Capítulo Veinticinco.

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El sábado por la mañana, Niall llegó a casa de Melissa un tanto estresado. La verdad era que tener que ocuparse de su rancho y del caballo de Melissa lo estaba dejando agotado.

Sin embargo, el estrés de aquel día no tenía nada que ver con la falta de sueño o el cansancio físico, sino con dos cosas que tenían que hacer y para las que no creía estar preparado.

Al llegar, queriendo quitarse por lo menos una de encima cuanto antes, se dirigió a la puerta de la cocina.

Melissa le abrió con una sonrisa.

-Pasa. Iba a hacer café. ¿Quieres? Niall se quitó el sombrero y entró.

-Gracias -contestó sentándose. Melissa le puso delante una taza de café y se sentó enfrente de él con otra.

-Grady está dormido -le dijo para romper el hielo.

Niall asintió y removió el café.

-Necesito que me aconsejes -le dijo de repente.

Melissa frunció el ceño.

-¿Ocurre algo?

-No exactamente. Verás, hoy es el cumpleaños de Maggie, la mujer de Louis -le explicó Niall.

-Sí, la conozco, me la presentaron en la inauguración de Macy.

-Bien, mi familia quiere reunirse en el rancho y tengo que hacerle un regalo.

Al ver que Melissa no contestaba, Niall la miró y comprobó que estaba haciendo un gran esfuerzo para no reírse.

-No tengo ni idea de lo que les gusta a las mujeres -admitió Niall-. Por eso, quiero que me aconsejes qué le puedo comprar.

-Te ayudo encantada, pero primero me tienes que hablar de ella.

-Está estudiando enfermería,  ha tenido una vida muy dura porque la separaron de su madre y creció en una casa de acogida, me parece que no sabe quién es su padre, ha estado casada antes, por lo que tiene una hija y, por lo que me ha contado mi hermano, su ex la trataba muy mal. Eso es todo lo que sé de ella.

-¿Sabes si tiene alguna afición o inquietud en especial?

-Que yo sepa, no, aunque a mí me parece, por lo que la he oído tocar algunas veces, que podría ser pianista profesional. Además, le encanta estar con su hija y cuidar de su marido. Antes de casarse, cocinaba para todos los empleados del rancho.

-Así que es una madre y esposa devota y le encanta cocinar -recapacitó Melissa -. Eso nos da muchas posibilidades. Ven -añadió indicándole a Niall que la acompañara al estudio.

Niall se puso el sombrero y la siguió.

-¿Qué te parece un marco de fotos? -propuso Melissa rebuscando en sus cajas.

-¿Crees que le gustará?

-Yo creo que le va a encantar, pero, para estar seguros, le vamos a poner su nombre.

-¿Cómo?

-A ganchillo. Los hago mucho y a la gente le encanta -contestó Melissa.

-¿Y tú crees que te va a dar tiempo de tenerlo listo para las cuatro?

-Claro que sí, estoy tan acostumbrada a hacerlos que los hago con los ojos cerrados -sonrió Melissa saliendo del estudio.

-Eh, Melissa, hay otra cosa que te quería preguntar -le dijo Niall una vez fuera.

-¿De qué se trata?

Niall bajó la mirada y se puso a jugar con el sombrero.

-Bueno... eh... a Louis se le ocurrió que, a lo mejor, a ti y a Grady les gustaría... bueno, venir a la fiesta.

-Oh -exclamó Melissa sorprendida.

-No va a ser nada del otro mundo -se apresuró a explicarle Niall-. Solamente va a estar la familia y vamos a comer tarta y helado. Si no te apetece, no tienes obligación de venir.

Melissa dudó y volvió a sonreír.

-Sí, me apetece ir.

-Perfecto, entonces, los vengo a recoger a las tres.

-Estupendo.

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