Mis padres me criaron bien, fueron amables y cariños conmigo, me dieron lo que necesita cualquier niño. Cuando cumplí los 10 años me dieron un libro forrado en plata, titulado Eldarya, la tierra de las hadas. Era toda una leyenda para mí y era tan largo y difícil de entender que solo después de leer 5 veces una plana lograba entenderla. Cuando no quería dormir me escabullía bajo las sábanas junto a mi mascota Corko. Ese libro era la única cosa que no mordía mi Corko. Tal vez porque fue realmente creado por hadas.
A pesar de que vivía como cualquier niño rico, nunca he podido considerarme normal. Desde que tengo conciencia he visto a una chica vagando por mi alrededor. Mi familia no le dió mucha importancia, porque decían que era obra de mi imaginación, sin embargo, con el paso del tiempo aquella ninfa ya no solo era una amiga imaginaria. Siempre estaba a mi lado, cuando me iba a dormir, cuando iba a la escuela, incluso cuando iba al baño.
Lo peor no era verla en todas partes, sino que podía controlar lo que me rodeaba. Podía tomar objetos, incluso tocar a las otras personas.
Un día un chico del colegio comenzó a molestarme por los anteojos que solía llevar, ya que no solo eran grandes tenían un aumento exorbitante. Pero la verdad es que los necesitaba para ver, una vez me los quitaba no veía nada de nada.
-¡Por favor, devuélveme mis lentes!- Le suplicaba a la sombra que no divisaba.
-¿Los quieres de vuelta? ¡Entonces atrapame tonto!- Se reían de mí.
Hacía lo posible por alcanzarlo, pero chocaba con todo lo que se me atravesaba.
-¡Ahí los tienes!- Oí como los lanzaba al piso y estos se rompían. Me agaché a recogerlos. Uno de los lentes se había echo añicos.
Aquel fantasma que me perseguía se enfureció, tanto que comenzó a desbordar un aura aterradora. Entonces hizo germinar un montón de raíces del piso ahorcando a ese estúpido niño.
-¡Alto! ¡Lo vas a matar!- La hacía reflexionar y soltó al patán. Él me quedó mirando asustado y partió corriendo.
Aquel suceso quedo registrado en mi expediente, nadie supo que paso ni cómo, pero solo a mi podían culpar.
-No fue tu culpa- Se compadeció mi madre.
-¡Claro! ¡Fue esa estúpida cosa!- Apuntaba a la "criatura de mi imaginación". La cual parecía profundamente arrepentida.
-...Hijo, sé que es difícil para tí entenderlo, pero te contaré una cosa. A mi hermana también le ocurrían cosas raras-
-¿Mi tía también veía "seres imaginarios"?-
-No, creo que no... Hay algo que no te he dicho- Me mostró el libro de Eldarya. -Tu tía soñaba todos los días con este misterioso mundo... Y un día desapareció- Me dijo.
-¿Desapareció? ¿A dónde fue?-
-Al mundo descrito en este libro. Ella jamás fue como el resto y creía en la existencia de la magia. Una chica muy extravagante que confiaba que un día viajaría a este lugar... Y así fue, cuando te dije que se mudó a otra ciudad mentía. Ahora ella vive en Eldarya- Suspiró -No sé si aún la recuerdes vino una navidad cuando tenías 7 años. Y el regalo de navidad que te dió fue tanto tu amigo Corko como este libro.-
-¿Por qué me mentiste?- Pregunté subiendo el tono.
-Porque temía que vivieras tan desdichado como ella vivió aquí- Asumió. -Ahora veo que vivirás igual que ella... tú, no perteneces a este mundo y jamás perteneceras- Finalizó sollozando. Mi mamá me abrazo fuerte. -Quiero que cuides bien de tu hermana- Mencionó y no le entendí. ¿Hermana? ¿Cuál hermana?
ESTÁS LEYENDO
"El otro lado del espejo" Volúmen II [CDM Eldarya]
Fiksi Penggemar[+18] [Mundo Omegaverse] Amaltea es la única solución para los múltiples problemas del Reino de Eel y de toda Eldarya. Tras perder a su hija, la reina se ve envuelta en una maldición, que arrastra a todo el reino. Llevándolo a subsistir en medio del...