⌬Gotcha'//COMPLETADA.

Capítulo 11

Al llegar a la estación, Nayeon bajó con una cara estoica, mirada fría y sin decir una palabra fue directo a sacar al sospechoso de la camioneta.

Aún sin formular palabra alguna entró a la estación siguiendo derecho al cuarto de interrogatorios, mientras el detenido sujeto tenía la mirada ida y la cabeza gacha.

Cuando entraron a la sala, Nayeon sentó a Kihiro en la silla enfrente de la mesa mientras ella se sentó en la otra, el equipo que estaba viendo todo a través del vidrio estaban calladas hasta que Jeongyeon habló.

–¿Quién va a ir con Nayeon?, porque siendo sincera me da mucho miedo cuando está así de fría y ruda.–Cuestionó Jeongyeon.

Todas se vieron las caras y negaron con sus cabezas excepto Tzuyu que vio su oportunidad para saber qué era lo que puso a la general tan desorientada cuando escuchó el caso Rivers, así que se encaminó hacia la puerta y entró.

Detrás del vidrio todas estaban esperando que empezara el interrogatorio y Momo comentó –Vaya, Tzuyu si que es valiente.– A lo que todas asintieron mientras Nayeon empezaba a hablar.

–¿Sabes de qué homicidio te culpan?–

Kihiro negó aún con la cabeza gacha.

–Primero mírame al rostro mientras te hablo, te vuelvo a repetir, ¿Sabes de que homicidio te culpan Kihiro?–

Volvió a negar.

Hasta que Nayeon perdió su paciencia y empezó a gritar.

–¡Mírame a los ojos mientras te hablo y dímelo en la cara! ¡Dime si no sabes que mataste a seis personas, si no sabes que dejaste a un niño desamparado, sin ninguna familia, con la imagen de sus padres muertos con agujeros en todo su cuerpo!–

Tzuyu en ese momento interrumpió–Nayeon, basta, respira y guarda la calma ¿Si?– Nayeon asintió y respiró cuando el muchacho comenzó a hablar.

–Sí, lo hice, pero me obligaron.–Sollozó con lágrimas en sus ojos, trató de respirar y luego volvió a murmurar.

–La venenosa de Hwang Tiffany me obligó, me dijo que si no mataba a los padres, tíos y abuelos de Yugyeom, el siguiente de la lista de desaparecidos en su nombre sería yo, y no quería morir, sólo tenía 16 años en ese entonces y no supe que hacer, yo sólo... no quería morir.–Esto último lo había susurrado.

A Nayeon se le encogió el corazón ante las palabras del joven, así que con más calma le preguntó.

–¿Tienes a quien llamar Kihiro?–Interrogó.

–No señorita, soy huérfano, el único que conozco y que es un padre para mí es el señor Isao, me encontró una vez tratando de robarle y de ahí me dijo que si le ayudaba con su tienda me daría alimento y donde vivir.–

–Muy bien, entonces, tienes que hacer estas declaraciones a un juez, para cerrar el caso, ¿Está bien?–

–¡No!, señorita, por favor no, Hwang dijo que si decía una palabra de esto me torturaría hasta que no dijera ni "A".–Explicó el robusto adolescente.

–Es necesario que des estas declaraciones, creo que lo pudes hacer de manera anónima y luego tener protección de testigos ¿Ok?–Indicó Tzuyu mientras el chico asentía.

–Acompañame, iremos a declarar.–Dicho esto la general y el muchacho salieron de la sala.

Luego del interrogatorio, Tzuyu ya tenía su curiosidad saciada, unió cabos con lo que había dicho Im el día en la cafetería "Adoro los niños pequeños" y lo que pronunció hace unos minutos "No sabes que dejaste a un pequeño niño desamparado", y llegó a la conclusión de que a Nayeon en serio le afectaban los casos que incluían a niños, ¿Por qué, no lo sabía, pero lo que si sabía es que tarde o temprano lo escucharía por parte de la general.

Cuando salió de su mar de pensamientos, se encontró con Dahyun y Chaeyoung mirándola como si tuviera un tercer brazo.

–¿Qué?–Preguntó.

–¿Qué comiste de pequeña para crecer tanto?–Le respondió con otra pregunta Dahyun, mirándola con los ojos entrecerrados, bueno cerrados.

–¿Eh, no sé?–

–Ugh, rayos, yo quería saber si tenías algún secreto para crecer.–Esta vez habló Chaeyoung.

Mina, que venía de afuera de la sala, alcanzó a escuchar lo que había dicho Chaeyoung.

–Chaeyoung, no es por nada, pero creo que ese "secreto" ya no te funciona a ti.–Mencionó la japonesa mientras soltaba una risita.

–¿Por qué todos se empeñan en dejarme en claro que soy enana?–Habló a la vez que hacía un puchero y todas reían.

Por otra parte, Sana, Momo, Jeongyeon y Jihyo estaban en la cafetería de Jaebum comiendo emparedados de queso cheddar y tocino. Apenas tragó, Momo preguntó algo que hizo avergonzar a Jihyo.

–Oye Jihyo, ¿Es cierto que esta mañana le estabas mirando los brazos a Sana?–

–¿Eh?, ¡Claro que no!, e-eso fue una broma por parte de Nayeon, ¡Sí!, eso.–Articuló nerviosa.

Jeongyeon que estaba tomando un jugo de pera le dijo.
–No lo sé Rick, parece falso.– A lo que Momo empezó a reír  a carcajadas mientras Jihyo se estrelló la cabeza contra la mesa y Sana, sonrojada, ladeaba la cabeza hacia un lado.

En conclusión el día había acabado en risas.