Anya
Tobías y yo nos dirigimos a la playa de Maine. ¿Cómo le voy a explicar que la fotografía de mi madre y yo fue tomada una semana antes de que ella falleciera? ¿Cómo le iba a explicar el alcoholismo de mi padre? Me duele de sólo pensarlo, y me duele más pensar cómo será su reacción. Tengo miedo de que Tobías salga corriendo después que termine lo que tengo que decir.
Aparqué la motocicleta, nos bajamos y nos dirigimos a la playa. Hacía mucho tiempo que no venía, era el único lugar donde podía relajarme y liberarme de mis problemas; los sonidos del mar, la arena en mis pies me hace recordar a mi madre. Finalmente nos sentamos en la arena.
—Contestando tu pregunta, esa era yo con mi madre antes que un accidente automovilístico acabara con su vida —confesé.
Tobías
—Yo... —dije, rascando mi nuca, nervioso —no lo s-sabia, l-lo l-lamento.
—No he terminado aún —interrumpió mis disculpas —Pero antes debes prometer que no le comentarás a nadie sobre lo que estoy a punto de decir —murmuró.
Yo simplemente asentí. Comprendí que era muy difícil y complicado lo que iba a confesarme. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, mi sangre comenzó a fluir más rápido, comencé a prepararme para lo peor. Ella suspiró y comenzó su relato.
—Después de que mi mamá falleciera... —de la nada, lágrimas salían de su rostro—todo cambió. Mi padre comenzó a convertirse en un ebrio, por eso dejó de trabajar y perdimos la casa. El único que nos podía recibir era el hermano de mi madre, mi tío Marcus. Aquellos fueron los dos peores años de mi vida. Mi tía Mery, la esposa de Marcus me ayudó a mí y a mi hermano a superar la pérdida, pero mi padre no quiso recibir ayuda porque tenía miedo de olvidar a mi madre —puso sus manos en su rostro, comenzó a llorar más fuerte. La abracé con fuerza, tomó aliento y continuó—. Tiempo después, mi tía Mery se enteró de que estaba embarazada de Lucy, mi prima, pero lastimosamente mi tía murió durante el parto. Inevitablemente, Marcus cayó en un episodio de depresión. Mi hermano Nicolás y yo nos turnábamos para cambiarle los pañales a Lucy, para bañarla, vestirla y alimentarla, mientras Marcus se recobraba. Ahora habíamos perdido a las dos personas que más queríamos en nuestras vidas. Cuando Marcus se recuperó, se convirtió en el mejor padre para nosotros. Y henos aquí —finalizó dando un gran suspiro. Se limpió las lágrimas, se puso de pie, se sacudió sus jeans, se acercó a mí y me besó en la frente—. Gracias Tobías por escuchar, no a cualquiera le digo esto. Me siento mucho mejor.
—No, no, espera, espera —la tomé del brazo y la hice voltear, su cabeza estaba baja. Hey... hey, mírame —levantó su cabeza con parsimonia y me miró con ojos tristes. No sabía que ella había pasado por momentos tan difíciles, y nadie la había consolado o apoyado. Pude ver que siempre se preocupaba por los demás y no por ella —pensabas que, diciéndome la verdad, ¿te liberarías de mí tan fácilmente?
Anya
Al ponerme de pie, sentí un vacío que ni yo misma podía llenar; nadie en el mundo podía comprender mi dolor. Cuando sufrí esas pérdidas, nunca volví a ser la misma de antes: ya no sonreía ni reía, perdí ese brillo inocente que tenía. No estaba dispuesta a un rechazó de Tobías, así que le agradecí por todo, le besé la frente y me dispuse a marcharme. «No me dejes ir, necesito de tu calor para consolarme, por favor no me dejes hacer algo estúpido, te lo suplico. No me dejes ir», decía yo en mis adentros y se me formaba un nudo en el estómago. De la nada me cogió del brazo, haciendo que me volteara.
—No, no, espera, espera —me dijo y puso su mano en mi barbilla para que lo mirara— Hey... hey, mírame —levanté mi cabeza. Tobías se puso de pie y lo miré al rostro— pensabas que, diciéndome la verdad, ¿te liberarías de mí tan fácilmente? —me dijo con tono burlón. Comenzó acercarse a mis labios; mi respiración comenzó acelerarse, mi corazón comenzó a bombear más sangre, sentía que ésta corría más rápido por mis venas. Cuando nuestros labios se rozaron, cerré los ojos y así, sin más, la adrenalina inundó mi cuerpo. Tomé su rostro con mis manos y besé sus dulces labios. Comenzamos a proveernos el uno del otro, sus manos tomaron mi cintura para acercarme más a él; su lengua lame mis labios, abro más mi boca para que su lengua toque la mía. Comienzo a quedarme sin aire. De repente, mi teléfono comienza a sonar y al mirar la pantalla, noto que es Mike.
—¿Qué quieres, Mike? Estoy un poco ocupada —contesté secamente, mirando los ojos verdes de Tobías, perdiéndome en ellos.
—Segunda ronda, carrera. El ganador se llevará el vehículo del contrincante Snake Caller. Será en el muelle de Bradbury, hoy a las 11:00 pm. No faltes— colgó, dejándome sin habla.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Quién era? —preguntó Tobías con tono preocupado.
—Sí, estoy bien. Era Mike, me dijo que era la segunda ronda. Vamos, te llevaré a tu casa. Necesito ir a prepararme, y no me preguntes en dónde será la carrera... No quiero que te involucren en esto —dije sin más preámbulos.
Tobías
La verdad no pensé que ella se ganara la vida de esa manera tan peligrosa, tan... callejera. Estoy tratando de entender sus palabras. ¿Protegerme de qué? ¿De quién? Necesitaba saberlo, pero no me dijo la dirección del lugar, así que tenía que arréglamelas por mi cuenta.
Unos veinte minutos después llegamos a los suburbios, a lo que llamo hogar dulce hogar (nótese el sarcasmo). Aparcó su motocicleta, me bajé y le entregué el casco que ella se puso de inmediato.
—De verdad necesito que te quedes, no me vayas a buscar. A donde voy es muy peligroso para personas tan acaudaladas como tú —dijo con tristeza— Y-yo lo lamento de verdad, no quiero que nadie más muera por mí. No sabes mucho de mí, pero tengo muchos secretos que no te debo contar —sentí culpa en su voz —Mejor me voy. Gracias por todo, Tobías —y de la nada se fue.
Tenía que saber dónde era la famosa carrera, así que tome el teléfono y marqué el número de Tony; contestó al segundo tonó.
—Tobías, ¿cómo estás? —saludó con amabilidad.
—Hey Tony, necesito un favor.
—Dime amigo, ¿qué necesitas?
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Mi Vida Muy Normal A las Otras
Teen FictionAnya William tiene una vida llena de secretos, tristeza, dolor y muerte a su paso; es una chica que trata de luchar por mantener a su familia después del fallecimiento de su madre. Tobías Larson es un típico niño mimado, caprichoso, mujeriego, alcoh...