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-JongDae es un idiota-aseguro LuHan desde el asiento que le correspondía a la bibliotecaria, a quien estaba suplantando por esa hora como un pequeño favor hacia su señora madre.-Un egoísta aprovechado.

JongIn limpio sus lágrimas, estaba sentado en el suelo al lado de la silla donde LuHan estaba sentado, al día siguiente de que atrapara a KyungSoo y a JongDae teniendo relaciones, intento evitar a KyungSoo todo lo posible, tampoco fue como si el chico hubiera estado detrás de él todo el tiempo, JongDae literalmente lo mantenía distraído con cualquier tontería, manteniendo toda la atención de KyungSoo puesta en él y cuando miraba de reojo, buscando a JongIn, el moreno se escondía, conteniendo las ganas de ir y encarar a ese par, pero no tenía derecho para hacerlo.

LuHan lo había citado al día siguiente para comenzar a enseñarle el lenguaje de señas, llegó pidiendo disculpas, con la única intención de cancelar todo, agradeciendo a su vez por el apoyo que había recibido a pesar de no llevar más de tres días desde que le pidió ayuda, pero LuHan no cedió fácilmente y exigió una explicación, a JongIn de le escaparon las lágrimas mientras iba relatando lo que había sucedido, estalló en llanto una vez que termino. Ese mismo día descubrió un pequeño dato de LuHan, y es que el chico no era alguien de "tacto suave", no, el moreno había recibido un golpe con la fuerza necesaria para hacerlo caer al piso, el chino rompió con la regla más importante del lugar donde se encontraban, le grito uno que otro insulto, tratándolo como un imbécil llorón que en vez de estar armando una escenita que lo único que hacía era dar lástima, debería estar buscando una forma para llegar al corazón de KyungSoo.

-"Eso hacen los amigos, Soo, es normal, no te preocupes"-se burló, tratando de imitar en un intento fallido la voz de quien pensó que sería Chen.

En medio de una y otra maldición lanzada para el chico de segundo grado, JongIn se perdió al no entender de que hablaba en ocasiones, solo sabía que el muchacho estaba ardiendo en furia por lo que le había contado.

-Iré a buscar un libro para que practiques en casa-dijo después de un rato, poniéndose de pie.

-No hace falta, ya te dije que eso queda en el olvido-dijo en medio de silenciosos sollozos, ganándose un golpe en la cabeza.

-Te ves patético, te gusta KyungSoo ¿No es así?-un vago asentimiento respondió a su pregunta.-si te gusta de verdad, no te rindas-fue lo último que dijo antes de perderse en medio de las estanterías repletas de libros.

¿Pero acaso valía la pena? Había descubierto que KyungSoo era un hipócrita de primera y JongDae un malnacido imbécil. ¿Para qué ayudar a MinSeok con JongDae sí se iba estar revolcando por con él? ¿Por qué andar ilusionando a MinSeok si su único interés parecía ser KyungSoo? Joder, le dolía más por su amigo que por el mismo, sabía el esfuerzo que MinSeok hacia para llamar la atención de JongDae, ¿Acaso KyungSoo no tenía respeto por eso? Pensar que estuvo enamorado de una persona que al parecer no le importaba o pensaba en el daño que podría causarle a cierta persona por andar teniendo sexo con su mejor amigo... Pero hey, el tampoco podía criticarlos cuando él era mucho peor, pero hacia el intento, trataba de cambiar para poder mejorar su imagen y eliminar una imagen inexistente de él en la mente de KyungSoo, era consciente de que para KyungSoo él no era un Playboy, que no era un maldito idiota que le hacía mas caso a su pene que a su cerebro, aún así quería borrar esa imagen, quería hacer que KyungSoo se sintiera orgulloso por aquel cambio que intentaba hacer, todos son seres humanos, todos cometen errores y tienen derecho a hacerlo, no podía juzgar a ese par cuando él había hecho cosas peores en un pasado, no podía tratar a KyungSoo de perra, y no solo porque no fuera capaz de lanzar el más mínimo insulto hacia él, sino que KyungSoo era un ser humano, un hermoso ser humano que no era un santo, pero que había cometido un error por andar con alguien como JongDae, un imbécil posesivo de mierda, egoísta a quien solo le importa el mismo.

Solo Tú Y Solamente Tú | KaiSoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora