Misión: Salvando a Suho (SuLay)

Begin

Tú me haces comenzar (Begin-BTS)

« [...] Noticias de último momento, apareció muerto el sub-comisario de la ciudad, se sospecha fuertemente que la mafia BlackPearl estaría atrás de todo esto. En instantes apliaremos la información.»

Lay apagó la televisión, no podía soportar tener que ver esas noticias donde culpaban a su familia en cada homicidio de la ciudad -si bien ellos formaban parte de algo siniestro- no eran tan negligentes para que todo el mundo se enterara de los macabros planes que llevaba la mafia BlackPearl.
«Estúpido comisario, seguro se lo tenía bien merecido» pensó Lay.

 A sus 17 años tenía todos los lujos que la gente rica podía darse, sin embargo provenían de una generación china de asesinos sin piedad que hacían trabajo sucio en sus horas libres, si bien no era dinero lo que les faltaba; el matar se convirtió en un placer que la familia Zhang daba por hecho siempre y cuando la demanda le ofrecía una o varias víctimas en bandeja de plata.

—Joven, no se olvide de llevar su almuerzo —gritó una anciana que trabajaba dentro de la casona Zhang.

—No lo haré nana, ¿Has visto a mi hermano Luhan? —preguntó Lay

—No, joven. Salió ayer por la noche y dijo que no regresaría hasta después de clases.

El día recién empezaba y aparentaba ser uno largo;  Lay se fue al colegio solo, mayormente iba acompañado de su mellizo Luhan, pero hoy tuvo que hacer una excepción. No le sorprendió que su hermano no durmiese en casa, seguramente acompañó a sus padres en alguna misión de la mafia: Luhan tenía una gran capacidad para la informática, y últimamente dedicaba su tiempo aportando sus habilidades hackeando sistemas, o cámaras de seguridad, para la BlackPearl todo era útil.

***

—¡Joven Kim preste atención a mi clase! —gritó el profesor Guang.  Era la tercera vez que llamaba la atención de Junmyeon, éste era un caso perdido; un joven rebelde el cual acumulaba amonestaciones a diario.
—Perdón profesor no volverá a pasar —dijo el joven Kim con su típica sonrisa de ángel. 
Lay miraba la situación al margen, su crush el capitán del equipo de Lacrosse, era un experto jugador sin embargo en sus estudios no tanto.

«Que malditamente perfecto eres Kim...» pensaba Lay, el cual no podía dejar de contemplar al joven castaño; lo observaba dentro de clases, fuera de clases, en el recreo, en sus prácticas, en sus partidos, en todo momento posaba su mirada en Junmyeon. Lástima que no era el mismo sentir de las dos partes.

—Disculpa... —habló Kyungsoo, un joven de la clase con ojos marrones y labios con forma de corazón. No era muy hablador y tampoco sociable; casi nunca salía de la biblioteca, y si lo hacía era porque estaba con su novio el co-capitán del equipo de Lacrosse: Kim Jongin un moreno alto con una sonrisa matadora y encanto que hechiza a todos. Nadie en todo el maldito colegio sabía como Do Kyungsoo pudo captar el corazón del sexy moreno, pero a pesar de todos los rumores que merodeaban por la secundaria ninguno era verdaderamente cierto. La figura de Kyungsoo era aterradora y era la mismísima antítesis de Junmyeon, que por cierto se llevaban pésimo. Nadie sabe como Jongin puede estar con su novio y el enemigo de éste a la vez. 

—Zhang ¿Puedes responderme? —volvió hablar el joven.

—Sí, lo siento estoy perdido en mis pensamientos —respondió Lay volviendo a la vida real, por su cabeza navegaba la imagen de Junmyeon, la noticia de esta mañana, su hermano Luhan -quien por cierto faltó a clases- Junmyeon, la mafia, y más de Junmyeon.

—Necesito un compañero para la tesis de historia, ¿puedes ayudarme? —dijo encantador Kyungsoo.

—Si claro, podemos ir a la biblioteca, después... —respondió Lay; le encantaba ser útil en temas de colegio, allí podía olvidar un poco todo la rola de la mafia, no era -precisamente-  que estaba en contra de las tradiciones de su familia, pero le gustaba distraerse y relajarse. Lay más de una vez fue "espectador" se denomina así a los jóvenes que se iniciaban a la mafia, que a cumplir sus 18 años tenían el permiso y la libertad de participar completamente en las misiones mafiosas, tanto en robo, estafa, matanza, o todo lo relacionado con cometer actos contra la ley. Los últimos meses estuvo practicando y estudiando todo lo que se  se requiere para ser parte de BlackPearl, pero aún así,  Lay sabía que le faltaba demasiado para estar a la altura de sus padres los líderes de dicha sociedad, y eso realmente lo estresaba y mucho.

Suena el timbre e indica tiempo libre, Lay acompañado de Kyungsoo se encaminan hacia la biblioteca para poder hacer dicha tesis, en el camino comparten algunas palabras pero ninguna conversación estable. Frente a la puerta de la gran biblioteca  un adolescente como ellos se les cruza enfrente impidiéndoles el paso. Lay al alzar su vista se topa con esa cara, esos ojos, esa boca que anhela con tantas ansias besar...

—Hey idiota! tu novio anda preocupado por ti —dice Junmyeon con desprecio, nunca había visto a su crush actuar tan desagradable con alguien; siempre se mantenía atento, sonriente y educado, pero con Kyungsoo era todo lo contrario. 

—Dile a mi novio que sabe donde buscarme, ahora vete Junmyeon no molestes más —respondió con veneno y entró dentro de la biblioteca dejando a su enemigo tragándose todas las palabras de contestación inmediata. Junmyeon resopla, Lay respira agitado debido a la situación que lo ha dejado perplejo.

Nunca había presenciado tal pelea de tan cerca, si bien sabía de estos percances  -entre ambos- no sabía que se sentía tan personal.

—No deberías juntarte con él, es raro, seguro que asesina a personas como tú en sus tiempos libres.

«Si supieras Junmyeon de que mi familia es de esa clase de gente» pensó Lay.

—Además podrías juntarte conmigo Zhang; se que eres bueno en matemáticas y en eso... en eso yo apesto —habló rascándose la nuca—. Nos veremos después y suerte con ese idiota, bebé. —Junmyeon se retiró dejando a Lay con el rostro pálido y el corazón latiendo a mil. 

«Estúpido Junmyeon, no juegues conmigo»