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T H O U G H T S O F Y O U
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La semana estaba concluyendo, las pesadillas por Michael aparecían con más frecuencia, siempre a la misma hora, Kyle era el primero en correr hacia ella, usualmente la consolaba hasta asegurar que estuviera profundamente dormida, un ciclo vicioso que no la dejaba dormir.
La noche había descendido incluso más rápido de lo normal, Amelia se miró en el espejo por un breve momento.
Pudo divisar a Michael sentado en la orilla de la cama, su respiración se agitó mientras sus manos temblaban, el rubio se levantó y caminó hasta ella, envolviendo sus brazos en su cintura mientras repartía besos alrededor de su cuello. Pequeños jadeos salieron de sus labios, no sabía si su mente le hacía una mala jugada pero aquello se sentía tan real, que le dolía.
Y ella lo sabía, porque todo lo que tenga que ver con él, le importaba y siempre regresaría a su lado.
Se dio la media vuelta, quedando frente al chico, este le sonrió entristecido, Amelia intentó hablar pero los labios del chico se interpusieron, haciéndola sorprender, ambos parecían desesperados por estar con el otro. Sus manos fueron descendiendo hasta llegar a la camiseta de Michael, ambos lo querían y necesitaban. Lentamente fueron desapareciendo sus vestimentas, Michael la recostó en la cama mientras acariciaba las curvas de su cuerpo, su mano se abrió paso para acariciar sus piernas mientras con la otra mano tomaba su rostro para besarla, sus cuerpos actuaban por si solos, como si estuvieran en automático, Michael tomó sus manos mientras las entrelazaba, besó por última vez a la chica antes de alinearse a su entrada, Amelia cerró los ojos sintiendo un dolor extenderse por todo su cuerpo, Michael la miró a los ojos mientras acariciaba sus manos, esta miró cuán azules eran, este le sonrió mostrando sus perfectos dientes, antes de comenzar con un vaivén de movimientos, lentos y suaves, como si quisiera que la chica supiera todo lo que él sentía por ella, sus labios hicieron un camino de besos desde su hombro hasta los labios de ella, Amelia no podía apartar la mirada, sus manos recorrieron sus brazos hasta perderse entre el cabello rubio del chico, apretandolo ligeramente, provocando que el chico gimiera ante su acto, sus movimientos se hacían más rápidos haciendo que sus manos resbalaran hasta su espalda, su cuerpo comenzó a tensarse y Michael lo sabía, besó sus labios como si dependiera de eso, Amelia gimió cerrando los ojos, lo que parecía ser música para los oídos del chico. Sus embestidas se volvieron más rápidas, sintiendo como el cuerpo de Amelia estaba por liberarse, tomó su mano derecha, llevándola justo donde su corazón, mientras se acercaba al oído de la pelirroja susurrandole cosas al oído, que ni ella misma pudo descifrar, su cuerpo comenzó a contraerse, Michael para calmar sus gemidos, la besó por última vez llegando consigo a su liberación.
