Después de Ella | TERMINADA

Capítulo 21 - Contra todo pronóstico.

Capítulo 21 - Contra todo pronóstico.

Esa noche, contra todo pronóstico, no sucedió nada entre nosotros, sólo dormimos abrazados, mientras acariciaba su cabellera, pensando en lo duro que había sido todo para ella. Tan sólo estaba agradecido con el destino, por haberla devuelto a mí.

- ¿estás despierto? – Preguntó de pronto, a altas horas de la noche. Le respondí con un ruidito afirmativo, haciéndola reír – esta vez sólo seré tu hermana, Hugo – aseguró, sin levantar su oreja de mi pecho – la vida me ha dado otra oportunidad, y no voy a estropearlo esta vez.

- No voy a conformarme sólo con eso – espeté, escondiendo mi boca en su cuello, provocando que ella se ladease y se colocase boca arriba – no, ahora que has vuelto voy a aprovechar hasta el último momento – insistía, acariciando la piel de su cintura, al mismo tiempo que rozaba mi nariz con su piel.

- Hugo – se quejó, entre susurros, tan pronto como la besé sobre su suave piel. La mordí y la lamí despacio, haciendo que ella emitiese un leve gemido – no me hagas esto – suplicó, al mismo tiempo que se ponía de lado, impidiendo que pudiese volver a besarla donde lo hacía. La miré con cautela, fijándome en sus dulces labios, en sus ojos, en sus pómulos, en sus cejas, ... me gustaba todo de ella.

Alargó su mano y la colocó en mi pecho, sobre mi camiseta, sin moverla siquiera. Parecía estar pidiéndome permiso para continuar. La miré con calma, para luego quitarme la camiseta, coger su mano y volver a colocarla sobre mi pecho.

- He oído... – comenzó, recorriendo mi pecho con la yema de sus dedos, haciéndome estremecer al sentirla de aquella forma – ... que cada día te llevas a una diferente a la cama – espetó, deteniendo sus caricias, mirándome con cautela - ¿soy la de esta noche?

- Nuria... - insistí, al mismo tiempo que ella se levantaba de la cama, alejándose de mí, provocando que yo me pusiese en pie de un salto, intentando agarrarla.

- No me toques – espetó, molesta – mi madre tenía razón desde el principio, sólo querías acostarte conmigo.

Caminé hasta ella, la agarré agresivamente de la cintura y sujeté su cuello para que mirase sólo hacia mí.

- Me conoces – aseguré, al mismo tiempo que levantaba su mano y la apoyaba sobre mi pecho, haciéndola estremecer – y sabes que yo nunca... - me besó en ese instante, contra toda lógica, y yo le devolví el beso.

Sus besos eran desesperados e incontrolables, y pronto comprendí que era lo que ella quería, aunque fingiese que no. Sus manos se detuvieron en mi paquete, y tan pronto como notó lo duro que me tenía, gimió sobre mi boca.

Sus torpes manos sacaron mi pene a escena, comenzando a masajearlo, despacio, haciendo estremecer de tal manera, que tuve que detener el beso y mirarla. Bajé la mano que sujetaba su cuello, colocándola sobre su cintura, fijándome en las tirantas de su sujetador, tan pronto como ella me lo masajeaba con bastante acierto. Gemí entre cortadamente al sentir sus caricias sobre mi polla.

Tiré de su camisón hacia abajo, provocando que ella dejase de masajearme por un momento, y entonces, admiré su cuerpo desnudo, frente a mí.

Cerró los ojos tan pronto como posé la mano sobre su pecho izquierdo, echando la cabeza hacia atrás, y recorrí su cuerpo, desde su trasero hasta su espalda, y de esta hasta su nuca, escuchándola gemir frente a mí. Volví a repetir el mismo procedimiento, para luego agarrar su nalga y apretarla sobre mi miembro desnudo. Ella se estremeció nuevamente, y yo aproveché, para mover mi polla, aumentándola un poco más, provocando que ella me mirase con deseo.

- Hugo – me llamó, tan pronto como la lancé sobre la cama, y me posicioné sobre ella, colándome en su mojado coñito. Se sintió bien rico volver a follármela. Y se lo hice duro, como tanto nos gustaba – no te corras dentro – suplicó, para luego ponerse a disfrutar de las embestidas que le proporcionaba.

Me la follé, a mi hermana, y disfruté cada momento. No estaba arrepentido.

Continuará...