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C O M E B A C K T O U S
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El fuego se extendió por todo el búnker, hasta quedar completamente iluminada, tres mujeres caminaron a paso seguro, sintiendo un enorme poder en ellas.
- Encuentrenlas, hermanas - murmuró Cordelia antes de que la de cabellera rubia y roja partieran a donde ella.
Caminó hasta el montonal de cuerpos, sintió una furia recorrer sus venas al ver a su pequeña entre ellos, si tan solo la hubiera encontrado antes que él, probablemente su niña estaría viva.
Con cuidado la recostó justo en medio de la sala, tocando su mejilla mientras derramaba lágrimas por no haberla protegido.
- Amelia - murmuró Myrtle sorprendida al ver a la joven con una bala en el pecho mientras que Madison solo torció el rostro.
Recostaron a las tres chicas restantes en el piso, Cordelia se acercó a cada una, brindandole un suave soplo, con detenimiento, cerró los ojos por un momento antes de levantar las manos y regresarlas a la vida.
Los jadeos de angustia no se hicieron esperar, todas se miraban las unas a las otras, tocando sus rostros para saber que eso era verdad, que estaban vivas de nuevo.
- ¿Por qué no reacciona? - preguntó Madison al ver que Amelia no despertaba. Cordelia le dio una mirada a Myrtle antes de acercarse a ella.
- A veces Satanás se aferra a un alma, tanto que no la deja ir - murmuró la pelirroja.
- Amelia - susurró Mallory corrió hacia ella mientras la sacudia sin éxito alguno.
- No me sorprende - habló Madison con disgusto.
- El infierno no es para los inocentes, querida Madison - Cordelia se acercó a ambas chicas.
- Está aquí - susurró Mallory mientras Cordelia sonrió entristecida sabiendo que solo era la poca fuerza que pudo brindarle.
Un breve silencio reinó la sala principal.
- Non Dráco Sit Míhi Dux (No es el demonio mi guía) - Myrtle comenzó a recitar - Váde Rétro Sátana! (¡Apártate, Satanás!) - con cada frase, su voz se hacía fuerte - Et hoc liberat ab inferno animam meam (libera a esta alma del infierno) - las cinco chicas dirigieron su mirada a Amelia - Ipse Venena Bibas (tragate tu propio veneno, Satanás) - el silencio reinó de nuevo, mientras Cordelia se acercaba a la chica, justo cuando iba a tocarla, la voz de Michael le interrumpe.
- ¿Cómo me puede ganar cualquiera de ustedes... - habló desde las escaleras - cuándo yo ya gané? -
- No ganaste - aseguró Cordelia
- Creo que no has notado el estado del mundo - se burló.
- Casi tan malo como tu chaqueta para cenar - Myrtle se acercó a Cordelia dándole apoyo - Al menos el mundo se puede salvar.
- ¿Ustedes lo harán? - preguntó Langdon riendo.
- Todas nosotras - Mencionó Cordelia.
- No dejen que vuelva a morir, la primera vez fue un asco - habló Coco llevándose una mirada por parte de Myrtle.
- Cuando terminé todas desearán estar muertas - amenazó Michael.
- Así como tu querida Amelia-sonrió Madison mientras caminaba hasta él - tanto peleaste por ella, para que terminara como lo que siempre fue, un cuerpo sin vida - eso desconcertó al chico mientras dirigía su mirada hacia donde la chica.
- No intentes acercarte a ella - habló Cordelia mientras lo amenzaba con su mano.
- La traeré de vuelta... - la señora Mead no decía nada, cómo podía perder a su niño bonito por decirle que ella había presionado el gatillo.
- No tocarás a alguien tan puro para envenenarlo con tu maldad - habló Myrtle - Ya has hecho suficiente, como el haberla mandado al infierno.
- ¿Creías que estaría agradecida luego de que la revivieras? - preguntó Cordelia formando sus manos en puños - ¿Cómo te sentiste, Michael ? - Michael mantenía la mirada.
Él no quería hacerlo, ¿la amaba?, sí, pero el sentir el rechazo de ella, sobre todo el de ella, lo volvió loco por completo.
- ¿Cómo te sentiste al matarla? - murmuró Cordelia haciendo desconcertar al rubio.
El fuego se extinguió dejando consigo la oscuridad por todo el búnker. Las brujas se reunieron entre ellas mientras Michael y la señora Mead esperaban cualquier ataque por parte de ellas.
- Redit ad nos (regresa a nosotros) - murmuró Cordelia sonriendo por último, sintiendo una presencia poderosa antes de que un temblor sacudiera todo el búnker. Y de un segundo a otro, el fuego iluminó toda la sala, de nuevo, como si algo dentro hubiera explotado. El resto de las brujas miraba hacia donde la chica, en especial Michael.
Amelia abrió los ojos y se incorporó de inmediato, llevándose un grito por parte de Coco.
- Sorpresa, perra. Seguro creiste que sería la última vez que me verías -murmuró Madison a Amelia, al verla como nueva, mientras esta intentaba tranquilizar su respiración.
- Siempre pensé que el fin sería entre fuego y hielo - hablo Myrtle mientras sonreía a Amelia - No con brujas y hechiceros - lo último pareció molestar a Michael.
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