8.Carrera Imparable

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Anya

Llegué a casa a toda prisa; todos estaban dormidos. Fui directamente a mi habitación sin hacer mucho ruido, me puse mi uniforme y escribí una nota:


Fui a las carreras de Mike. No te preocupes por mí, sé cuidarme sola. Llegaré más pronto de lo que crees.

Te quiero

Any

Salí de casa lo más pronto posible y me dirigí a la dirección del encuentro. Cuando llegué, el olor a licor y a cigarrillos invadieron mis fosas; el asfalto olía a humedad y a sangre de las últimas peleas. Hacía un frío de cojones, pero no me importaba. Miré un poco más a mi alrededor. Ese muelle de mala muerte estaba abandonado por causa de un incendio que había ocurrido hacía ya varios años. Mientras me dirigía a buscar a Mike, veía a los otros competidores que me comían con los ojos —no se preocupen, imbéciles. Pronto me conocerán como la chica que pateó sus culos— dije para mis adentros y continúe mi camino. Encendí un cigarro, necesitaba estar tranquila para mi encuentro con Snake Caller. Busqué a Mike con la mirada, hallándolo en el puesto de apuestas, dando el habitual aviso:

«Damas y caballeros, hagan sus apuestas. Nuestra próxima competencia es Rocket King vs. El peligroso Thunderhead. Competidores, por favor presentarse en la pista.»

Me acerqué para ver a los dos competidores. Esto de verdad lo quería ver. El corazón se me detuvo cuando veo a Tobías al volante de su Charger 69 negro; él voltea su cabeza y me mira con una sonrisa traviesa. Mi respiración se vuelve irregular y mis piernas se derriten, pero mantengo la cordura. ¿Qué diablos hacía aquí? ¿Cómo puta madre me encontró? ¿Por qué cojones está compitiendo? Estoy petrificada y muy molesta. Una chica comenzó a acercarse a la línea de partida; vestía un top rojo que mostraba sus voluptuosas tetas, una mini falda negra y unas botas con puntilla negras. Pero su apariencia no importaba, lo que me importaba era el contrincante de Tobías: era Arthur Martins, el imbécil que golpeó a mi amiga Victoria. La chica oxigenada estaba de pie entre los dos autos, quitándose el sostén.

—En sus marcas —los autos empezaron a rugir sus motores— listos —dijo levantando el sostén—. ¡Fuera! —soltó el sostén, cayó al suelo y comenzó la carrera.

Tobías

Tenía que saber qué es lo que hacía Anya para competir en ese torneo, así que llamé a mi amigo Tony para que me hiciera el favor y me dijera dónde era el encuentro.

Me dijo que era en la calle Bradbury, pero tenía que inscribirme para poder entrar a competir. Tomé mi Charger 69 y me dirigí a mi destino. Aparqué mi auto y fui directamente a la mesa de apuesta donde también es la mesa de inscripciones. Cuando llegué a la mesa, estaba echa un gentío; todos gritaban el nombre de su competidor para apostar. Me acerqué a la mesa y había una chica pequeña que estaba haciendo las inscripciones. Tenía cabellos azules, estaba totalmente cubierta de tatuajes y piercings, su vestuario era completamente negro.

—Siguiente —llamó la chica —son cinco grandes para la inscripción —saqué el dinero de mi bolsillo y se lo entregué—. Gracias. Nombre de pila y marca de automóvil —me preguntó. Tenía que pensar rápido, pues no quería levantar las sospechas de Anya, así que escogí el nombre más coherente que se me ocurrió.

Rocket King, auto Charger 69 —contesté.

—Muy bien, yo soy Raymond, pero todos me llaman Ray. Yo seré tu anfitriona. Mi trabajo es que estés presente en todos los eventos del torneo, explicarte cómo funciona esto y mantenerte a gusto. ¿Alguna pregunta? —dijo con entusiasmo.

Mi Vida Muy Normal A las OtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora