Anya
Cuando llegué a casa después de haberle pateado el culo al tal Gunner, Ray me acompañó hasta la puerta y la abrí. Todo estaba en silencio, eso me preocupó. Cuando llegué a la sala a través del pasillo, la luz de repente se encendió.
—¡SORPRESA! —gritaron. Caí hacia atrás al suelo y Tyler me ayudó a ponerme de pie. Me di cuenta que todos mis conocidos estaban allí: Alison, Rupert, Katherin, Víctor, Victoria, Lucy, Tyler y Nicolás.
Subí la mirada. Había dos letreros que decían Feliz cumpleaños y Que tengas un buen viaje. Las lágrimas empezaron a salir de mi rostro; Lucy estaba en mis piernas y me miraba preocupada.
—Hermanita, ¿qué ocurre? ¿No te gusta? —preguntó y yo la subí a mis brazos, la levanté hasta el techo y ella rió.
—Me encanta, pero casi me dan un susto de muerte —dije acariciando su mejilla, mis amigos se acercaron a mí y me dieron un abrazo grupal.
—Te vamos a extrañar mucho —dijo Alison con lágrimas en los ojos.
—¿Quién se reirá de mis chistes flojos? —dijo Rupert con una mano en el pecho, fingiendo que se le partía el corazón.
—Me gusta tu corte —dijo Tyler agarrando mi escaso cabello.
Eso me provocó una sonrisa. Por último corrí hacia mi hermano y lo abracé con tal fuerza que casi le saco el aire.
—Gracias —dije entre lágrimas. Nicolás me las limpió con los pulgares y me besó los párpados.
—De nada, sólo quería darte una sorpresa —dijo con una sonrisa—. Además tuve un poco de ayuda —dijo mirando a Katherin que estaba aguantando las lágrimas. Me acerqué a ella y la abracé, ella lloró y lloró. Ambas lo hicimos.
—Perdóname, todo fue mi culpa —dijo sollozando en mi pecho y me separé de ella despacio, tenía los ojos rojos e irritados de tanto llorar.
—No fue tu culpa, Katherin, además si no te hubiera salvado no estarías aquí —dije tranquilizándola—. ¿Cómo está él?
—Duele de solo verlo —dijo sincera.
—¿Hermanita? —dijo Lucy jalándome la camisa.
—¿Sí, pequeña? —pregunté y sin más me entregó un regalo envuelto en papel periódico, me senté en el sofá y lo abrí. Era un álbum de fotos. Lloré más. Ray apareció a mi lado y me acarició el hombro, mi hermano en el otro lado, tomó mi mano y la acarició.
—Para que tengas un pedacito de nosotros —dijo Nicolás susurrando en mi oreja. Puse mi cabeza en su hombro, se hizo un silencio sepulcral.
—Bueno, ¿quién quiere pastel? —preguntó Katherin con un cuchillo para cortar el pastel.
—YO —gritamos todos al mismo tiempo y estallamos de risa.
Después de risas, juegos y regalos, había llegado el momento de irme. Mis maletas ya estaban preparadas y todos se despidieron con lágrimas.
—Cuídenlo mucho, por favor —dije a Nicolás, Katherin y Rupert, ellos asintieron; la pequeña Lucy estaba llorando en los brazos de Kathe, yo la tomé y la abracé fuerte por última vez.
—No te vayas, hermanita —dijo sollozando, me partió el alma.
—Te prometo que volveré, pequeña, y te llevaré a comprar casa nueva, iremos a la playa, haremos lo que tú quieras —dije esperanzándola.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo —dije entregándosela a Nicolás. Me despedí y me dirigí a la motocicleta, Ray se acomodó en mi auto. Encendimos los motores y nos marchamos. Son los sacrificios que uno hace por sobrevivir y mantener a salvo a sus seres queridos.
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Mi Vida Muy Normal A las Otras
Novela JuvenilAnya William tiene una vida llena de secretos, tristeza, dolor y muerte a su paso; es una chica que trata de luchar por mantener a su familia después del fallecimiento de su madre. Tobías Larson es un típico niño mimado, caprichoso, mujeriego, alcoh...