pensaba montarse en su coche a no ser que lo atara.

-Cuando ha venido, estaba llorando y parecía muy enfadado -contestó Niall cepillando a Molly.

-Todos los años es lo mismo y cada vez es más difícil convencerlo. Dice que en casa de sus abuelos se aburre porque lo único que hacen es dormir y ver la tele.

-Sí, a mí me ha dicho lo mismo.

-No sé qué hacer. Me sabe muy mal obligarlo a ir, pero sé que sus abuelos se mueren por estar con él unos días.

-Me parece que los padres de Matt van a tener que esforzarse un poco más.

-Sí, pero no sé si se dan cuenta de que su nieto no quiere ir a su casa, así que no sé cómo lo van a hacer.

-Tendrán que darse cuenta. Si se esforzaran un poco más, Grady iría gustoso y tú no tendrías que enfrentarte a esta situación todos los años.

-¿Qué me quieres decir con eso?

-Le he dicho a Grady que les diga un par de cosas y me parece que van a entender la indirecta.

-¿Ah, sí? ¿Qué le has dicho?

-Le he dicho que le pida a su abuelo que jueguen a las cartas y que le hable a su abuela de sus galletas de chocolate.

-Muy inteligente por tu parte.

-Bueno, lo cierto es que no podía soportar la idea de que Grady se aburriera durante una semana entera.

-Yo tampoco, pero nunca se me habría ocurrido decirle lo que tú le has dicho.

Niall sonrió y siguió cepillando a la yegua en silencio.

-Supongo que, ahora que Grady no está, no harás cena.

Melissa se cruzó de brazos y se quedó mirándolo.

-¿Es una indirecta para sacarme una comida gratis?

Aquello hizo reír a Niall.

-No, más bien estaba pensando en invitarte a cenar. ¿Te gustaría que fuéramos a Dubba's?

-Me encantaría -sonrió Melissa.

-¿A las siete?

-Perfecto.

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