Mirar a KyungSoo y suspirar encantado al encontrarse con su mirada ya era algo normal para JongIn, después de todo el chico se perdía en la profunda mirada de aquellos ojos oscuros que tanto le encantaban.
Aquellos ojos permanecían en su recuerdo, todo el tiempo tenía la viva imagen de KyungSoo observándolo con una pequeña sonrisa decorando su dedicado rostro.
Aquella imagen fue lo que lo ayudo a llegar a su orgasmo la noche anterior, pero no exactamente fue la que reflejaba inocencia alguna que le hacía desear comerlo a besos. La imagen que había colaborado era una imagen pecaminosa, una imagen que inspiraba en él todo lo que alguna vez nunca se creyó capaz de imaginar. El hecho de que JongIn tuviera que pensar en el menor para mantener su miembro despierto y poder llegar al orgasmo, no era algo que lo sorprendiera, pero sí lo asustaba.
Él estaba enamorado de KyungSoo, eso es cierto, quería estar con el chico, pero eso no significa que deje de tener relaciones con quien él quiera, seguía siendo activo en ese aspecto de su vida, pero últimamente se le estaba presentando un pequeño problema. JongIn no de excitada tan fácilmente y el cuerpo de las chicas de algún modo ya no le atraía en nada. Le costaba mantener su erección y le parecía aburrido lo que las chicas hacían para llamar su atención, era tan simple.
De cierta forma todo se solucionaba cuando se imaginaba a KyungSoo, bastaba con cerrar los ojos e imaginarse que la otra persona es el menor de primer año, pero al abrir los ojos no era a Soo el que veía, alguna chica de por allí de quien apenas si recordaba su nombre, o intentaba hacerlo.
Siempre había pensado que las chicas eran unas fáciles, no todas, pero tarde o temprano terminaban en su cama, KyungSoo era diferente, habían pasado algunos meses desde aquella exposición donde lo vio por primera vez, le había costado mucho acercarse a él, había durado innumerables tardes observándolo desde su lugar y ahora tenía la oportunidad de conocer a la familia del chico.
JongIn había pasado de ser un chico seguro de si mismo, sin miedos ni límite alguno que no pudiera superar, a estar prácticamente temblando nervioso ante la puerta principal de la casa de KyungSoo. Se arreglaba una y otra vez su camisa, asegurándose de que no hubiera arruga alguna en ella, le daba gracias a su hermana por haberle planchado la camisa.
La tarde anterior había rebuscado en su ropa alguna prenda decente y limpia, después de tanto buscar encontró una camisa manga larga de cuadros, comparado con el resto de sus ropas, era lo más decente que pudo encontrar, pero estaba completamente arrugada y su hermana al verlo con la plancha pego un chillido de sorpresa y temor de que JongIn se quemara por no saber manipular una simple plancha. Así fue como su hermana mayor termino planchando su camisa y lo ayudó a buscar y escoger un pantalón que no estuviera roto, manchado o fuera ajustado.
Estaba ansioso, nervioso, preocupado e incluso tenía miedo. Ansioso por salir con KyungSoo al cine. Nervioso por conocer a la familia del chico. Preocupado por darle una excelente imagen a sus padres. Miedoso por no ser de su agrado.
Había escuchado alguna que otra cosa sobre la familia de KyungSoo gracias a sus amigos, se rumoreaba que era una familia de extrañas, su padre mudo, su madre sorda y su hermano mayor ciego, esos eran simples rumores que parecían no ser del todo ciertos. Pero fuera como fuera la familia del menor, JongIn debía hacer un esfuerzo por caerles bien, para que dejaran a KyungSoo salir con él sin compañía de un tercero.
La puerta se abrió ante él, una sonrisa en forma de corazón lo recibió, pero no era de quien estaba acostumbrado a verla. Una mujer baja de estatura, aproximadamente de 1.63, vistiendo con un delantal y debajo de este un vestido de flores que le llegaba más abajo de la s rodillas, zapatillas y el un anillo decorando uno de los dedos de su mano izquierda. Su cabello largo de color castaño claro estaba recogiendo en un moño alto. La mujer lo miro fijamente a los ojos antes de examinarlo en silencio, la sonrisa creció en su rostro y antes de lo que JongIn pudiera reaccionar, la mujer se lanzó a sus brazos, abrazándolo fuertemente, chillando de emoción mientras daba pequeños saltitos. JongIn tardo en volver a la realidad, había entrado a un breve estado de shock al no haber esperado aquella acción tan repentina de la mujer mayor que realmente no parecía muy mayor, de aproximadamente 37 - 43 años.
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Solo Tú Y Solamente Tú | KaiSoo
FanfictionEl típico PlayBoy de la escuela secundaria. El típico chico raro con pocos amigos. El típico romance colegial. El típico corazón roto. El típico deseo de encontrar el otro extremo del hilo rojo del destino. Un amor peculiar. Y la típica frase: "El...