Corría alrededor de un árbol gigante de hojas azules.
–¡Detente mocosa!– Sin escuchar seguía corriendo. Cuando una silueta masculina me atrapó.
–¡No, suéltame!– Le dije a la persona que me tomó en brazos, sin embargo estaba feliz. Estaba contenta del tacto de esta persona. Lamentablemente, no veía su rostro. –Hermanito, vamos a dar un paseo– Otra vez, llamaba a hermano a alguien desconocido para mí.
Divisé el techo blanco de la habitación del duendecillo. Me percaté que Max no dormía en su sillón.
Tomé la capa que me regalaron y fui a buscarlo. Llegué hasta el jardín del palacio, donde en el medio yacía un florido árbol rosa. Y ahí practicaba con su espada dando cortes precisos al aire. Sus cabellos se balanceaban ligeramente con cada movimiento. Dejó de "desgarrar el viento" cuando me miró. Repiraba agitado y estaba bastante sudado, pero aquello solo lo hacía ver más sexy.
–Hazme un favor, y pásame esa botella de agua– Miré la botella y se la di. Él en vez de beber se rocío el agua encima. ¡Uh, y qué vista! Chorreaban las gotas por su cuello y músculos. Ni mencionar el meneo de su cabeza y pelo chapoteando agua. No evité morderme el labio inferior.
–¿Qué sucede? Me miras de una forma extraña– Colocaba su cinturón en su lugar para envainar su espada.–¿Tuviste un sueño raro? No deberías salir a esta hora–
–S-solo me extrañó que no estuvieras...– Me excusé nerviosa.
–¿No puedes dormir sin mí?– Hizo un gesto burlón. –Como ves, solo entrenaba. Debo mantenerme en forma–
–¿Mantenerte...? Pero no hay nadie que te quite ese s– Me detuve en seco al pensar en lo que iba a decir. ¿Puedes dejar de mirar su físico? Pero, es que es tan sensual... Volví a morder mi labio.
–Estás rara, debes tener sueño. Vamos, vámonos a dormir–
Regresamos a la habitación y él fue a tomar una ducha antes de ir a acostarse. No podía dormir escuchando la ducha, sabiendo que Max se estaba bañando ahí. ¿Por qué mi guardián debe estar tan bueno? Creo que ya me vendrá el celo, ya que cada día que pasa mis hormonas se disparatan más. Recorrí mis dedos desde mis piernas hasta mi vientre en un pensamiento de lujuria. En cuanto abrió la puerta del baño me escondí bajo las sábanas. ¡Joder...! ¿Qué estoy pensando? Yo tengo a Kentin.
Me destapé observando la melena color ceniza del duendecillo. No puedo dormir. No entiendo porque pienso en él, cuando debería preocuparme por mi novio. ¿Quién sabe cómo está? Espero Leiftan no le haya echo nada malo, y aún así... ¿Acaso quiero hacerlo con Max? Bueno, no se quién no se fijaría en ese físico tan marcado. En esa delgadez curva y pequeña. Ya estaba apunto de tocarme. Pero, no debía y si iba a hacerlo, menos debería tocarme pensando en él. ¿Y si pienso en Kentin? ¿Me calmaré? Comencé por recordar su despeinada cabellera castaña y esos característicos ojos malva. Pero, no era igual... A pesar de que Max y Kentin se parecen, demasiado. Si no fuera porque Kentin en un poco más alto y calmado. Kentin es serio, por eso se le ve como alguien maduro, a diferencia de Max, que tiene una personalidad fuerte y alegre. Kentin es bastante tímido, pero Max Browme no y es sensible. Jamás he visto a mi novio llorar. Son como polos opuestos ¿Entonces, por qué ese gran parecido físico? Igualmente no sé como sea Max debajo de la ropa... ¡Erika! ¿No estabas pensando en esto para dormir? Mi cabeza es un tifón de sentimientos respecto a ellos.
–¿Erika, piensas no dormir?– Dijo sin observar.
–Ah... No puedo dormir, no sé porque– Le mentí. ¿Qué más le iba a decir? «Max, no puedo dormir, porque mis necesidades sexuales gritan por ser atendidas»
–¿Estás en celo?– Preguntó y no reaccioné. ¿Se dió cuenta?
–Ehm... Todavía no...– Contesté en voz inaudible. Él tomó su cobija y se levantó.
–Dormiré afuera...– Dijo somnoliento.
–¿Eh...?– Ya salió de la habitación. Prefirió dejarme sola... ¿Y qué más iba a hacer?
Ahora que lo pienso, puede haber algo que haga la diferencia entre esos dos... Kentin es un beta, pero y Max...? ¿Será también un beta?
A la mañana siguiente, Max preparaba un bolso con sus cosas.
–¿Despiertas? Vamos a salir pronto–
–No quiero... ¿Por qué no vas solo?– Me hice un bollo entre las sábanas.
–¿Quién me pidió entrenarte...? ¡Arriba!– Tiró de las sábanas botandome al suelo.
–¿Por qué no puedes ser más delicado?–
–Sí, ya arriba princesa– Ordenó.
Me paré con dificultad y me dirigí al baño. Después de alistarme salimos del castillo. Ya estabamos a las afueras del bosque.
–Este trabajo puede ser riesgoso, pero existe la posibilidad de que encuentres algo que te sirva y... Vendrán tiempos peores, así que mientras antes te acostumbres al peligro, mejor– Me dijo.
–¿Tiempos peores?–
–Sí, lo entenderás en el camino... Viajaremos un tiempo largo ¿No te importa acampar?–
–Jamás en mi vida he acampado– Confesé. Mis días siempre estaban llenos de blancura y lujos.
–Te enseñaré– Decía mirando un mapa. –Mhm... Definitivamente, éste trabajo será difícil–
Caminamos alrededor de 4 horas. Mis pies me mataban y ni siquiera habíamos descansado.
–Max... Estoy cansada– Dije agotada. Él se la pasaba mirando el mapa todo el día. –¿Tan atractivo es ese mapa, que no puedes ver que estoy cansada?–
–Lo lamento Erika, lo olvidaba... ¿Comemos? Traje comida, pero no creí necesitarla ahora. Creía que aguantaríamos más–
Nos sentamos al lado del río. Al igual que un camping él puso un mantel y sacó parte de la comida. Todas las cosas estaban del mismo material de la canasta, me impresionaba la perfección del trenzado.
–Están tan bien hechos los recipientes– Contemplé.
–Gracias– Se ruborizó el chico.
–¿Los hiciste tú?–
–Puedo ser practico ¿Sabes?– Me sonrió apretando su dedo contra mi mejilla. Terminé sonrojándome.
–¡Te pusiste roja!– Se reía hundiendo y soltando mi mejilla.
–¡N-no es cierto! ¿Quién se sonrojaria contigo?– Le dije. Sin embargo, no me dejaba de sonreír. Su dedo en mi mejilla pasó a ser su mano frotándose contra mi rostro.
–Tenías razón, seguro cumples tu promesa, al menos a medias...– Su sonrisa se borró y me miró desolado, como si un recuerdo nostálgico surgiera en su mente.
Esa mirada, ya la había visto antes. A la velocidad de la luz recordé algo:
“Seguramente en unos años te olvidarás de mí y te casarás con el amor de tu vida...”
Entonces, le pregunté –¿Ya nos conocíamos?– En un tono más dulce de lo normal. Él se sorprendió y enseguida que lo dije empezó a llorar a mares.
–¡Erika! Vuelve conmigo...– Me abrazó delirando entre las lágrimas.
Ella no lo sabe, pero él sí...
¿Qué peligros se avecinan? ¿Alguna vez Max le contará todo su pasado a Erika? ¿O se callará el hecho de que fue amado por aquella pequeña niña, quien solo buscaba su protección y amor? ¿Erika podrá entender sus sentimientos resguardados? ¿O triunfará la mentira y jamás le recordará?¡Vota y Comenta! Recuerda dejar tus teorías suculentas e..er ¡Nos vemos pronto! Subí temprano y al día siguiente o.O ¿Milagro? Me haré famosa, eso es XD 😂
ESTÁS LEYENDO
"El otro lado del espejo" Volúmen II [CDM Eldarya]
Fanfic[+18] [Mundo Omegaverse] Amaltea es la única solución para los múltiples problemas del Reino de Eel y de toda Eldarya. Tras perder a su hija, la reina se ve envuelta en una maldición, que arrastra a todo el reino. Llevándolo a subsistir en medio del...