Hay que abrirse para sentir.
Hay que sentir para (tal vez) entender.
Hay que arriesgar cambiar todo tu universo, jugar con el miedo y decirle para que vaya a la mierda ante todo.
Hay que decir para probar
El sabor de las palabras ocultas,
Que aún que no se las traen a la superficie, rondan entre los motivos que desconozco, desconocía.
Hay que tener valor, en los varios sentidos de la palabra.
Porque amar, independientemente de quien o cuando, envuelve sacrificios de ambas las partes.

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(en)caja
Rastgeleacá escribo porque me desborda, me deshace y si me saco ese peso de adentro, entonces puedo volar