-Erika, el desayuno está listo- Me despertó Kentin de un hermoso sueño. Cada vez que caigo en los brazos de morfeo tengo un sueño sobre algún recuerdo perdido de Eldarya. De los momentos más felices de mi vida, cuando todo era ideal.
-Ya voy...- Suspiré. Todo parecía volver a la normalidad, no he tocado el tema con Kentin, pero ya es hora. -Kentin, sobre lo que te dije la vez pasada...-
-Erika, dime ¿Te gusta Eldarya?-
-Eh, claro es lindo, supongo que sí-
-¿Sabes por qué estás conectada con ese mundo?- Preguntó.
-Porque soy la hija de la reina de Eel, tal vez-
-¿Sabes quién era mi madre?- Dejó la taza de café que estaba tomando sobre un platito.
-Era la reencarnación de Silvara ¿No?- Contesté ambigua por las preguntas que me estaba haciendo.
-Así es y también era la hermana biológica de tu madre, la reina- Dijo mirándome a los ojos.
-¿Qué quieres decir...? ¿Eso significa que nosotros...?- Me confundí.
-Así es, nosotros somos primos hermanos, nacidos de un par de hermanas muy unidas- Decía serio.
-¿Qué...?- Fue lo único que mi voz alcanzó a articular. ¿Desde cuándo?
-¿Por qué no me lo dijiste antes?--No te lo dije antes, porque descubrí que soy un obstáculo para que recuperes tu memoria- Confesó.
-¿Qué significa eso? ¿¡Sabes recuperar mi memoria!?-
-No estoy del todo claro, pero creo tener pistas...- Me paré de la mesa mirándole suplicante.
-Por favor, dime-
-¿Por qué tanto interés? ¿De repente quieres gobernar Eldarya? ¿O es por aquel chico que conociste en Eldarya?- Dijo perdiendo paciencia.
-¡No tiene nada que ver! Estoy en todo mi derecho de saber, perdí mis recuerdos, Kentin ¡Mis recuerdos! ¡Apenas y sé quién soy!- Dije alterada.
-Solo tienes que visualizarte a tí en ese tiempo... Conectar con tu contraparte, seguramente aún no se ha partido tu alma, ya que olvidaste tu ser del pasado... Mira, sé un ritual, pero si quieres realizarlo tendrás que calmarte y centrarte-
-De acuerdo- Contesté. Él fue a buscar un incienso, junto con una hoja grande. Él me señaló la cama, me dijo que tenía que acostarme para entrar en un profundo sueño. Le hice caso y empezó por encender el incienso, dejandolo sobre una mesa, después con la hoja abanicó y el humo se esparció por toda la habitación. Lentamente mis párpados se fueron cayendo.
Un rayo de Sol me obligaba a abrir los ojos. Entonces, me di cuenta que no estaba con Kentin, si no en otro lugar.
-¡Erika, Max, saldremos por un rato, no se maltraten!- Salí de la extraña habitación y divisé desde unos cuartos más arriba a una mujer de pelo blanquecino saliendo, debía ser mi madre.
-¿Oíste Erika? Te vas a portar bien- En la otra habitación escuché esa voz tan familiar para mí. Me acerqué a ver, y ahí estaba una yo pequeña junto a un Max adolescente.
-Nadie me impide tener intenciones malas- Reía mi yo niña. Es gracioso que no recuerde nada. Él y yo eramos tan unidos. Todo lo que hemos pasado pareciera aferrarse más a mí. Soliamos ir tomados de la mano al dar un paseo y siempre Max me enseñaba algo nuevo. muchas de mis memorias regresaron, sin embargo hubo una que provocaba un terrible dolor de cabeza a mi conciencia.
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"El otro lado del espejo" Volúmen II [CDM Eldarya]
Fanfiction[+18] [Mundo Omegaverse] Amaltea es la única solución para los múltiples problemas del Reino de Eel y de toda Eldarya. Tras perder a su hija, la reina se ve envuelta en una maldición, que arrastra a todo el reino. Llevándolo a subsistir en medio del...