† eleven: i can feel your heart

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   C A P Í T U L O  11

I  C A N  F E E L  Y O U R  H E A R T

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I  C A N  F E E L  Y O U R  H E A R T

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         El corazón de Zoe se partió en mil pedazos, las súplicas de Amelia resonaban en su cabeza durante las noches, intentó contactarse con ella pero parecía que el mismo infierno se lo impedía, si tan solo hubiera tenido las respuestas antes de hacer las siete maravillas, era más que probable que Amelia se encontrará con ellas.
Kyle la miraba derramar una que otra lágrima pero sabía que no había nada que él pudiera hacer, simplemente se observaba a mirarla mientras sentía que Zoe ponía una distancia entre ellos de nuevo.

El aquelarre se sentía vacío, los pasillos eran extremadamente  silenciosos, Cordelia intentó regresarla, tantas veces que había perdido la cuenta pero justo cuando estaba por llegar a ella y traerla de vuelta, volvía al punto de inicio, estaba agotada, sus fuerzas se iban desvaneciendo poco a poco pero aquella sensación en su pecho crecía con el pasar de los días, hasta que Mallory apareció, la forma en como era, le recordaba a Amelia en más de una manera y eso solo hacía  que aquella herida no sanara.

Mientras que Michael, durante las últimas noches había estado soñando con Amelia, justo a la misma hora su habitación se volvía más calurosa a altas horas de la noche, su pecho subía y bajaba de manera constante.

No sabía con exactitud dónde se encontraba, simplemente veía a Amelia correr aterrorizada, al principio no entendía que sucedía, luego, miraba como su cuerpo era arrojado hacia una cama mientras ella gritaba que la soltaran, aquella figura era un hombre, evidentemente más grande y fuerte que ella, Amelia suplicaba que se detuviera, este forcejeaba con ella, haciéndola inmovizarse, subiéndose encima de ella. Las manos de aquel hombre se habían arrollado alrededor de su cuello, evitando que el aire se colara por sus pulmones, la chica golpeaba sus brazos intentando que se detuviera, sin embargo este seguía ejerciendo presión, Michael miraba como poco a poco Amelia iba perdiendo el conocimiento, cuando reaccionó para correr hasta ella, parecía que sus pasos eran lentos y pesados, como si aquel corto camino se volviera más largo de lo habitual.
El grito de Amelia lo desconcerto,  su rostro lucía adolorido, mientras cientos de lágrimas resbalaban por sus mejillas, su boca semiabierta ahogando pequeños gemidos, Michael corrió hacia ella, se detuvo en seco al ver que la chica lo miraba sin alguna expresión y en menos de un minuto, la habitación comenzaba a teñirse de rojo, sintió su corazón comprimirse mientras él también derramaba lágrimas, Amelia estaba muerta y Michael no pudo hacer nada al verla siendo atravesada por un arma blanca.

Siempre la misma pesadilla, que le hacía sentir el pecho quemandose, a lo largo de su corta vida, nunca había tenido problema alguno y la señora Mead estaba consciente de ello, siempre se despertaba, gritando, a la misma hora, ella corría a verlo mientras le susurraba que todo estaría bien, envolviendo en sus brazos mientras acariciaba su cabello hasta que alrededor de las seis de la mañana conseguía calmarlo y hacer que durmiera un poco, pero esta vez ya no estaba más la señora Mead, ahora solo era Michael, junto a un grupo de jóvenes excepcionales, tratando de desarrollar sus poderes.

ungodly; michael langdon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora