Me quedé viéndome en el espejo. Asimilando el que sea la princesa de este lugar. Sinceramente, no encajo No quiero ser reina. No sirvo para eso.-¿Lista?- Me apresuró mi padre.
-Eso creo...- Contesté intranquila.
-Hija, estarás bien. Yo también me puse nervioso cuando descubrí que iba a gobernar, pero... Luego pensé «Ahora podré ver a todos esos imbéciles desde arriba»- Rió wuasonamente.
-Sabes papá... Esa idea es...- Hice una mueca indecisa -¿Cómo no lo había planeado antes?-
-¿Ves?-
-Sí, pero a la única que quiero patear es a Karenn, así que no... Necesito tiempo- Me retracté.
-Comprendo, yo mientras tanto voy a jugar con esta pequeña- Le hacía gorgoritos a la bebé.
Salí al pasillo, quedé enfrente de la sala del gran baile, es decir del salón real. Respiré hondo y entré.
La gentuza me observaba atentamente. Hasta que mi madre me dió una palmada en el hombro.
-¡Damas y caballeros de Eel! Les presento oficialmente a mi hija, heredera y princesa de nuestro reino- Me obligó a subir al estrado. -Saluda hija-
-Buenas noches...- Me siento como en una entrevista.
-Hija, los encargados de los titulares de entretenimiento de Eel quieren hacerte unas preguntas. No te presiono, pero deberías intentar contestar- Yo simplemente asentí.
-Díganos, princesa Erika ¿Cómo se siente al volver a pisar sus tierras? ¿Qué siente al ser nuevamente princesa? ¿Piensa reinar o... Dejará a alguien más el cargo? Como a su hija, por ejemplo- Esas fueron como cuatro preguntas en una, tramposo.
-Aun me acostumbro a los cambios, sobretodo después de la gran guerra- Suspiré. -Creo que aún es temprano para pensar en un cambio de mando- Dije sin más. Los de las primeras filas anotaban suspicaces.
-¡Princesa! ¿Concebir a su hija fue un acto planeado... O adulterio como muchos creen?-
-¿Es cierto que se casará con el general de las tropas?-
-¿Desde hace cuánto mantiene un amorío con el general Maximus? ¿O fue él quien entró en su habitación sin permiso?-
-¿Sabía que el general era mestizo? ¿Cómo se siente al respecto? ¿No temió que su hija naciera humana?-
-¿El padre de la bebé es el general? ¿No es así?- Una avalancha de preguntas terribles acabaron con mi calma. No solo estaba asustada, empecé a enfurecerme.
-¡Basta!- Una voz potente y al mismo tiempo paciente, clara y fraternal cesó el ruido. Aquél precioso joven con una cabellera rubia ceniza caminó hasta el biombo. -Sé que no tengo derecho a intervenir. No soy la mejor imagen pública y muchos me odian, pero ningún hombre dejaría de lado a su futura mujer en medio de un montón de chismosos que solo quieren manchar su reputación. No quiero que ella obtenga una mancha gracias a los demás. Conmigo hagan lo que quieran... Pero, si veo un solo escrito hablar mal sobre mi hija o mi prometida, se las verá con la familia real, incluyéndome. Y quiero asegurarles que amo a Erika. ¡No se hagan ideas equivocadas! Es verdad que cometimos muchos errores, también es cierto que para ustedes solo soy un duendecillo, sin embargo para Erika soy más que eso... Nuestra hija es la viva esencia de nuestro amor y si tienen prejuicios, tan solo miren esa carita- Señaló a la bebé sostenida por Ezarel.
-Santa cachucha, es tan conmovedor que hasta yo deseo llorar- Dijo mi papá. Definitivamente es Max, solo él podría gobernar este reino con honores. Porque él es el Sol que necesita Eldarya. Un Sol pálido que jamás se rinde, que siempre irradiará alegría, tristeza, enojo... Sus sentimientos son tan pálidos y claros que él jamás sería deshonesto. Y ahí fue cuando me di cuenta que yo no había cometido ningún pecado demasiado grande. Luché, batallamos todos juntos por el reino. Por nuestra familia, cada persona en Eel cree lo mismo.
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"El otro lado del espejo" Volúmen II [CDM Eldarya]
Fanfic[+18] [Mundo Omegaverse] Amaltea es la única solución para los múltiples problemas del Reino de Eel y de toda Eldarya. Tras perder a su hija, la reina se ve envuelta en una maldición, que arrastra a todo el reino. Llevándolo a subsistir en medio del...