Ese día al Sol lo rodeaba un precioso halo. Ya se habían cumplido los meses de embarazo de Erika y en cuanto se levantó y vió el Sol supo que era el día, no solo por el parto inminente, también por lo especial de la atmósfera. Aquel día tenía un aura que te obligaba a sonreír.
Erika fue a juntarse con su marido, que se encontraba realizando medicinas en la sala de alquimia.
-¡Buenos días, amor! Pasa, echaba los últimos ingredientes.-
-¿Está bien que utilices fragmentos del cristal para...?- Max hizo un gesto con su mano.
-Calla, Linda. Por supuesto que no debería, pero me ayudan mucho-
Miranda los observaba desde la entrada en el silencio mismo. -¿Qué pasa, hija?- Se acercó Max de manera maternal. La niña lo esquivó escondiéndose tras la puerta. -¿Qué haces? No tienes porque tener miedo de tus padres- Se rió él.
-Siempre hace lo mismo, no lo comprendo- Crítico la madre.
-No compares a tu hija, mandona- Él la tomó en brazos con cariño. -Tu madre está de mal humor, disculpala-
-¡Pero, siempre está de mal humor!- Erika les lanzó una mirada desafiante.
-¡Corre, Mira, corre!- Miranda salió corriendo a grititos y su padre se fue tras ella.
En ello, un ruido de rocas moviéndose llamó la atención de la embarazada. Un pasaje se había abierto. Cosa muy curiosa. Extrañada se acercó a investigar y pasó la entrada.
-¿Hola?- Preguntó por si alguien cercano había abierto aquellos misterios pasillos. Caminó recto, hasta ver algunas escaleras. Las subió con paciencia. Finalmente, se alló en la misma habitación que pisó su madre episodios atrás. Se aproximó al altar y sonrió al ver a la linda estatua.
-Santo oráculo, dalé lo necesario a esta niña, para que pueda crecer...- No logró completar la frase, porque se vió interrumpida por una mano que bloqueó su boca y cuerpo. -¡Mhmp!-
-Adelante, grita y forcejea, sin embargo solo te traerá más problemas. Nadie vendrá aquí- Se espantó al sentir esa particular voz significativamente conocida para ella. Se esforzó por voltear para comprobar su apariencia y fue en vano, aquella figura la tenía bien sujeta. -No tengas miedo, no me perdonaría el hacerte daño- Su nariz fina olfateó su cuello. -Es una lástima que tu esencia se haya esfumado- Erika estaba inmóvil y tan asustada que unas cuantas lágrimas se deslizaron por su rostro. Quien la agarrabá saboreó su pánico. -Te dejaré ir, pero antes tendrás que aceptar mi trato... Quiero a tu bebé- Asombrada movió su cabeza negando repetidas veces. -Shhh... Shh... No he terminado de hablar- Se hizo oír. -No deseo poseer a la criatura ahora. Ella vendrá por voluntad propia... No tendrá opción... Esperaré hasta que alcance la juventud como mínimo.- Erika no se cansaba de negar sus palabras. -Tu mundo se verá amenazado por los demonios dormidos y todo por el nacimiento de esta niña... Yo tengo el poder de detener a esos demonios, así que acepta el trato- Ella se liberó de la sombra.
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"El otro lado del espejo" Volúmen II [CDM Eldarya]
Fanfic[+18] [Mundo Omegaverse] Amaltea es la única solución para los múltiples problemas del Reino de Eel y de toda Eldarya. Tras perder a su hija, la reina se ve envuelta en una maldición, que arrastra a todo el reino. Llevándolo a subsistir en medio del...