† ten: a pure soul

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C A P Í T U L O  10

A   P U R E   S O U L

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A   P U R E   S O U L

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      El tiempo transcurría rápidamente y Amelia ya no parecía notarlo, los pensamientos por Michael habían desaparecido, aquel vacío en su pecho también, aquel sentimiento por Michael poco a poco se fue extinguiendo, ahora solo era Amelia.
Kyle había sido de mucha ayuda, siempre encontraba la manera de hacerla sonreír, estaba agradecida por ello, auque podía sentir al chico confundido, las cosas con Zoe no iban bien, ambos comenzaban a distanciarse, por lo que Kyle pasaba la mayor parte del tiempo con Amelia, la pelirroja llegó a pensar que era por ella, por lo que tendría que hacer algo para salir de sus dudas.

El ambiente se sentía diferente, el día de las siete maravillas había llegado, Amelia estaba consciente de eso, aún dudaba el por qué habían puesto sus ojos en ella como la suprema, aunque le halagaba no podía dejar de pensar que ese papel le quedaría muy grande.
La pelirroja se miró al espejo por última vez, comprobando que todo estuviera en orden, sonrió a su reflejo decida a ir por ello, antes de salir de su habitación y caminar hacia la sala, con pasos seguros.

— Esto no es sencillo, querida — Myrtle la miró en la entrada — solo sí estás dispuesta a hacerlo — había encendido un cigarrillo mientras se lo llevaba a la boca. Amelia asintió con la cabeza mientras suspiraba lentamente.

— Sí lo logras, serás la nueva suprema — habló Cordelia acercándose a ella mientras la envolvía en sus brazos.

Habían alrededor de diez chicas en el lugar, algunas la miraban impacientes, otras rencorosas, tan solo llevaba alrededor de cinco meses y ya era considerada la próxima suprema.

— Telequinesis — habló Myrtle sonriendole — Amelia miró aquella vela enfrente suyo — solo tienes que atraerla hacia ti.

Los nervios se apoderaban de ella, miró a los presentes pensando que la juzgaban, su vista se enfocó en Kyle, este le sonrió y alentó a que lo hiciera, Zoe solo se limitaba a mirarlos.

Cerró los ojos, sintiendo una fuerza correr por sus venas y al abrirlos la vela se encontraba entre sus manos, algunas de las chicas aplaudieron ante ello, Amelia sonrió mientras apagaba la vela.

— Concilium — Kyle se encontraba enfrente suyo, el chico no podía apartar una sonrisa.

Todos los miraban impacientes, había pasado un minuto, Cordelia bajó la mirada pero Amelia sonrió, Kyle caminaba por toda la sala, sus piernas se movían rápidamente, no tenía ningún control sobre su cuerpo, sin embargo, no sé notaba como si lo manipularan. Se detuvo en seco quedando enfrente de Zoe, ambos chicos se miraban a los ojos, hasta que sus labios se aproximaron en busca de los suyos.
Amelia no dejaría escapar aquella oportunidad, de verlos juntos de nuevo.

— Transmutación — Zoe caminó hasta ella entregandole tres rosas rojas, tenía que poner una en cada esquina de la habitación, sin tener que ir hasta ella.
Exhaló con fuerza antes de desaparecer de la habitación para luego aparecer repetidas veces, las rosas cambiaban de un lugar a otro en menos de un segundo.
Cordelia se levantó de su asiento al vee que no aparecía y por un momento recordó el destino de Zoe, el timbre de la puerta sonó, Myrtle le dio una mirada a Kyle y este abrió la puerta, Amelia apareció por la entrada sonriendo mientras sujetaba las tres rosas en su mano.
Cordelia la miró esperanzada, Amelia podría ser una buena líder.

— Adivinación — Amelia miró a Cordelia, esta asintió para que prosiguiera. Sus manos pasaron por las piedras esparcidas en la mesa y de un segundo a otro había desaparecido, las brujas miraban hacia los lados hasta que la voz de Amelia resono detrás de ellas, sosteniendo el objeto que le perteneció a la suprema Anna Leigh Leighton.

— Piroquinesis  — Amelia se encontraba en el centro de la habitación, sus manos y ojos se cerraron mientras que un movimiento rápido, las llamas de la chimenea se encendieron, al igual que todas las velas que se encontraban en el lugar.
Zoe había desaparecido del lugar, eso llamó la atención de Amelia, sin embargo continuó con la prueba.

— Vitalum vitalis — Amelia sostenía una pequeña ave sin vida, le dedicó un minuto a acariciarla antes de cerrar los ojos y regalarle un soplo. Sus manos se abrieron, dejando ver al ave con vida mientras revoloteaba por toda la habitación.
Cordelia y Myrtle se dieron una mirada satisfactoria mientras Amelia miraba al ave volar.

— Descensum — la habitación se quedó en completo silencio — Un peligroso descenso a las profundidades del más allá, tienes que volver antes de que el tiempo acabe, querida - habló Myrtle, Amelia asintió mientras se recostaba en el frío piso.

—Spiritu duce, in me est. Deduce me in tenebris vita ad extremum, ut salutaret inferi —murmuró lentamente — Deduce me in tenebris vita ad extremum, ut salutaret inferi.

Poco a poco sintió como el ambiente cambiaba, cómo su cuerpo comenzaba a alejarse del resto.

— Descensum — salió de sus labios.

— ¡No! — gritó Zoe entrando a la habitación, llamando la atención de todos.

— ¿Qué sucede? — preguntó Cordelia asustada mirando la reacción de Zoe.

— ¿Qué le ocurre? — preguntó una de las chica, Cordelia giró su cuerpo hacia Amelia.

Los gritos desesperados de Amelia alertaron a todos mientras sentía como su cuerpo se iba consumiendo.

— ¡Ayudenme! — gritó adolorida antes de desaparecer sin dejar un solo rastro.

— ¡Oh, por Dios! — gritó corriendo a donde ella — ¡Amelia! —  la llamó desesperadamente — ¡Amelia!
Zoe corrió hasta Kyle.

— El tiempo ni siquiera había transcurrido — grito Kyle, todos se miraban los unos a los otros, asustados e impactados.

— Ella nunca iba a poder descender, fue mi culpa — habló mirando a Cordelia — ¡ella nunca debió de hacerlo!. Lo lamento.

— Satanás es astuto — Myrtle caminó donde las rosas — le dimos justo lo que quería — habló comprendiendo lo que sucedía, Cordelia la miró esperando una explicación — alguien inocente y puro — la tristeza se había apoderado de su voz, las lágrimas de Cordelia caían sobre sus mejilas — Le dimos el alma de Amelia.

— Satanás es astuto — Myrtle caminó donde las rosas — le dimos justo lo que quería — habló comprendiendo lo que sucedía, Cordelia la miró esperando una explicación — alguien inocente y puro — la tristeza se había apoderado de su voz, las lágrimas ...

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ungodly; michael langdon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora